Sociedad

"No todo es el dinero, si no las mejores fiestas serían las de las grandes ciudades y todos sabemos que no es así"

Los ayuntamientos de los pequeños municipios «agudizan el ingenio» para no recortar en actos durante sus días grandes

Las comisiones de festejos juegan un papel crucial a la hora de buscar actividades para todas las edades y ajustando el presupuesto

Imagen de archivo de las fiestas de Ejea de los Caballeros el pasado año

Imagen de archivo de las fiestas de Ejea de los Caballeros el pasado año / Servicio Especial

Arturo Pola

Arturo Pola

Hay ayuntamientos que se juegan mucho en las fiestas de sus municipios. Incluso los hay que reconocen que en su voto para la alcaldía pesa la cantidad, y el nivel, de los actos que preparan los pueblos para sus días más emblemáticos. Es por ello que, cuando llegan las dificultades, en especial las económicas, los consistorios reconocen «tener que agudizar el ingenio» para contrarrestar esas complicaciones y así dejar el pabellón bien alto para que los vecinos tengan las mínimas quejas posibles.

«Sí que hemos notado aumentos en los presupuestos», confirma Daniel Jiménez, teniente alcalde de Vera de Moncayo. «Hemos intentado ajustarnos de la mejor manera posible y sin reducir actuaciones sin reducir actividades y sin que el bolsillo de nuestros vecinos se vea afectado», confiesa Jiménez, que pone en valor a la comisión de festejos del municipio, sin los que las fiestas «nos serían posibles». Para ello, en Vera de Moncayo buscan diferentes alternativas. «Si las cosas cuestan más, hay que ingresar más. Hemos actualizado los precios de las barras del pabellón y los anuncios del programa de fiestas», reconoce el teniente de alcalde, que indica que cada vecino paga «una cuota de fiestas» para sufragar gastos. 

Y es que en Vera de Moncayo, un pueblo de poco más de 300 habitantes (aunque en sus días grandes puede cuadriplicarse su población) el presupuesto para celebraciones «es el que es» y aunque se puede hacer «algún incremento puntual», las fiestas salen adelante gracias a que «todo el pueblo se involucra». «Preparamos unas fiestas muy por encima del tamaño del municipio», refleja David Jiménez, que se confiesa orgulloso de que, «hemos sabido capear el temporal para que no falte de nada».

Imaginación

Desde el ayuntamiento de Novillas también han notado el incremento de los espectáculos festivos. «Hay cosas contra las que no se puede luchar», afirma resignado Abel Vera, su alcalde, que cree que, en muchas ocasiones, los organizadores de los eventos «juegan con bastante margen porque saben que los necesitas»

Para Vera, la clave de unas buenas fiestas es «saber contentar a todos los públicos». «Todo el mundo se merece disfrutar de esos días y es nuestro deber que haya actividades muy variadas». Y a donde no llega el presupuesto tiene que llegar la imaginación. «En los presupuestos, los gastos corrientes tienen que ir por delante de la partida de fiestas», señala el alcalde de Novillas. «Eso sí, eso no quiere decir que renunciemos a organizar las mejores a nuestro alcance. No todo es el dinero, si no las mejores fiestas serían las de las grandes ciudades y todos sabemos que no es así», exclama Vera.

Todavía más explícito se muestra Ángel Gabriel, concejal de fiestas de Híjar, que este año, para sus días grandes, tiene como cabeza de cartel a Carlos Baute. «Está todo carísimo. La verdad que Híjar tiene un buen presupuesto, aunque no puedes hacer todo lo que te gustaría ni lo que hacías antes», asegura el turolense, que reconoce que, para contratar los mismos servicios que hace diez años «necesitaríamos el doble de dinero». «Preferimos que la gran mayoría de los actos sean gratis para los vecinos, pero eso también te limita», señala.

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