ENCUESTA DE PRESUPUESTOS FAMILIARES (INE)

Los hogares aragoneses gastan 1.200 euros más en alimentación que en 2019

Aragón batió su récord de consumo en 2023 con una media de 32.980 euros por unidad familiar y destina un 3% más de su dinero a comida que antes del covid

La comunidad es la séptima de España que más consume y su registro queda ligeramente por encima de la media nacional tras incrementar el gasto de media un 4,5% respecto a 2022

Una mujer compara precios de verdura en un lineal de un supermercado de la capital aragonesa.

Una mujer compara precios de verdura en un lineal de un supermercado de la capital aragonesa. / Miguel Ángel Gracia

Ríos de tinta quedaron escritos durante el año pasado sobre el coste del aceite de oliva, la fruta o la carne, y las informaciones se tradujeron en un roto en el bolsillo de los hogares aragoneses. Las familias de la comunidad gastaron en 2023 en comprar alimentos 570 euros más que en 2022 y 1.200 más que en 2019. Ahí queda alumbrado un hecho: justo antes del covid, la cesta de la compra suponía el 14,85% del consumo medio por hogar en un año, mientras que en 2023 escalaba hasta el 17,46% para comprar bienes básicos para la nutrición.

Y claro: a productos más caros, mayor gasto en las familias. Los hogares de la comunidad aragonesa registraron el año pasado el consumo medio más alto de la serie histórica con 32.980 euros por unidad familiar, casi 1.500 euros más que en 2022, lo que supone un incremento del 4,5%. Dicha subida llega después de que ese ejercicio, el 2022, batiera el récord a lomos de una inflación galopante que disparó el gasto en un 10% respecto al año previo, cuando el consumo estaba adulterado por los confinamientos. 

Así se desprende de la Encuesta de Presupuestos Familiares referente al año 2023 que publica este jueves el Instituto Nacional de Estadística y que refleja que los precios de la alimentación y la hostelería, estabilizados por lo alto durante el año pasado, se comen esa subida del consumo y protagonizan un coste de la vida que pone productos básicos a cotas prohibitivas. Y aun así, el gasto en hostelería y transporte también crece, lo que revela que por lo menos la incertidumbre que arrojan los popes de la macroeconomía no atemoriza al consumidor. 

Si en el año 2019 la alimentación suponía el 14,85% del consumo medio por hogar, en 2023 escalaba hasta el 17,46% para comprar bienes básicos de nutrición

Esa brecha se come cerca del 60% de los 2.264 euros que hay de brecha entre el consumo total medio del año pasado y el de 2019, lo que representa cerca del 55% del incremento del consumo total entre el ejercicio prepandemia y el último. Bien es cierto que la inflación, disparada durante 2022 por los precios de la luz y los combustibles, provocó una recuperación del consumo en los hogares ese mismo año tras un 2020 y 2021 marcados a la baja por los confinamientos y el covid. 

Las familias aragonesas incrementaron su consumo algo más que la media española, elevando a la comunidad como la séptima autonomía con mayor gasto de todo el país. El recorte para los bolsillos se lo dan al ocio y a la cultura, mientras que la hostelería resiste. Los hogares aragoneses gastaron 3.562 euros en este sector y 1.867 euros en ocio y cultura, mientras que en 2019, los aragoneses gastaban 3.280 euros en bares y restaurantes y 1.936 euros en actividades culturales. 

También juega un papel preponderante en esta encuesta: la receta de la negociación colectiva y la revalorización salarial, algo que los trabajadores aragoneses vieron comprobado el año pasado, que e cerró con un incremento de los sueldos pactados en convenio del 4,01%, casi un punto porcentual por encima de alza del índice de precios al consumo (IPC).

Sea como fuere, la vivienda sigue siendo el principal sector de consumo de la vida de los aragoneses al comerse un 30% del gasto total. El año 2023 fue, con 9.898 euros, el que más dinero destinaron a pagar la casa, si bien en porcentaje se mantiene estable desde antes de la pandemia. 

También ocupa una parte importante del consumo familiar el transporte, pero su reflote responde a estímulos contrarios al de la alimentación. Tras dos años altos precios del combustible, la bajada del coste hizo repuntar el consumo, que alcanza 3.648,89 euros por hogar, 315 por encima del dato de 2022.

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