Opinión | erre que erre

Aragón lo hacemos entre todos

Javier Moll, presidente de Prensa Ibérica, se dirige al auditorio durante la gala.

Javier Moll, presidente de Prensa Ibérica, se dirige al auditorio durante la gala. / Josema Mol

La que más claro lo dijo fue la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, en la gala de entrega de los premios Aragoneses del Año de El Periódico de Aragón y Prensa Ibérica celebrada esta semana: «La ciudad es resultado de todos los gobiernos que ha tenido». Aplicado a la comunidad autónoma sería algo así como que Aragón es el resultado de todos los gobiernos que ha tenido desde que en 1983 pudimos elegir un parlamento regional democrático. Y no le falta razón. La suma de voluntades y buen hacer de unos y otros es la que va elevando la calidad de los territorios. Esto viene a a cuento de que la gran fiesta anual de Aragón reúne a toda la sociedad civil de la comunidad y repasando los ganadores en todas las ediciones y los numerosos nominados se hace uno a la idea de por qué, en estos momentos, Aragón está en un punto tan óptimo.

Este año se celebró en el Auditorio de Zaragoza porque, al igual que los premios de este diario, el edificio cultural cumple 30 años. Un centro de la música muy criticado en su momento por quienes entonces se sentaban en la oposición política y que hoy es alabado por todos, sean de donde sean, y que supone engrandecer el nombre de Zaragoza. Pasó lo mismo con el gran salón de la ciudad, la remodelada plaza del Pilar, que hoy es el centro de cualquier actividad importante de la capital sin ningún recuerdo crítico. Y así se podrían seguir enumerando muchos de los motores de la comunidad que hoy vemos como imprescindibles y en su momento fueron la bicha para algunos. El tiempo va situando todo y hasta la nueva Romareda seguro que dentro de 30 años es vista de otra manera por quienes hoy no están de acuerdo con lo que se va a hacer con el campo de fútbol.

Desde este periódico llevamos 30 años conformando un escaparate de personas y colectivos que van desarrollando actividades que redundan en beneficio de la comunidad. Porque somos conscientes que el territorio es cosa de muchos y entre todos se va haciendo. Ahí están los resultados. Y sobre todo es bueno retratar y personalizar. Otros se retratan solos, como la presidenta de las Cortes de Aragón, la ultraderechista Marta Fernández, una de las pocas autoridades de la comunidad que no fue a arropar a los premiados como Aragoneses del Año, y que en lugar de creer en esa realidad de que Aragón lo hacemos entre todos, ya ha demostrado últimamente que pretende imponer su visión política desde una atalaya institucional en la que debe erigirse como gran equilibrista porque nuestro parlamento, uno de los más fragmentados del país, tiene muy distintas opiniones y ella representa a todas. Afortunadamente, la fiesta demuestra año tras año ese espíritu de concordia constructiva y a él debemos aferrarnos. A Aragón le va así muy bien.

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