DESLOCALIZACIÓN INDUSTRIAL

Schindler, la última fuga empresarial de Aragón que precede a Airtex

La marca suiza fabricaba ascensores en Zaragoza como la heredera de Giesa, que contaba con 70 años de historia, del mismo modo que Airtex fabricaba componentes de automóvil desde que Talleres Larraz fue fundada hace 90 años

La compañía ejecutó un expediente de regulación de empleo en agosto de 2020 que afectaba a 114 empleados

Protesta de trabajadores de la ahora cerrada fábrica de Schindler en el polígono Empresarium, en 2020.

Protesta de trabajadores de la ahora cerrada fábrica de Schindler en el polígono Empresarium, en 2020. / EL PERIÓDICO

El Periódico de Aragón

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Aunque es más propia de otros tiempos, esos que se alejan de la cacareada responsabilidad corporativa y empresarial, la deslocalización de Airtex no es única. Hace apenas tres años, la fábrica de Schindler, que exportaba ascensores desde Zaragoza a todo el mundo, anunció el cese de su actividad de forma sorpresiva y dejó a 114 trabajadores en la calle. Fue un proceso igual de trumático e inexplicable que el de la compañía especializada en componentes de automóvil, pues daba grandes beneficios y acometió un sigiloso cierre en mitad de la crisis sanitaria de 2020.

Son muchas las similitudes entre Airtex, que nació como Talleres Larraz hace casi 90 años, y Schindler, la marca suiza que adquirió la mítica firma aragonesa Giesa, que contaba 70 años de historia empresarial con raíces en la comunidad.

El grupo suizo adujo cuestiones productivas, tecnológicas y organizativas para justificar la decisión y negó que se tratara de una deslocalización, pero trasladó la mayor parte de la producción a la fábrica de Dunajska Streda (Eslovaquia), donde los salarios son dos y tres veces más bajos. El roto de aquel despido colectivo fue para el grueso de la plantilla, que superaban los 50 años de edad y veían quimérico su regreso al mercado laboral. No será distinto si se consuma el ere en Airtex, pues la mayoría de los contratados son mujeres. 

También se aseguraba por aquel entonces que la fábrica de Schindler en Eslovaquia se había armado durante los últimos años a costa de inversiones que no llegaban a la planta del polígono Empresarium en La Cartuja. Algo parecido se rumia hoy sobre la factoría de Rumanía a la que la producción de Airtex se va a trasladar, pues esta planta habría sido montada para ahorrar en costes de salario lo que cuesta invertir en la transición al modelo eléctrico. 

La fábrica de Schindler en Zaragoza daba cerró pese a dar beneficios de 166 millones en euros entre el 2015 y el 2017. Falta por conocer en qué cifras se mueve Airtex.