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Un debate capital: Zaragoza está bien como está y no necesita crecer

La última expansión de la ciudad se diseñó pensando en alcanzar el millón de habitantes y hay barrios, como Arcosur, que sufren las consecuencias de este optimismo agravado por la crisis

Vista genérica del barrio de Parque Venecia de Zaragoza.  | JAIME GALINDO

Vista genérica del barrio de Parque Venecia de Zaragoza. | JAIME GALINDO / CARLOTA Gomar

Carlota Gomar

Carlota Gomar

Hubo una época en la que Zaragoza soñó con alcanzar el millón de habitantes. Todo un reto que nunca llegó a alcanzarse. La crisis económica no tardó en enterrar ese objetivo pero para entonces, en la ciudad ya había nuevos barrios proyectados y en marcha. En algún lugar debían residir esos nuevos habitantes.

Ahora el debate es otro. ¿Zaragoza debe crecer? La respuesta llega con otra pregunta. «¿Qué es más importante? ¿Que la ciudad crezca o que tenga unos servicios de calidad y no haya desigualdades?». Esta interpelación es del director de la Cátedra Territorio, Sociedad y Visualización Geográfica de la Universidad de Zaragoza (UZ) con el ayuntamiento, Ángel Pueyo, que entre otros muchos títulos es catedrático de Geografía Humana de la UZ.

La capital creció a gran velocidad en los años de explosión económica, principalmente desde finales de los 90 hasta 2015. «Desde entonces, el límite urbanístico prácticamente es el mismo», explica Pueyo, que afirma que la aparición de barrios como Valdespartera o Parque Venecia se debió, entonces sí, a una necesidad real, para dar una respuesta a los cambios sociales.

Por aquellos años la población crecía y de ahí surgió Valdespartera, un barrio que se creó para dar respuesta a las nuevas poblacionales, construyendo viviendas accesibles. Hasta entonces el crecimiento se había producido en el área metropolitana, sobre todo en Cuarte o María de Huerva, hasta que llegó el momento de apostar por la urbe.

Acosur 8 Imagen panorámica del distrito. | JAIME GALINDO

Acosur 8 Imagen panorámica del distrito. | JAIME GALINDO / CARLOTA Gomar

«En los 70 se construyeron muchos pisos en barrios como Delicias o Las Fuentes, donde vivían familias de hasta cinco miembros en 60 metros cuadrados. Ahora eso no ocurre», explica Pueyo, que recalca que ha habido cambios de «organización en los hogares» y se buscan viviendas grandes, con varias habitaciones, terraza a ser posible y, como colofón, piscina en la urbanización.

La ciudad consolidada

Con esta idea se han desarrollado los distritos de nueva creación, con amplías calles y zonas verdes de las que carece la ciudad consolidada. En Zaragoza ha habido varios desarrollos desde los años 80, como el polígono Universidad, Parque Goya, Rosales del Canal, Valdespartera, Parque Venecia y, por último, Arcosur, con su extensa superficie pendiente de ser urbanizada. La crisis de 2008 paralizó la construcción de este barrio de Zaragoza pensado para 22.815 pisos. Una década después solo se han construido cerca de 3.000 viviendas en este vasto paisaje.

«La crisis cambió al sector, que se vio en la obligación de abandonar el camino iniciado. Resistieron pocas empresas, las históricas y con vinculaciones en otros sectores», recuerda el presidente de la Confederación de Empresarios de la Construcción de Aragón y del Grupo Lobe, Juan Carlos Bandrés.

Accesos 8 Señal en los accesos  | ÁNGEL DE CASTRO

Accesos 8 Señal en los accesos | ÁNGEL DE CASTRO / CARLOTA Gomar

Hay un matiz que diferencia a Rosales del Canal de Arcosur, dos barrios que comparten territorio y que han crecido a velocidades muy dispares. Además del año de inicio (Rosales se adelantó unos años) es el tipo de vivienda. En Arcosur hay mucho suelo para VPO que durante años no ha sido rentable impulsar. En su día se diseñó pensando en construir 22.815 viviendas, de las que el 60,73% (13.856) iban a ser protegidas y el resto (8.959) libres. En un primer momento las protegidas tuvieron un gran tirón, que se frenó en seco con la crisis.

No obstante, apunta Bandrés, tiene una ventaja y es que se proyectó en tiempos de bonanza, «y eso ya no se podrá alterar». «Las dimensiones de las manzanas y la distribución de su espacio cumplen con las expectativas actuales. Ahora se demandan zonas verdes y piscinas, y eso no se puede encontrar en el centro», comenta insuflando esperanza.

Las previsiones de la junta de compensación son buenas y mantienen su objetivo de urbanizar un millar de viviendas al año en un barrio en el que viven poco más de 5.000 personas. Aunque son conscientes de que los costes de construcción se han disparado entre los «10.000 y los 15.000 euros por vivienda», lo que va a repercutir en el precio final de los pisos.

Zaragoza está bien como está y no necesita crecer

Zaragoza está bien como está y no necesita crecer / CARLOTA Gomar

La proximidad también fue un factor clave para que zonas como Parque Venecia tuvieran tanto tirón. «Es sencillo, desde este barrio puedes ir andando por la calle, pero desde Arcosur no, tienes que atravesar campo», incide Pueyo, que recalca que se trata de un comportamiento que «tiene que ver con nuestro modelo de sociedad mediterránea». «Nos da seguridad sentirnos parte de la ciudad, de un barrio», prosigue.

El momento de los distritos de nueva creación ha acabado, al menos por ahora. «Es la hora de retransformar los consolidados para seguir mejorando la ciudad compacta» que sufre los achaques del paso del tiempo, explica Pueyo, que insiste en que no hay que pasar por alto las nuevas necesidades que surgen en las zonas consolidadas, como Delicias, San José, Las Fuentes o el Casco Histórico, donde reclaman nuevos servicios, ahora más dirigidos a la población envejecida. Todo lo contrario que en el Distrito Sur.

Y ojo, añade otro problema: los barrios de nueva creación no son intergeneracionales. Frente a un Delicias tremendamente envejecido, el Distrito Sur está repleto de jóvenes y niños. «Nos está pasando».