La opinión de Sergio Pérez

La insensibilidad del Real Zaragoza con el Gol Sur y la dictadura del límite salarial

El Real Zaragoza no es el responsable de que La Romareda se empiece a demoler por el flanco sur, pero en medio de un contexto muy complejo, el club debería haber tenido la responsabilidad de mostrar cierta sensibilidad con una parte importante de su masa social. En el trato a esos 7.500 abonados que pierden su asiento, a la SAD le ha faltado humanidad. Ha primado que las cuentas salgan

Imagen del homenaje al Gol Sur tras el Real Zaragoza-Albacete en la última jornada de Liga.

Imagen del homenaje al Gol Sur tras el Real Zaragoza-Albacete en la última jornada de Liga. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Las líneas maestras de la campaña de abonados para la temporada 24-25 del Real Zaragoza dejan dos conclusiones principales: la inmensa mayoría de la masa social pagará por el carnet una cantidad superior a la que abonó hace una temporada y los socios que tenían su localidad en el Gol Sur van a ser los grandes paganos del inicio de la construcción de la nueva Romareda este mes de julio.

Las consecuencias del derribo de esa parte del estadio en la primera fase de las obras les afectarán únicamente a ellos. Para el resto del campo, la vida apenas cambiará, más allá de que un elevadísimo porcentaje tendrá que desembolsar por el asiento entre un 13 y un 17,5% más de dinero que hace doce meses por la desaparición de la medida de gracia ofrecida en la última campaña. La supresión de una promoción también es un coste para el bolsillo de un individuo.

El Real Zaragoza no es el responsable de que La Romareda se empiece a demoler por ese flanco. Esto es algo que compete a los técnicos encargados del diseño y la gestión de la obra. Sin embargo, la SAD podría haber tenido alguna deferencia económica o algún detalle especial con esa parte de sus abonados (7.500 en el último recuento), los grandes afectados en esta primera campaña con el estadio en plena reconstrucción.

Los socios del Gol Sur tienen tres opciones: pedir la recolocación en otra zona con un coste similar si es en el Gol Norte pero muy superior, incluso hasta el triple, en cualquiera de las otras áreas (el club hará la purga por la antigüedad del abono, una decisión consecuente), darse de baja o mantener el asiento sin poder ir al estadio por 60 euros, una posibilidad que es extensible al resto del recinto.

El Real Zaragoza podría haber tenido un trato más señorial y menos frío con esas 7.500 personas, pero ha decidido no tenerlo. Las cuentas han de salir. La SAD está en plena preparación de otro ambicioso proyecto deportivo con aspiraciones de ascenso y para ello necesita encontrar hasta el último euro en el último rincón de la billetera.

En el medio de esa ecuación que da como resultado una cifra que propulsa o frena la contratación de jugadores ha aparecido esa gente del Gol Sur en la que nadie ha pensado en clave solidaria. Esos 7.500 zaragocistas han sido incluidos en las sumas y las restas como si fueran un número más, unos cientos de euros más por barba que sumar al límite salarial, que ha dictado sentencia con cierta carga de injusticia.