DIA DE LA MUJER RURAL

El empleo femenino en Aragón sube un 60 % desde el año 2000

La falta de comunicaciones, servicios y vivienda condicionan el emprendimiento

La brecha de género sube en el medio rural, por la agricultura y la construcción

Una mujer trabajando en su campo.

Una mujer trabajando en su campo. / Santos Álvarez

Judit Macarro

Judit Macarro

Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan. Y no porque lo diga Shakira en su conocida canción con Bizarrap. Desde el año 2000, según las encuestas realizadas por el INE, la población activa femenina en Aragón ha crecido de manera considerable llegando a un incremento del 58,3 %, frente al modesto aumento del 4,6 % de los hombres. De esta manera, la presencia de la mujer en el empleo aragonés ha pasando de ser de 170.700 ocupadas, en el año 2000, a un total de 274.000 empleadas en la primera mitad de 2023. Es decir, en 23 años se ha incrementado un 60,5 %.

Pero a pesar del elevado dinamismo laboral de las mujeres en las últimas décadas y de que la brecha de género se ha ido cerrando de forma significativa en Aragón– pasando de representar un 35,5 % del empleo total (en aquel año) a conseguir un peso relativo del 46,2 % en 2023– lo cierto es que las mujeres siguen mostrando peores tasas de paro que los hombres. Una dato a tener en cuenta hoy, el Día de la Mujer Rural, y en una comunidad con 700 de sus 731 localidades por debajo de los 5.000 habitantes.

Hace también 23 años el desempleo entre las aragonesas superaba en 9 puntos porcentuales a la tasa masculina, mientras que en la primera mitad de 2023 la distancia es de 5,4 puntos porcentuales. Pero, a pesar del descenso, los números siguen llamando la atención.

Desde el Gobierno de Aragón, fuentes del Departamento de Economía aseguran a este diario que no se van a conformar con las cifras de paro actuales, «ni se va a asumir como normal que la diferencia entre el desempleo nacional y aragonés se vea reducida». Además, señalan que «se está trabajando en los Presupuestos de 2024 y allí se comenzará a ver el plan de actuación para los próximos años».

Los tipos de empleo

La estigmatización de muchas labores en el entorno rural provocan que la desigualdad de género se agrave en sectores como el agrario o la construcción. La distribución por sectores de actividad del empleo femenino, según el INE, tiene un perfil marcadamente terciario. En torno al 80% de las mujeres ocupadas lo están en el sector servicios, significativamente por encima del dato masculino.

En sentido contrario, las mujeres cuentan con menor dedicación a la industria, y particularmente a la agricultura y la construcción más vinculadas al medio rural. «Hay muchas menos mujeres en el campo y las explotaciones que trabajan son mucho más pequeñas que las de los hombres, lo que supone una menor rentabilidad y menor acceso a las ayudas», señala Paula Álvarez, directora de comunicación de Fademur (la Federación de las Asociaciones de Mujeres Rurales).

Por primera vez, «las mujeres disfrutamos de una PAC en el ámbito europeo, que contempla medidas para nosotras», añadió Álvarez. Y, aún así, «emprender sigue siendo complicado para las mujeres. Pero sobre todo en el mundo rural y en sectores como el de la agricultura», añade Carmen Fernández, presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias de la provincia de Huesca (Amephu).

Pero, ¿por qué las mujeres tienen más dificultades para encontrar empleo? Crear una empresa no es fácil, mucho menos hacerlo en el mundo rural, y «sobre todo si eres mujer y tienes que cuidar de tu familia», asegura Fernández.

Problemas rurales

La vida en los pueblos «ha ido evolucionando y ya no es como antes», señala Fernández, «pero aún hay muchas mujeres que siguen encargándose del cuidado de los hogares». Una labor que es difícil de compaginar con el trabajo y el emprendimiento porque «la soledad de los autónomos es muy grande y lleva muchos peligros, no solo en el mundo rural». A este problema se le suman otras grandes dificultades del entorno, como «las malas comunicaciones entre localidades, la falta de servicios y el problema de la vivienda».

Viajar por el mundo rural requiere tener un coche, porque «el transporte público, al menos en la provincia de Huesca tiene muchas carencias, como los horarios de autobuses y trenes o que en muchos pueblos ni siquiera llegan las infraestructuras», señala la presidenta de la asociación. A ello se le añade la falta de médicos, farmacias o tiendas que padecen algunos municipios. «Si hay que llevar al colegio a los hijos y está en otra localidad, es un problema», argumenta Fernández.

Decidir emprender o trabajar en un pueblo también conlleva buscar un lugar en el que vivir. Hay un problema de vivienda en todo el país y, en las zonas rurales, «el problema tiene que ver con el turismo y la subida de precios en las casas de alquiler», incide. Este factor también incrementa la falta de trabajadores que sufren muchos empresarios del medio rural. «A la asociación nos llegan muchas empresarias a quienes les es muy complicado conseguir empleados», comenta la presidenta de Amephu.

Este Día de la Mujer Rural se elebrará el martes en Calatayud por parte del Instituto Aragonés de la Mujer (IAM), con una jornada en la que profesionales de distintos sectores relatarán su experiencia en una mesa redonda.

La brecha de género en la Política Agraria Común

El reparto de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) en España aún se caracteriza por una importante brecha de género, con un 72,74 % de las mismas destinadas a hombres. Aunque el informe del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) del año 2020 muestra una ligera tendencia a la reducción, un 2 % desde 2012. Aun con esta ligera bajada, la diferencia entre hombres y mujeres perceptores de ayudas de la PAC es notable para el género femenino. Por ello, el Plan Estratégico Nacional tiene como objetivo conseguir una mayor igualdad para la aplicación de la Política Agraria Común (PAC), que se pretende llevar a cabo en el período 2023-2027.