PROBLEMAS DE CONVIVENCIA

Clamor vecinal por un "prostíbulo" en un edificio de la plaza del Portillo de Zaragoza

Los propietarios del número 5 denuncian el ejercicio de prostitución en el principal derecha

No tienen mayoría en la comunidad porque el arrendador dispone de 4 pisos en el bloque

Los vecinos afectados han comenzado a movilizarse y han colocado cuatro pancartas en los balcones para exponer el problema al que tienen que hacer frente.

Los vecinos afectados han comenzado a movilizarse y han colocado cuatro pancartas en los balcones para exponer el problema al que tienen que hacer frente. / ANDREEA VORNICU

El número 5 de la Plaza del Portillo de Zaragoza no es un bloque de pisos al uso en las inmediaciones de la plaza de toros de La Misericordia. Tanto es así que es suficiente alzar la vista hacia los balcones de la segunda planta para leer cuatro pancartas reivindicativas en términos de denuncia con sendos lemas de protesta como, por ejemplo, No queremos un prostíbulo en nuestra comunidad, Stop explotación sexual en viviendas o Sin puteros no hay trata. Este es el movimiento vecinal que han iniciado recientemente los residentes de este inmueble, según denuncian, debido al «prostíbulo» instalado en el principal derecha y el «proxeneta» que dicen tener por vecino desde hace «varios años».

Los residentes han dado este primer paso porque explican que no tienen la mayoría absoluta en la comunidad (5) para tomar acciones legales: el arrendador de ese «prostíbulo» también es propietario de otros tres domicilios y, a su vez, le tiene alquilado el tercero derecha a quien haría esas veces de «proxeneta». «Estamos contra la pared. Somos rehenes de un solo propietario», resumen los afectados, quienes detallan a EL PERIÓDICO DE ARAGÓN que el referido «prostíbulo» cuenta con «cinco habitaciones» y, tras haberse documentado, señalan que el alquiler de estos compartimentos es «semanal» con un importe que, «más o menos», se movería en torno a los 200 euros.

«La prostitución que se ejerce en las casas se basa en un alquiler semanal. De hecho, todas las semanas vemos a chicas distintas», argumentan los vecinos, quienes también han comprobado que los puteros contratan estos servicios sexuales a través de portales de prostitución como Destacamos: uno de los afectados llegó a comunicarse vía WhatsApp con una prostituta que le facilitó, precisamente, ese número 5 de la Plaza del Portillo. Con todos estos ingredientes sobre la mesa, los problemas de convivencia son diarios porque las prostitutas «están 24 horas trabajando». «Todas las noches se pasean con los tacones a abrir la puerta y a cerrarla. Son cinco personas que, por la noche, viven igual que cualquiera lo hace de día. ¡Hay veces que escuchas hasta los precios!», exclaman.

Uno de los puteros tiró los buzones al suelo y abrió los sacos de cemento. | EL PERIÓDICO

Uno de los puteros tiró los buzones al suelo y abrió los sacos de cemento. | EL PERIÓDICO / a. t. b.

Precisamente, este turno nocturno lleva hasta allí a «borrachos» y «drogadictos» que ya han hecho de las suyas en el bloque durante este tiempo, si bien hay «clientes de todas las edades y clases sociales». «Hubo uno que estuvo subiendo y bajando por las escaleras llamando a todos los timbres de las puertas de casa e insultando y amenazando porque las prostitutas no le abrían. Tiró los buzones y vació los sacos de cemento porque estábamos con la obra del ascensor», relatan.

"Todos los timbres"

En este sentido, exponen que el timbre del «prostíbulo» está «desconectado» para no interrumpir ni molestar los servicios sexuales que allí prestan, de modo que son «habituales» estos episodios en los que los clientes tocan «todos los timbres» e incluso ha habido ocasiones en las que se han llegado a denunciar episodios de «malos tratos» en el interior de ese principal derecha. Así, una de sus mayores preocupaciones es cruzarse con ellos en el ascensor. «Me da miedo que mis hijos bajen solos al patio», dice una vecina. «Pueden confundir a las jóvenes con las prostitutas», le contesta otra.

Por el momento, no encuentran ninguna solución a corto plazo porque las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no pueden entrar al domicilio «sin orden judicial» y, de este modo, tampoco se puede «comprobar esa relación de proxenetismo». «Las viviendas son involiables y es una pena que la Administración no pueda hacer nada y que nuestra vivienda haga de refugio de la prostitución. ¿Por qué tiene que haber un piso de prostitución en una comunidad de vecinos donde estamos residiendo y descansando», zanjan.

Dos de los lemas que se pueden leer en las pancartas desplegadas en los pisos. | ANDREEA VORNICU

Dos de los lemas que se pueden leer en las pancartas desplegadas en los pisos. | ANDREEA VORNICU / a. t. b.

Ante esta situación, el lunes por la tarde decidieron desplegar estas cuatro pancartas en sus balcones y, desde la comunidad de vecinos, no descartan continuar con otro tipo de iniciativas como, por ejemplo, una recogida de firmas para presentarlas ante el Justicia. «Lo hemos intentado a las buenas, pero son gente muy complicada y hay que hacer algo», finalizan.