PSICOLOGÍA

Cómo saber si necesito ir al psicológico: síntomas que indican que debes que pedir ayuda

Aún hay demasiada gente que no se atreve a admitir que va al psiquiatra, a pesar de que las consultas en salud mental están sobrepasadas y no dan abasto a la gran demanda

Cómo saber si necesito ir al psicológico: síntomas que indican que debes que pedir ayuda

Cómo saber si necesito ir al psicológico: síntomas que indican que debes que pedir ayuda / Freepik

Rafa Sardiña

Rafa Sardiña

Es evidente que no todo lo que nos ocurre y nos afecta emocionalmente requiere una ayuda especializada, pero es importante saber reconocer aquellas ocasiones en las que sí que se necesita el asesoramiento, tratamiento y seguimiento de un profesional de la psiquiatría o de la psicología.

Sin embargo, “identificar cuándo necesitamos realmente la ayuda de un experto nos ahorrará mucho tiempo y, sobre todo, un gran sufrimiento”. 

El doctor en psicología Luis Moya Albiol, que ha publicado ¿Necesito ayuda psicológica?: Cómo y dónde encontrarla (Plataforma Actual), explica a ‘Guías de Salud’ que:

  • "Soy más partidario de pecar de comisión que de omisión, dicho con otras palabras, a mi juicio, y según mi experiencia, es preferible una consulta innecesaria en salud mental que dejar pasar los síntomas”. 

Y es que, como “no me canso de repetir, la prevención es básica en este campo, ya que, en muchas ocasiones, cuando se aborda una enfermedad mental desde los primeros síntomas, se consigue frenar su progresión o, al menos, la gravedad de los síntomas y las consecuencias”.

Luis Moya Albiol, autor de '¿Necesito ayuda psicológica?: Cómo y dónde encontrarla'

Luis Moya Albiol, autor de '¿Necesito ayuda psicológica?: Cómo y dónde encontrarla' / Cedida

Derribar mitos sobre ir al psicólogo: no es de “locos”

La mayoría de las personas no tienen reparo en comentar abiertamente que tienen un problema de tiroides, que sufren diabetes, hipertensión o incluso una enfermedad autoinmune, como la enfermedad de Crohn o el lupus eritematoso. 

De hecho, muchas explican sin tapujos cómo se enfrentan a estas enfermedades, hablan de ellas abiertamente. Pero, lamentablemente, “no ocurre lo mismo en el caso de los problemas de salud mental, que desde siempre han estado estigmatizados”. 

Aunque” las cosas están empezando a cambiar, sobre todo entre los jóvenes”, aún hay demasiada gente que “no se atreve a admitir que va al psiquiatra o que asiste a psicoterapia, a pesar de que las consultas en salud mental están sobrepasadas y no dan abasto a la gran demanda”. 

  • “En el caso de los hombres, la dificultad para reconocerlo es mayor, ya que se les supone popularmente fuertes, mientras que la enfermedad mental se considera signo de debilidad, motivo por el cual, hasta hace bien poco, en las sociedades occidentales se ridiculizaba o excluía socialmente a cualquier hombre que expresarse demasiada sensibilidad”.

Alguien depresivo se siente culpable por todo: por no poder hacer lo que hacía antes, por hacer daño con su actitud a quien tiene alrededor, por sentirse alejado de los demás, por no querer vivir, por no sentir ilusión o incluso por haber actuado de un determinado modo.

A la culpa, además, se le suma la vergüenza, que también lo tiñe todo: siente que no controla su mente, que no es capaz de hacer su trabajo como antes, de interesarse por su pareja como solía, de cuidar de sus hijos o de hablar con interés con un amigo”, señala el psicólogo.

Los problemas de salud mental más prevalentes son la ansiedad, la depresión y el trastorno del estado de ánimo.

Los problemas de salud mental más prevalentes son la ansiedad, la depresión y el trastorno del estado de ánimo. / DCStudio. FREEPIK

Patologización de estados de ánimo “normales”

El doctor Luis Moya Albiol remarca que:

  • "Desde mi punto de vista algunos factores como la búsqueda de la inmediatez y la menor resistencia a la frustración han llevado a que en general tengamos menos capacidad de convivir con el dolor y el malestar”.

No obstante, “no quiere decir que lo hayamos convertido en patológico, pero sí que no queremos vivir con ello si podemos evitarlo”.

Por ejemplo, el duelo de un ser querido que hay que pasarlos, y que el dolor del mismo ayuda a aceptarlo. En este caso en principio no habría que medicarse a no ser que el proceso se convierta en patológico, pero

  • ¿Dónde está el límite?
  • ¿Cómo saber si alguien es capaz o es bueno para su salud convivir con el sufrimiento?
  • ¿Hay que respetar el derecho individual en cada caso? 

“Creo que entramos en el ámbito de la neuroética, el progreso y el desarrollo científico nos ha llevado a contar con un mayor arsenal terapéutico para gestionar el malestar emocional, y creo que es de vital importancia que sean los profesionales de la salud mental (psicología y psiquiatría) quienes decidan el tratamiento más conveniente en cada caso, por supuesto tras hacer una buena evaluación de cada situación concreta”.

