día de eliminación de la violencia contra las mujeres

Una marea morada levanta la voz contra los asesinatos machistas en Zaragoza

Más de mil personas se han concentrado en la plaza de España y a continuación desfilado por Independencia para gritar «nos queremos vivas»

Critican el "discurso negacionista y reaccionario" y piden educación sexual, necesaria porque "vemos que entre los adolescentes disminuye la percepción de machismo

Eva García

Eva García

"Ni una menos. Nos queremos vivas". El grito no ha podido sonar más alto. Ni más contundente. Ni más claro. Más de mil personas se han concentrado en la plaza de España para recordar a las que ya no están, a las que ya no pueden gritar porque han sido asesinadas.

Han sonado el nombre y la edad de todas las que han perdido la vida a manos de su pareja o expareja a lo largo de este año. Las cifras oficiales señalan que han sido 52 las fallecidas, aunque desde la Coordinadora de Organizaciones feministas de Zaragoza han recordado aumentan las víctimas hasta 83, más de 1.600 desde 2004, porque "no solo incluimos feminicidios de parejas o exparejas sino otros asesinatos, como feminicidios íntimos, derivados en el sistema prostitucional o porque la situación de esa mujer se ve vulnerada". En definitiva, hay "otras violencias machistas, fuera de la ley de violencia de género en las que aunque no medie relación, creemos que tienen que ser recordadas", aseguraba Elisa Gracia, portavoz de la coordinadora.

En Zaragoza la protesta, la reivindicación ha sido doble. Primero, la de la coordinadora, con una concentración, un manifiesto a cargo de una víctima (Teresa, de la asociación Somos más); y seguida, la de la plataforma 8M, con una manifestación hasta Paraninfo, donde se ha leído otro texto.

El clamor, el mismo, los cánticos, parecidos y el sentimiento, el mismo, el grito de "Se acabó". Y en muchas ocasiones, también, el sentimiento de soledad.

Ana Urbano, Victoria Gómez y Pilar Gómez llevan años acudiendo a la concentración. "No cambia nada y es una pena", han reconocido, ya que creen que "cada vez hay más voces que dicen que el machismo no existe y las cifras dicen lo contrario". Les gustaría que la de este año fuera la última vez que tienen que salir a la calle porque "ya no haya más muertes" pero dudan de que sea así. Al año que viene volverán si es necesario porque están "las que venimos siempre", tanto cuando las manifestaciones han sido multitudinarias como en las que "nos hemos visto solas".

En la protesta muchas mujeres, pero también muchos hombres, porque la lucha feminista es de todos. "Estoy aquí por mi mujer, por mi hija y también por mi madre", ha asegurado Juan, de 54 años, quien reconocía que la violencia machista es "una lacra contra la que todos debemos luchar". Él se considera "feminista" y no por eso "soy menos hombre" pero quiere que su hija "tenga las mismas oportunidades" que su hijo; y sobre todo, que "no tenga miedo ni sufra solo por el hecho de ser mujer".

En la manifestación, también muchas jóvenes, porque "siguen existiendo los asesinatos, cada vez se escucha que hay más violencia contra las mujeres y la ultraderecha sigue desprestigiando", ha reconocido una muchacha.

Las jóvenes son el futuro, las que "se van uniendo a la lucha feminista", ha insistido Elisa Gracia, aunque también ha reconocido que cada edad tiene "una forma de expresarse", y confluyen en el mensaje final, el de pedir que ninguna mujer muera por el hecho de ser mujer.

"Es importante ir generando un aprendizaje común porque vemos que en los adolescentes disminuye la percepción del machismo", señalaba la portavoz, quien reconocía que además, se une al discurso "negacionista". Sin embargo, ahí están los "repuntes en agresiones sexuales entre la juventud, los datos de mayor incidencia en la trasmisión sexual y el incremento de violaciones grupales". La educación sexual es "esencia".

Recuerdo a Palestina

La manifestación ha tenido un recuerdo especial para el pueblo palestino. Reem Souqy ha leído primero un texto y después encabezado la manifestación, porque en su país las mujeres viven "un doble sufrimiento, el del machismo, como en todos los países y además, el de la ocupación de nuestra tierra. Muchas mujeres se quedan sin maridos, son detenidas, ven a sus hijos morir y sufren por el genocidio", ha afirmado.

La concentración ha terminado con lemas como "Aquí estamos, nosotros no matamos, Ni una agresión sin respuesta, Ni una menos, vivas nos queremos y como colofón, el Se acabó, de María Jiménez.

A continuación, la batucada y la manifestación tras la pancarta de #Se acabó. Fuego al patriarcado y gritos de "tocan a una, respondemos todas" o "Patada feminista en la boca del machismo". La manifestación ha trascurrido por el paseo de la Independencia, hasta llegar al Paraninfo, donde hubo otro manifiesto donde criticaron que "la casta política conservadora, elitista, capitalista, racista y sus cómplices niegan la evidencia del machismo, el patriarcado y sus violencias", han leído, pero esa percepción no es real porque las mujeres siguen muriendo, lo que deja en evidencia "la ineficiencia de la ruta de la justicia". Entre sus reivindicaciones, evitar la violencia vicaria, "la impunidad de la que goza el clero", aumentar los recursos y espacios para eliminar la violencia machista; denunciar la cosificación de los cuerpos. Para ello piden educación sexual, campañas sociales, atención integral a las víctimas, formación feminismo y "cumplimiento de las leyes". Y, sobre todo, que el número 52 sea el último.