Otra hoja de ruta en el mercado del Real Zaragoza

El Real Zaragoza ha cambiado con la llegada de Juan Carlos Cordero su hoja de ruta en el mercado. Al igual que hacía Lalo Arantegui, mucho más en sus primeros años como responsable de esa parcela en el Real Zaragoza que en los últimos, el director deportivo cartagenero prioriza los fichajes en propiedad y así han llegado hasta ahora los cuatro refuerzos de este verano: Maikel Mesa (firmó por 2 años), Quentin Lecoeuche (2 años y otro opcional), Sinan Bakis (3) y Toni Moya (2), lo que contrasta con lo vivido en las últimas cuatro temporadas, desde 2019, en la última etapa de Lalo en el club y en los dos años con Miguel Torrecilla al frente de la parcela deportiva, donde las cesiones comieron demasiado terreno a los jugadores firmados en propiedad. De hecho, 24 de los últimos 46 fichajes, más de la mitad, llegaron a préstamo, incluidos los dos primeros en enero pasado en la era de Cordero: Tomás Alarcón, que llegó antes del desembarco del director deportivo, pero avalado por él, y Thiago Bebé, que lo hizo así desde el Rayo Vallecano. Ahora, la historia ha cambiado.

Poussin no viaja al 'stage' del Girondins y su salida es cuestión de días

De hecho, Cordero también está intentando fichar en propiedad, con un acuerdo de traspaso a coste cero, al meta Gaetan Poussin, al que le quedan dos años en el Girondins, que se quedaría una parte del pase para que el arquero fichara por dos temporadas y otra opcional. Lógicamente, vendrán jugadores cedidos, de forma inminente se diría. Es la fórmula para volver a traer a Mollejo, la operación más cercana de cerrar, o de otras operaciones en la sinergia con el Atlético, como el central Santiago Mouriño, el extremo Germán Valera o el delantero Carlos Martín, si bien este último sigue en fase de estudio por la entidad aragonesa.

También así llegaría el broche para cerrar la delantera que desea Cordero, Manu Vallejo (Girona), pero la idea es que los jugadores en propiedad sean predominantes. Y así lo están siendo hasta ahora. “A mí me gusta trabajar con jugadores en propiedad como estamos haciendo con los que han venido. Ahora entramos en una zona de mercado en la que estamos abiertos a todo. Si podemos traer en propiedad seguiremos así y si tienen que venir préstamos pues así será”, decía Cordero hace diez días en la presentación de Bakis, Lecoeuche y Maikel Mesa.

Giro con el curso pasado

El curso pasado fue, sin embargo, un ejemplo de todo lo contrario. El Zaragoza trajo en verano cedidos a Pape Makhtar Gueye (KV Oostende), Mollejo y Giuliano (Atlético) y Gabi Fuentes (Junior de Barranquilla), para que solo Jairo Quinteros y Manu Molina llegaran en propiedad, teniendo en cuenta que Rebollo vino a caballo entre el filial y el primer equipo, aunque jugó con el Deportivo Aragón la mayor parte de la temporada. Mientras, en enero arribaron también a préstamo los mencionados Bebé y Alarcón. Es decir, seis de los ocho refuerzos (75%) del curso pasado fueron en forma de cesión, una barbaridad.

Mientras, en la 21-22 fueron cuatro a préstamo del total de once (Yanis, Nano Mesa, Álvaro Giménez y Borja Sainz) y en la 20-21 se fueron hasta seis de trece (Zanimacchia, Tejero, Toro Fernández y, ya en enero, Sanabria, Peybernes y Álex Alegría), aunque la palma de esta larga etapa en Segunda se la llevó la 19-20, cuando fueron ocho los jugadores cedidos del total de 14 refuerzos. A préstamo llegaron Luis Suárez, Álex Blanco, Soro, Dwamena, Puado, sustituto del ghanés por su problema cardiaco, y ya en enero Pereira, El Yamiq y Burgui. Es decir, el 57% de los fichajes de esa temporada en la que el ascenso se escapó después de la pandemia llegaron a préstamo.

El ejemplo de la 17-18

Mientras, las dos temporadas en esta etapa en Segunda que menos cesiones supusieron en el Zaragoza trajeron muy distinto resultado. En la 17-18, en el primer proyecto de Lalo Arantegui, solo arribaron Aleix Febas y Borja Iglesias del total de 16 fichajes de ese curso, con rendimiento excelso del delantero y más que aceptable del nuevo jugador del Elche en un Zaragoza que acabó tercero y cayó en el playoff ante el Numancia. Mientras, en la 16-17 y con Narcís Juliá fueron también solo dos, Juan Muñoz, que se marchó en enero, y Rolf Feltscher, que llegó entonces, del total de 19 fichajes de un Zaragoza que coqueteó con el descenso hasta que la recta final con César Láinez de entrenador deparó una reacción para lograr la permanencia.

El Zaragoza ha logrado mediante cesiones 46 de los 123 fichajes desde que dio con sus huesos en Segunda en 2013, es decir poco más del 37%, por lo que los jugadores con la carta de libertad o acuerdos de traspaso a coste cero han sido mayoría

En total, el Zaragoza en esta etapa en Segunda, donde ha conocido tres dueños, Agapito Iglesias, la Fundación Zaragoza 2032 y Real Z LLC, y seis responsables deportivos, Moisés García León (secretario técnico), Ángel Martín González, Narcís Juliá, Lalo Arantegui, Miguel Torrecilla y Juan Carlos Cordero, ha logrado mediante cesiones 46 de los 123 fichajes desde que dio con sus huesos en Segunda en 2013, es decir poco más del 37%, por lo que los jugadores con la carta de libertad o acuerdos de traspaso a coste cero han sido mayoría, teniendo en cuenta que solo se pagó por Pichu Atienza (450.000 euros al Numancia, el récord en esta etapa), James Igbekeme, Papunashvili o Razvan Popa, que rondaron los 100.000 euros, algo más en el caso del nigerano.

Algunas cesiones fueron tan indiscutibles como Borja Bastón, Bono, Willian José, Borja Iglesias, Luis Suaréz, Puado, Peybernes o Giuliano, aunque muchas pasaron con más pena que gloria en una fórmula a la que el Real Zaragoza ha acudido en demasía en los últimos tiempos. El Atlético de Madrid, con seis préstamos (Cidoncha, Bono, Bastón, Sanabria, Giuliano y Mollejo) y una lista que aumentará con total seguridad en este verano, es el líder de los clubs de origen para el Zaragoza, mientras que el Cádiz o el Real Madrid han cedido tres futbolistas en esta etapa y con dos han estado el Espanyol, el Celta, el Alavés, el Levante, el Sevilla o el Athletic, entre otros.