El cierre

Crónica política | Un punto final o tres puntos suspensivos

El curso parlamentario llegó a su final el pasado viernes con la amnistía y las renovables, temas candentes del primer año de Azcón, protagonizando el cierre

Por delante, un verano para reflexionar y buscar, unos y otros, un tono personal que rebaje la tensión en La Aljafería pero que no frene la tarea del Gobierno y la oposición.

Azcón, Pérez, Soro, Sanz e Izquierdo, protagonistas en las Cortes

Azcón, Pérez, Soro, Sanz e Izquierdo, protagonistas en las Cortes / EL PERIÓDICO

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

El Palacio de La Aljafería bajó el pasado viernes la persiana de la «temporada» regular parlamentaria. La primera campaña con el popular Jorge Azcón al frente del Gobierno de Aragón se cerró con los debates de casi siempre -la amnistía, las renovables- y el punto extra de tensión que en el último año ha dominado demasiadas sesiones del Parlamento autonómico.

El primer año de Azcón en la política parlamentaria no le ha ido mal al popular. Impulsado por numerosos anuncios de magnífica importancia, el conservador se ha convertido, por cargo y personalidad, en la estrella de las Cortes. Heredero del socialista Javier Lambán, dominador absoluto del debate parlamentario durante sus ocho años de Gobierno, Azcón es un complicado rival dialéctico que hasta la fecha ha salido indemne de todos sus enfrentamientos con la oposición.

La fuerte agenda nacional con la que decidió iniciar su andadura autonómica le sirvió para empezar a hablar de Aragón con numerosas políticas pergeñadas en la sala de máquinas del Pignatelli. La amnistía o la memoria democrática solo le han servido para mantener su envergadura, mientras que otras polémicas como Caneto, las listas sanitarias o la comisión de las renovables casi no le han afectado personalmente.

Las salidas de Nolasco

No puede decirse lo mismo de Vox, del que Azcón y los líderes populares en el Ejecutivo no han podido despegar el ojo. Las innumerables salidas de tono del vicepresidente Alejandro Nolasco han obligado a los dirigentes del Partido Popular a vigilar tanto la bancada de la izquierda como a sus compañeros de fila. Nolasco ha conseguido convertirse en estrella mediática nacional, a golpe de polémica y bravata. Tanto foco ha acaparado que las advertencias y exigencias de freno han llegado desde todas las instituciones y formaciones habidas y por haber.

En el segundo curso parlamentario que se iniciará en septiembre, Nolasco deberá llegar a La Aljafería con una batería de medidas en despoblación y desarrollo territorial para que su papel no se quede en lo que parece ser hoy, un joven agitador que disfruta más del papel de líder ultraderechista de la comunidad que del sillón de la vicepresidencia del Gobierno.

Seguro que Azcón preferirá volver al circo parlamentario con un buen puñado de acciones políticas y sin tener que estar más atento a lo que dice su mano ultraderecha que a lo que dicen desde la izquierda. En esa gestión parece enfrascado el PAR, tercer socio de Gobierno, que con un solo diputado (Alberto Izquierdo) ha logrado lo mismo que en las elecciones: seguir ahí, sin que nadie se dé cuenta, pero como pieza de equilibrio en los debates políticos. Con tan poco no se puede hacer mucho más.

Cicatrices

Cruzando al otro lado, mirando a la oposición, la situación ha cambiado con el transcurso del primer año de la era Azcón. Desdibujada en un primer momento, lamiéndose unas heridas que por fin comienzan a cicatrizar, la izquierda está hoy, aunque en proceso de clara reconstrucción, más cerca de incomodar al Ejecutivo autonómico de lo que estaba en el pasado mes de agosto. El tiempo no es infinito y la necesidad de encontrar sectores y políticas que muestren los puntos flacos del Gobierno apremia.

El PSOE que hoy lidera en las Cortes Mayte Pérez tuvo que aguantar los ataques por las políticas de Pedro Sánchez en los primeros meses de acción. Bien es cierto que el más polémico de todos, el anuncio y posterior aprobación de la ley de amnistía, coleará por el resto de los tiempos. Pérez y su gabinete han empezado a engrasar una máquina que necesita de mucha más velocidad. La crisis interna, pendientes de un relevo de Lambán que depende de Ferraz, no ayuda a que los socialistas tomen velocidad.

Al menos han conseguido armar un frente común con Chunta Aragonesista, Izquierda Unida y Podemos. Las cuatro izquierdas, con sus diferencias, se han coordinado en varias ocasiones en busca de que la unión haga la fuerza y de que a base de insistencia el temblor llegue hasta el sillón de Azcón. El balance del año, la situación sanitaria o el regreso de las clases pueden ser ocasiones propicias.

Lo mismo sirve para Teruel Existe, hoy más próximo a la oposición, pero con frentes abiertos con casi todas las formaciones del hemiciclo. Definir su papel parlamentario a partir de septiembre y apostar por un discurso más duro hacia el Ejecutivo puede ajustar de otra manera balanza.

Hablando casi siempre de lo mismo, aunque de mil formas distintas, el primer cuarto de la legislatura en las Cortes ha llegado a su fin. Azcón y compañía volverán en septiembre para dar cuenta de su primer año, en el mismo punto en el que iniciaron su andadura política, pero con la experiencia acumulada. El pasado viernes se puso el punto final al primer curso político dirigido por el popular. Por delante, otros tres cursos. Otros tres puntos suspensivos.