EL HUNDIMIENTO DE UN SÍMBOLO EMPRESARIAL ARAGONÉS

Imaginarium entra en liquidación: ¿fin del juego?

La emblemática juguetera aragonesa entra en fase de liquidación tras arrastrar una deuda que alcanzó los 37 millones de euros. Llegó a contar con 426 tiendas, 800 trabajadores y salió a la bolsa de valores

La administración concursal quiere darle salida a la marca y vender la unidad productiva en su conjunto

Las dos emblemáticas puertas de Imaginarium, esta en el centro comercial Aragonia.

Las dos emblemáticas puertas de Imaginarium, esta en el centro comercial Aragonia. / ANGEL DE CASTRO

Imaginarium, el emporio del juguete aragonés que llegó a contar con más de 420 tiendas en todo el mundo, entra en fase de liquidación tras años asolado por las deudas contraídas en sus años de expansión sin freno. La propiedad ha fracasado en su intento de acabar con el concurso de acreedores en el que entró de forma voluntaria el 20 de julio de 2022 y se ha quedado muy lejos de lograr un acuerdo con los más de 800 acreedores con los que atesora una deuda de 26 millones de euros, incluso después de solicitar una prórroga para alcanzar un pacto que se antojaba difícil.

La emblemática marca zaragozana con la que se criaron los niños de los 90 y que dio el salto al mercado bursátil en 2009 se ve abocada a la disolución a menos que la administración concursal, que tomará ahora los mandos de la compañía, logre vender la unidad productiva al completo.

Imaginarium acumuló un pasivo de 37 millones de euros, contraídos en su mayor parte con una veintena de entidades financieras nacionales e internacionales

Imaginarium fue fundada en 1992 por Félix Tena pero se convirtió en el juguete roto del sector comercial aragonés tras acumular un pasivo de 37 millones de euros, contraídos en su mayor parte con una veintena de entidades financieras nacionales e internacionales, de los que 26 millones corresponden a créditos y otros seis a sanciones, intereses y deudas. Figuran además otros 3,6 millones en créditos laborales. Por ello, Tena vendió sus acciones en 2017 a unos inversores costarricenses que planeaban reflotar la empresa. No lo han conseguido, lo que pone casi un punto y final a la prolongada agonía que duraba ya seis largos años, desde que la nueva propiedad se hizo con la práctica totalidad del accionariado después de que la firma estuviera al borde de la disolución en 2017.

La propuesta del consejo de administración que encabeza el abogado y exministro de Hacienda de Costa Rica Federico Carrillo Zürcher necesitaba la adhesión al convenio del 65% de los acreedores, pero tan solo ha logrado el apoyo del 9%, según fuentes de la negociación. La mayor parte de la deuda se había contraído con un sindicado de entidades bancarias (con CaixaBank, Santander, Sabadell, BBVA, Bankinter, Novo Banco, Deutsche Bank o Caja Rural de Aragón) que no ha suscrito el convenio en el que la propiedad planteaba quitas del 85% y que el pago del 15% restante se ejecutase durante los próximos diez años, de los que empezaría a devolver importes a partir del quinto. Con las entidades bancarias tenía el grueso de la deuda, aunque 300 de los 800 acreedores son trabajadores a los que la empresa todavía les debe la última nómina o finiquitos.

Fuentes de la negociación apuntan a este diario que la propiedad era muy optimista hasta el final porque creían que podían convencer a los acreedores de alcanzar un pacto. Por eso pidieron una prórroga que trasladó la fecha límite del 23 de mayo al 24 de julio. Pero solo era una prolongación de la agonía que se inició con el cruento golpe de la pandemia, tras la que despidieron al 45% de la plantilla que le quedaba en España. 

Ahora la pelota pasa al tejado de la administración concursal, de la que se encargará Abecon Soluciones Concursales, y que deberá elaborar un plan de liquidación con el que proceder a la venta de los activos de Imaginarium, que no son más que una quincena de trabajadores, las patentes y la propia marca, lo más apetitoso para un posible inversor que quisiera hacerse con el prestigio de la firma zaragozana y su calado en la memoria colectiva. Es por ese motivo que la administración concursal aspira a vender la unidad productiva en su conjunto y evitar el disgregado, para lo que empezarán a escuchar ofertas en cuanto el Juzgado de Lo Mercantil Número 2 lo permita.

La suspensión de pagos se declaró el 20 de julio de 2022

La saliente dirección de la empresa declaró la suspensión de pagos el 20 de julio de 2022, una situación que habían demorado durante dos años gracias a la moratoria concursal auspiciada por el Gobierno de Pedro Sánchez para evitar quiebras durante la pandemia.

Cuando Imaginarium por fin entró en concurso de acreedores, hace justo ahora un año, la deuda de la compañía ascendía hasta los 32 millones de euros, lo que suponía una de las mayores suspensiones de pagos en el sector comercial de la historia de España. 

Atrás quedaban más de 30 años de sonrisas en las simbólicas puertas a la ilusión que eran las tiendas de Imaginarium. Félix Tena comenzó en Zaragoza su aventura juguetera algo antes de 1992, pero abrió su primera franquicia en Alicante dos años más tarde. Desde entonces, la innovación de los juguetes educativos made inAragón conquistaron medio mundo y en 2012 mantenían abiertas 426 tiendas repartidas por todo el globo con cerca de 800 trabajadores.

Su almacén en Plaza fue uno de los símbolos del gran complejo logístico que ha terminado por ser, aunque tuvo que vender la nave en 2014. Antes, en diciembre de 2009, en plena crisis financiera, dieron el salto al parqué al introducirse en el Mercado Altenativo Bursátil. Y por ahí debió empezar la debacle, de la que nunca se recuperó. 

Lo que sorprendió a muchos zaragozanos fue la apertura de dos tiendas, en las calles León XIII y Sanclemente, prácticamente al mismo tiempo que entraban en concurso de acreedores. De ahí puede uno extraer que en efecto la propiedad tenía verdaderas esperanzas en reflotar la empresa. Las tiendas permanecerán por el momento abiertas, al menos hasta que se conozca cómo termina el concurso, pero el imperio del juguete aragonés que conquistó el mundo está al borde de la desaparición. Pero todavía queda un resquicio de esperanza.