Nuevas oportunidades

La cola del paro se acorta: «Poco a poco van llamando»

Las personas que buscan un puesto de trabajo y acuden a las oficinas de empleo celebran los datos del paro y confirman que el mercado laboral muestra un dinamismo impensable años atrás. «Se están creando empresas, vienen inversiones y existen oportunidades», destacan

Una oficina del INAEM en Aragón.

Una oficina del INAEM en Aragón. / El Periódico de Aragón

David Chic

David Chic

«Poco a poco van llamando». Las colas frente a las oficinas de empleo empiezan a ser una foto del pasado en Aragón. Las oficinas conjuntas del INAEM y del SEPE viven jornadas tranquilas, con solicitantes de trabajo atentos a la evolución autonómica de las cifras con la esperanza de salir pronto de unas estadísticas claramente a la baja. El contexto es casi de optimismo. «Busco de lo que salga, pues mi intención ahora es reengancharme al empleo tras bastantes años en el paro por razones personales», indica Dámaso de Jesús, exempleado en la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). 

El nuevo contexto que se ha encontrado a la hora de solicitar empleo tiene que ver, en su opinión, con los cambios legislativos que se han puesto en marcha en los últimos años. También con la llegada de empresas a la comunidad, algo que ha supuesto un revulsivo para la contratación, aunque siempre para perfiles especializados. «El asesoramiento a la hora de redactar y mandar un currículum es perfecto, sin embargo muchas veces caen en saco roto, sobre todo cuando se tiene ya una edad», indica.

En la puerta de las oficinas, con la llegada de los meses de verano, se observa cómo ha calado la figura del contrato fijo discontinuo. Asociada a sectores laborales afectados por la estacionalidad, los meses en los que las empresas no prestan sus servicios los trabajadores tienen la posibilidad de solicitar su prestación por desempleo. Es el caso de la zaragoza Claudia Yera. «Cuando termine el verano me volverán a llamar en el trabajo que tengo ahora», explica.

Empleada como auxiliar técnica de Educación Especial, celebra esta posibilidad a pesar del grado de incertidumbre que supone. En la misma situación se encuentra Blanca Vicente. «Me pasa todos los veranos, pero en esta ocasión veo la oficina mucho más tranquila», manifiesta

Por su impresión personal, en su entorno no encuentra «tanta gente sin trabajo» como en los años precedentes. Y eso le hace pensar que las cosas están mejorando. «Veo que se están creando empresas, que vienen inversiones y que existen oportunidades», considera. Con todo, prefiere no pecar de optimista, pues las crisis van y vienen. «Las impresiones cambian de un momento a otro y tan pronto parece una cosa como la contraria, sin embargo, es bueno que la gente pueda trabajar aunque sea de forma temporal», destaca.

En este ambiente de buenos datos acude a la oficina de empleo el joven Jesús Escanilla. A sus 21 años es la primera vez que se apunta como solicitante de empleo tras haber terminado sus estudios en el ámbito sanitario. «Mis compañeros que han hecho prácticas en el sector privado ya se han colocado, a mí por el momento me interesa opositar y quiero buscar un trabajo para acumular experiencia», reflexiona.

En los sectores más industriales la aparente situación favorable se repite, aunque con peculiaridades en cada sector. El nigeriano Pascal Ukue acude a las oficinas de empleo tras su paso por uno de los grandes matadereos de la provincia de Zaragoza. «El trabajo es muy duro, por eso siempre están buscando gente», afirma. Por eso espera que la buena situación aragonesa le permita cambiar de vida.