No saber la causa del lloro produce sentimientos de frustración, depresión o ansiedad en los padres.

No saber la causa del lloro produce sentimientos de frustración, depresión o ansiedad en los padres. / FREEPIK

Qué influye en la aparición de problemas de salud mental

Moya Albiol señala que hay factores que pueden predisponer a tener problemas de salud mental, como tendencia genético-biológica a alguna de las enfermedades mentales, haber padecido maltrato físico, psicológico y/o sexual o abandono en la infancia, crecer en una familia desestructurada, haber padecido bullying o ciberbullying, tanto agresiones físicas, como verbales, como relacionales (exclusión del grupo, etc.) ya sea tanto de forma presencial o en redes. Además de los ya mencionados, hay otros componentes que suponen un riesgo para la ideación suicida y la enfermedad mental. En general, son todos aquellos sucesos que producen un gran estrés y un gran malestar emocional, como los siguientes: 

  • Las rupturas sentimentales no deseadas. 
  • Los problemas económicos, sobre todo en el caso de pobreza extrema o indigencia.
  • Las enfermedades crónicas a las que hay asociado mucho dolor físico o emocional.
  • Haber sido víctima de un crimen, de acoso moral o de hostigamiento.
  • Haber perdido a un ser querido de forma traumática, sobre todo si se trata de un hijo, y más aún si ha sido violado y asesinado o se ha suicidado. 
  • Los fracasos laborales o académicos.

Cuándo se debe pedir ayuda a un psicólogo o psiquiatra

  • Cuando los problemas nos sobrepasan y no sabemos cómo afrontarlos por nosotros mismos y cómo solucionarlos.
  • Sentimos un gran malestar, un profundo dolor o una tristeza que no nos deja seguir con nuestra vida o nos conduce a un círculo de negatividad y pesimismo que nos hace incluso pensar en la muerte como única vía de salida. 
  • Cuando sentimos angustia con frecuencia o nos obsesionamos con ideas que no nos dejan vivir.
  • Tenemos insomnio crónico o nos sentimos agotados sin razón aparente. 
  • Cuando nos invaden ciertas ideas irracionales, como que no nos merecemos ser felices, que no servimos para nada, que nada nos produce placer y somos incapaces de disfrutar de la vida o que el mundo es un lugar amenazante que no podemos controlar. 
  • Al tomar conciencia de que tenemos un problema y hemos intentado cambiarlo, pero no lo hemos logrado y nos sentimos perdidos y desbordados.
Ictus, alzhéimer o insomnio: por qué las mujeres sufren más enfermedades neurológicas

Ictus, alzhéimer o insomnio: por qué las mujeres sufren más enfermedades neurológicas / Adobe Stock

Principales síntomas asociados a los trastornos depresivos:

  • Sentimientos de tristeza, desaliento y desesperanza.
  • Baja autoestima.
  • Sentimientos de culpa y vergüenza.
  • Anhedonia (incapacidad de sentir placer) Pérdida de deseo sexual, de apetito y alteración del sueño.
  • Dificultad para entablar conversaciones y para expresar sentimientos. 
  • Problemas para relacionarse socialmente.
  • Lentitud de pensamiento e incapacidad para concentrarse. 
  • Falta de motivación y pérdida de interés por actividades que antes lo generaban
  • Desesperanza y desamparo. 
  • Visión negativa del pasado, presente y futuro. 
  • Sensación de no poder salir de ese estado emocional, y que nunca pasará.
  • Pensamientos de muerte y/o ideas suicidas.
  • En casos extremos, intentos de suicidio o suicidio consumado.
La sensación de nerviosismo, o agitación, es uno de los síntomas de la ansiedad.

La sensación de nerviosismo, o agitación, es uno de los síntomas de la ansiedad. / Freepik

Principales síntomas de la ansiedad:

  • Nerviosismo e inquietud. 
  • Sensación de fatigarse con facilidad. 
  • Dificultades para concentrarse que en ocasiones llevan a la sensación de “quedarse en blanco”. 
  • Irritabilidad. 
  • Tensión muscular
  • Desajustes del sueño, sobre todo dificultad para conciliar o despertares tempranos que imposibilitan dormirse de nuevo.
  • Gran dificultad para controlar la preocupación. 
  • Deterioro de la vida en general, incluido el ámbito escolar o laboral, el familiar y el social.

Quiénes son más propensos a sufrir un problema de salud mental

El autor subraya que “el efecto de todos estos eventos estresantes sobre la salud mental y la ideación suicida depende, al fin y al cabo, de la propia personalidad, de la vulnerabilidad genética a enfermar, de los mecanismos de afrontamiento y de la red de apoyo social con la que se cuente”. 

“Podríamos decir que aquellas personas con mayor vulnerabilidad genética hacia la enfermedad mental (suele darse con mayor frecuencia en miembros de la misma familia) y con personalidades o rasgos de personalidad que entran en el espectro de lo patológico tienen una probabilidad mayor”.

Además, “las personas menos resilientes y por una menor capacidad para afrontar los eventos traumáticos en positivo o de forma efectiva y que carecen de una buena red de apoyo social, tendrían también más boletos”.