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Nuria, la coleccionista zaragozana de Barbies: "Hay un montón y nunca son suficientes"

En su casa tiene una colección de más de 200 muñecas, entre las que el valor de la mayoría "es incalculable"

Parte de la colección de más de 200 Barbies de Nuria.

Parte de la colección de más de 200 Barbies de Nuria. / El Periódico de Aragón

Judit Macarro

Judit Macarro

Sacar el baúl de los recuerdos de la infancia, para Nuria, a sus 49 años afirma que "fue un antes y un después". Su pasión por la Barbie empezó hace 15 años, cuando "abrí la caja donde tenía guardadas las muñecas de cuando era pequeña", en ese momento se dio cuenta de que "ese era mi mundo". La primera Barbie que compró fue una Silkeston, unas muñecas creadas a partir de los años 2000 hechas con un tipo de plástico duro que imita al tacto de la porcelana. La suya es una oficinista y es una de las más de 200 que guarda en su colección.

"Barbie hay un montón, nunca son suficientes", explica la coleccionista, "cada vez salen más, quieres antiguas... y en mi caso, ¡me gustan todas!". Sus favoritas son las que imitan el estilo de los años ochenta, "me recuerdan a mi infancia y les tengo un cariño especial". Además, para los fans de la moda, según Nuria, algunos de los looks de las Barbies de los 80 más nuevas están diseñados por Bob Mackie o Moschino, para ella "son una pasada". Aunque, las antiguas... "Es que tienen un valor incalculable, ya no se puede pagar por ellas porque no hay más".

La primera muñeca de la colección de Nuria.

La primera muñeca de la colección de Nuria. / El Periódico de Aragón

Entre su vitrina de muñecas, la que más valor tiene para ella es "la Barbie de Madame Du" (una cortesana francesa del siglo XIX y amante de Luis XV). "Es preciosa, todo el vestido está bordado con pedrería y la muñeca es de metal", describe la fan, quien nunca pensaba que iba a conseguir este modelo de Barbie porque "hay muy pocas, no sé ni cuanto le costó a mi marido... su valor es incalculable y cuando me la regaló me quedé muerta".

Para ella, el valor de sus muñecas es más bien sentimental. "No tienen precio, porque se revalorizan a pesar de que yo lo he pagado mucho por ellas", asegura la coleccionista de "cualquier tipo de Barbie".

Pero... el mundo de la Barbie, pese a lo que puede parecer, es mucho más que muñecas. Desde hace siete años, Nuria acude el primer finde de octubre con sus otros amigos coleccionistas a la convención de la Barbie en Madrid. En esta fiesta rosa, los fans de la muñeca hacen talleres de crear ropa para las muñecas, fiestas temáticas de la Barbie en las que se disfrazan de una de sus muñecas y el ganador se lleva una edición especial, y mucho, mucho más. Para Nuria es "muy divertido" porque "van muchísimas personas, incluso gente de otras partes del mundo, y cada uno tiene su estilo e ideología". Una gran y diversa multitud que en común tienen una cosa fundamental: "el sentimiento por la Barbie".

La muñeca Madame Du de Nuria.

La muñeca Madame Du de Nuria. / El Periódico de Aragón

La semana pasada, Nuria también acudió de rosa a ver la película Barbie, aunque asegura que "no fui muy exagerada, llevé una cinta del pelo rosa y un bolso de la Barbie". Como fan, le pareció algo muy especial ver a tantas personas vestidas de rosa; sin embargo, "la película me decepcionó por como se enfocó a la muñeca, además el cine al que fui no estaba decorado y perdió su gracia".

Para ella, todo el boom que ha recibido el juguete tras el filme es "una moda pasajera". Considera que "habrá alguno que se unirá al club, pero este fanatismo no durará tampoco mucho tiempo". Aunque, para ella y sus amigos coleccionistas, el que se haya hecho una película de su muñeca favorita "nos viene muy bien y muy mal, sobre todo para la cartera, porque ahora hay mucho merchandising que antes no podríamos conseguir tan fácil". Toda una ruina para ella, porque cosa que ve de la Barbie... "¡Me lo compro!", exclama entre risas.

Lo que seguro que no pasa de moda, desde que se inventó la muñeca en 1959, es que en la infancia de muchas niñas (y niños) haya una Barbie con la que juegue a ser "todo lo que quiera y más".