Cae el número de niños en Aragón y además son cada vez más pobres

El coronavirus volvió invisibles a los niños y ahora, que esa situación queda atrás ,ha sacado a la luz una «visibilidad que nos inquieta». La tormenta ha dejado «unos cuantos destrozos», ha reconocido esta mañana de forma gráfica Andrés Esteban, asesor de menores y mayores del Justicia de Aragón. Este, junto al lugarteniente del Justicia, Javier Hernández, han entregado al presidente de las Cortes, Javier Sada, el informe anual sobre Infancia y Adolescencia, que es «un iceberg», ya que solo muestra la punta del conjunto de la sociedad y «viene a recopilar todo el trabajo transversal que se hace en la institución sobre menores». 

Esa cúspide deja datos dramáticos que desde la institución resumen en «menos infancia, más pobre y con más problemas». La población aragonesa menor de 18 años ha ido en constante descenso. Con respecto al año pasado, hay 1.725 menos, lo que supone una caída en el porcentaje de la población total del 16% (218.055 habitantes) continuando con esa tendencia a la baja y acentuando el sobreenvejecimiento de los habitantes de la comunidad. 

La natalidad también disminuye y los datos son preocupantes, tanto que la «pirámide poblacional no es que esté invertida sino que está sin base», destacó Hernández. En el último año, los menores de 12 meses superan por poco los 9.000 y si se comparan con los datos de hace una década, el descenso ha sido del 30%, ya que superaban los 13.000. Esta caída que en años anteriores quedaba oculta por la llegada de menores migrantes, ahora «solo se suaviza», reconoció Andrés.

Menos niños, sí, pero además con mayores dificultades económicas, con datos peores que en el informe anterior. Recordó el asesor que el presidente de Unicef consideraba una barbaridad que la pobreza relativa de un país como España superara el 20%. En Aragón, esa tasa de pobreza relativa (se considera cuando los ingresos en los núcleos familiares son menos al 60% de la mediana, que en Aragón está en 10.872 euros, es decir unos 6.523 euros) alcanza en la comunidad casi el 25%, con un incremento de 3,5 puntos. 

Este repunte supone un aumento de un 16%, siendo la tasa más alta en los últimos ocho años, de lo que se deduce que uno de cada cuatro niños aragoneses está por debajo del umbral de la pobreza en Aragón y aunque es un dato mejor que en España (alcanza casi el 29%), se va reduciendo con el paso del tiempo. Por detrás de España, solo Rumanía y Bulgaria.

«Pobreza acumulativa»

Son datos, recuerda Andrés, que la sociedad «no puede permitirse» porque además se trata de una «pobreza acumulativa» ya que implica «mayor fracaso escolar, obesidad, enfermedad, precariedad laboral y, por tanto, una sociedad más desigual». Por eso, destaca el informe que son cifras que «no se corresponden con una sociedad que priorice la atención a la infancia».

La tasa Arope también viene a corroborar esos malos datos en cuanto a riesgo de pobreza o exclusión social en los hogares aragoneses, ya que ha pasado del 18,45% en 2020 al 20,27% un año después. Además, los problemas son mayores en el caso de hogares con niños dependientes, ya que en ese caso la tasa alcanza casi el 24% (frente al 16% en los que no hay niños dependientes), lo que confirma que esa pobreza «repercute más en quienes son más vulnerables.

Decía el asesor del Justiciazgo que este informe es solo la punta del iceberg, los datos más negativos, pero si se escarba en ellos, se descubren cifras que dejan poco margen a la positividad. Y es que más de la cuarta parte de los hogares aragoneses (28,5%) no tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos (8 puntos menos que en España y dos puntos más que en la comunidad un año antes); el 18,5% no puede salir de vacaciones al menos una semana al año; un 16% ha retrasado pagos relacionados con la vivienda principal, un 10% no puede mantener la vivienda a una temperatura adecuada, un 5% no puede permitirse disponer de un automóvil; y un 7%, de un ordenador personal. Estos datos hay que ponerlos en contexto ya que corresponden a datos del 2021, con lo que habría que añadir el IPC o la inflación, y la subida de precios básicos con lo que los del año próximo podrían ser incluso peores. Las familias han destinado mayor parte de sus ingresos a servicios básicos como la vivienda, la alimentación o el transporte, por lo que las economías más bajas se verán afectadas y, por tanto, también las necesidades de los más pequeños. Y es que lo primero que desaparecen son las actividades deportivas y las culturales para hacer frente a gastos como la alimentación.

Estas desigualdades además se ven acrecentadas según donde vivan esos menores, ya que tendrán mayor o menor acceso a determinados servicios.

Además de visibilizar los problemas y la situación de los hogares con niños en la comunidad, desde el Justiciazgo también se presentan una serie de sugerencias. La primera sería la creación de un órgano de la administración dedicado a la infancia, ya que hasta ahora se trata de forma trasversal con la implicación de diversos departamentos. Además, piden impulsar un sistema de recogida de datos básicos sobre la infancia y la adolescencia en Aragón con carácter integral, en el que se analice la demografía, educación, sanidad, vulnerabilidad, riesgo de exclusión social de forma sostenida en el tiempo. 

Además, consideran esencial una actualización de la norma aragonesa tal y como han realizado otras comunidades 

También urgen que se garanticen los derechos básicos de los pequeños y que se avance en la disminución de la pobreza infantil, convirtiendo a al comisionado sobre la pobreza infantil, que está dentro del Observatorio de la Desigualdad del Gobierno de Aragón, no solo en un órgano consultivo sino que «desempeñe un papel central en la definición de estrategias».

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