El Real Zaragoza se parte en dos

La última media hora es letal para un equipo que en ese tramo encaja el 66% de los goles y casi nunca marca 

En la recta final de la primera parte ha anotado 13 y ha recibido 2

Poussin no puede alcanzar el balón en el gol de falta marcado por Aketxe que culminaba la remontada del Eibar en La Romareda

Poussin no puede alcanzar el balón en el gol de falta marcado por Aketxe que culminaba la remontada del Eibar en La Romareda / JAIME GALINDO

Jorge Oto

Jorge Oto

La irregularidad mostrada por el Real Zaragoza a lo largo de la primera vuelta del campeonato queda de manifiesto en el desigual comportamiento del equipo aragonés en los dos periodos de los partidos. Mientras el tramo final de las primeras partes suele traer buenas noticias, los últimos compases de los encuentros se le hacen bola a una escuadra que encaja mucho al final y marca muy poco.

De hecho, dos de cada tres tantos (el 66%) recibidos por el Zaragoza han llegado en la última media de los partidos. Esas 14 dianas de las 21 sufridas por los aragoneses en toda la primera vuelta advierten de su extrema dificultad para gestionar los momentos decisivos de las contiendas y para defender una renta favorable.

El Levante fue el último en hurgar en la herida. El cuadro granota se sobrepuso a un 2-0 desfavorable en el descanso para recortar distancias en el minuto 62, meter el miedo en el cuerpo a los aragoneses y empatar en el 70, si bien el Zaragoza se rehizo al doble sofocón y pudo ganar un partido que, de nuevo, se escapaba cuando todo estaba a favor.

Antes, la última media hora también había sido fatal en Albacete, donde el cuadro local marcó el gol de la victoria en el 90, Elche (los dos tantos alicantinos llegaron en los minutos 61 y 64), Burgos (en el 93), Ferrol (61) o en casa ante un Alcorcón que sentenció el duelo en el 82. Pero, junto al del Levante, los golpes más duros se sufrieron en Gijón, donde el Sporting igualó en el 86 y el 95 un 0-2 desfavorable, y en La Romareda contra un Eibar que remontó el mismo resultado con tres dianas en la segunda parte (62, 67 y 87) para dejar claro que el Zaragoza llega demasiado justo a un final de los partidos en los que apenas ha sido capaz de anotar cinco dianas y solo dos (el segundo en Gijón y el tercero en Cartagena) llegaron en el último cuarto de hora. 

Si el Zaragoza es una calamidad cuando los partidos alcanzan su recta final, la cosa cambia en unos primeros periodos en los que el conjunto aragonés se muestra mucho más certero y seguro. Especialmente brillante es el rendimiento de los blanquillos en el último cuarto de hora (del minuto 31 al 45), cuando ha anotado 13 de los 21 tantos que ha marcado hasta ahora, es decir, casi el 62% de todo su caudal realizador. Mesa y Mollejo (42 y 45) ante el Levante fueron los últimos en subrayar una tendencia que se viene repitiendo durante toda la primera manga. En Burgos (38), Andorra (37), Gijón (45), Cartagena (39) y en casa frente a Valladolid (31), Eldense (42), Racing (45), Eibar (39 y 44) y Leganés (39), el Zaragoza también apretó justo antes del descanso y consiguió perforar el marco adversario. Eso sí, en la primera media hora solo ha hecho un gol y fue hace más de tres meses en Cartagena.

Además, esa mayor producción ofensiva en este tramo está acompañada de un incremento en la seguridad defensiva. Y es que apenas ha encajado cuando se acerca el intermedio. Solo dos goles han llegado en el periodo comprendido entre el minuto 31 y el 45 y desde el último de ellos (el primero del Alcorcón en La Romareda) han pasado dos meses y medio. El otro fue también en casa frente al Racing. 

Es, en definitiva, un Zaragoza que se desinfla y al que las segundas partes se le hacen muy cuesta arriba. 

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