NOVEDAD EDITORIAL

Belloch arrasa entre amigos en la presentación de sus memorias

El exalcalde elige la Diputación de Zaragoza para lanzar ‘Una vida  a larga distancia’

El ‘biministro’ reivindica sus equipos y el consenso como sus grandes legados

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

A la inacabable nómina de cargos, adjetivos y atributos que siempre siguen al nombre de Juan Alberto Belloch, este martes se le ha añadido el de escritor. El excalcalde de Zaragoza arrasó en la sede de la diputación provincial ante decenas de simpatizantes y, según dijo el propio Belloch, multitud de amigos.

Esas relaciones estrechas coparon toda la presentación, tanto las palabras del también exministro como por la nómina de acompañantes que se pegaron a él. Belloch, incluso, se refirió pronto a Jorge Azcón, previsible nuevo presidente del Gobierno de Aragón, que asistió en primera fila al acto, acompañado por su mano derecha, Octavio López, y el nuevo hombre fuerte del Ayuntamiento de Zaragoza, Ángel Lorén. «Los tres son amigos y me declaro al servicio de ellos para lo que haga falta», señaló Belloch, que incluso pidió un aplauso a la multitud para los populares. «Están todos y el que no ha podido venir se ha disculpado», apuntilló el histórico titular de Interior y Justicia, ante la ausencia del secretario general del PSOE Aragonés, Javier Lambán, y de los miembros de la dirección del partido. Sí que estuvieron la concejala Lola Ranera y la diputada Carmen Dueso. 

Entrando en materia literaria, muchos recuerdos a la carta de su madre, «el germen que me hizo que me atreviese a escribir las memorias», y mucho recuerdo a Zaragoza, ya que la capital aragonesa copó todo el discurso de Belloch. De sus años en Justicia e Interior, poco de lo que hablar, aunque sí tuvo recuerdo para su etapa como magistrado en el País Vasco. «Me recibieron advirtiéndome de que debía cerrar las ventanas, para evitar que nos disparasen», recordó el juez, que acordó con numerosos compañeros «la necesidad de quedarnos tiempo para demostrar que el Estado también tenía presencia en el País Vasco».

Nutrida representación política en un auditorio lleno.  | ÁNGEL DE CASTRO

Nutrida representación política en un auditorio lleno. | ÁNGEL DE CASTRO / sergio h. valgañón

El repaso a sus numerosos compañeros de aventuras destapó lo que son las dos principales virtudes que Belloch reconoce en sí mismo. «Sigo pensando que lo que mejor hago es formar equipos», insistió el edil zaragozano que organizó la Expo, la mayor muestra de su legado y que fue «un proyecto en el que participamos todos, sin pensar en las siglas políticas y pensando solo en la ciudad». El otro papel por el que quiere ser recordado Belloch es como un hombre «de consenso», ya que a través del acuerdo y del apoyo mayoritario es «la única manera de que duren las cosas que se deben dilatar en el tiempo».

Belloch demostró que sigue siendo una figura carismática y el Sol sobre el que todo el mundo quiere girar, tal y como hicieron ver los numerosos intervinientes en el acto.

La periodista Mari Cruz Soriano, su esposa, quiso destapar en público esa parte más oculta que el ‘biministro’ ha mantenido escondida hasta la publicación de estas memorias. «Pensamos mucho el proyecto de instalarnos en Zaragoza y aquí fue donde Juan Alberto aprendió lo que era una familia», resumió Soriano, que detalló que en su etapa política anterior Belloch no podía pasar mucho tiempo con las hijas de la periodista: «Aquí se convirtió en un gran padre y las hizo como suyas».

Junto a Belloch participaron el expresidente autonómico Marcelino Iglesias y el escritor Juan Bolea, asesor literario de las memorias, y la diputada provincial en funciones Ros Cihuelo. Además, recordaron sus tiempos junto a Belloch Fernando Gimeno y Fernando Escribano, manos derechas del político en sus etapas al frente del Ayuntamiento de Zaragoza y de las carteras ministeriales, respectivamente.