ESCUELA MUNICIPAL DE FOLCLORE

Gran final de curso a ritmo de jota

Alumnos y alumnas participantes en el festival que puso el broche al año en la escuela. | SERVICIO ESPECIAL

Alumnos y alumnas participantes en el festival que puso el broche al año en la escuela. | SERVICIO ESPECIAL

ALEXIA PAVÓN

Como todos los años cuando va a acabar el curso, la Escuela Municipal de Folclore de Ejea preparó a los alumnos de canto, baile y rondalla para participar en el festival de fin de curso. La cita tuvo lugar el sábado 1 de junio en el Teatro de la Villa y estuvo dividido en dos actos. En el primero, a las 17.00 de la tarde, actuaron los grupos infantiles, y finalmente a las 18.30 llegó el turno de los juveniles y adultos.

El festival, protagonizado por los alumnos y alumnas de la escuela, se celebra todos los años con el objetivo de mostrar a familiares, profesores y todos los interesados en acudir el trabajo de las clases y todos los avances alcanzados a lo largo del curso. Este año, además, estuvo en parte dedicado a las tres provincias que forman Aragón, cantando y bailando jotas de Zaragoza, Huesca y Teruel. «El resultado fue un festival estupendo», expresa Sara Jiménez, directora del grupo folclórico Aires de Aragón.

El festival también constituye una manera de preservar parte de las tradiciones culturales de nuestra tierra y de seguir transmitiéndolas de generación en generación. En ese sentido, Sara Jiménez afirma que «las escuelas son una parte fundamental en la misión de mantener vivo el folklore». Hoy en día, a través de ellas, se forman los futuros mantenedores del folclore aragonés. En cuanto al balance del curso, vuelve a ser un año más claramente positivo. «La cantidad de alumnos ha sido un poco mayor que la del año pasado y estamos súper contentos con ellos porque todos se involucran en las actividades y en aprender», afirma la directora. Explica también que la gran mayoría suele repetir año tras año la experiencia, a no ser que «le coincida algún horario o se trasladen a vivir a otro lado». Además, todos los años, incluido ya este, cuentan con la incorporación de alumnos nuevos en las tres disciplinas, gracias al interés de las familias y de los propios niños y niñas en preservar las tradiciones de la comunidad.