La diversidad táctica del Zaragoza. Víctor sacude la pizarra

Ya lo advirtió Víctor Fernández cuando, en la 18-19, aceptó el complicado reto de salvar a un Real Zaragoza directo al abismo: «Mi sistema es el que nos lleve a ganar. Mi concepto y estilo de juego es el mismo, que emocione a la gente. Es un error intentar reparar los dibujos, no hay fórmulas mágicas, rombos, cuadrados… se modifican continuamente. Debemos recuperar la identidad y estamos muy abajo». Con esas palabras, el técnico aragonés se desligó de la rigidez impuesta por un sistema de cabecera, algo que sí han defendido a ultranza otros entrenadores que han pasado recientemente por el banquillo zaragocista.

Víctor, en cambio, apuesta por la flexibilidad y una diversidad táctica al servicio de las necesidades y de las características de una plantilla heredada y del rival. Quizá por ello, el zaragozano recurrió el pasado sábado a una disposición nada habitual en él y a la que se ha entregado en contadas ocasiones a lo largo de su carrera: los tres centrales. La elección, destinada sobre todo a complicar la vida a Gerard Valentín, obtuvo éxito para satisfacción de Víctor, que también acabó moderadamente contento con el rombo que había ordenado durante la segunda parte ante el Elche. Las ausencias y las lesiones llevaron al técnico a un dibujo que tampoco utilizó en su anterior etapa en el banquillo zaragocista, pero que consideró la idónea para reajustar el equipo con reubicaciones como la de Lluís López como vértice inferior de aquella figura que Lalo Arantegui pretendió convertir en identidad del club cuando ejerció como director deportivo.

Maikel Mesa da en la diana

Aunque es el 4-2-3-1 (en su estreno ante el Espanyol y dispuesto también frente a Mirandés o Levante) el sistema que viene siendo más usado por Víctor, que parece haberse decantado ya por Azón como punta de referencia bajo ese dibujo. En todo caso, el preparador blanquillo también ha usado de inicio el 4-4-2 (frente al Tenerife) y se ha refugiado en ocasiones en el 4-1-4-1, aunque insiste en dejar claro que la situación del equipo y las urgencias obligan a sacudir la pizarra de vez en cuando. 

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