JOVEN VALOR DE LA LITERATURA

Alejandro Bona, la voz joven que enfría y revive la palabra poética

El poeta zaragozano recibió el II Premio Internacional de Poesía Ángel Guinda con su obra ‘Breviario del frío’, en la que explora el desarraigo y la metapoesía

Alejandro Bona, ganador del II Premio Ángel Guinda.

Alejandro Bona, ganador del II Premio Ángel Guinda. / EL PERIÓDICO

Andrea Sánchez

Andrea Sánchez

Ángel Guinda decía que «la palabra es como un ser vivo». Alejandro Bona (1999) le da vida a la palabra en su poemario Breviario del frío, publicado por Olifante, bajo la colección Aiseúl, con el que ha conseguido el II Premio Internacional de Poesía Joven que recibe el nombre del escritor zaragozano. Al igual que Kase. O, Bona es del barrio de La Jota, un rincón de Zaragoza donde las rimas fluyen, ya sea en verso libre o sobre un beat. 

Bona comenzó a idear su poemario hace cuatro años y a escribirlo hace tres. El frío y la soledad fueron los conceptos que le inspiraron inicialmente. «Me gustó mucho la idea de que en ese frío, en el quedarse quieto, el estar parado ante el mundo por ciertas circunstancias de desarraigo, de soledad, también podía ser una forma de tocar fondo y reflexionar acerca de uno mismo, para luego llegar a arraigar en el mundo», explica Bona. Ese desarraigo inicial se convierte en una introspección que permite al poeta arraigarse en su propio universo poético.

Pulcritud formal y equilibrio

El jurado del premio destacó en Brevario del frío su «pulcritud formal y el equilibrio entre intención y extensión, además del novedoso tratamiento dramático de la metapoesía, concepto que el poeta español Guillermo Carnero define como «el discurso poético cuyo asunto es el hecho mismo de escribir poesía y la relación entre autor, texto y público».

Para Bona, reflexionar sobre la palabra poética es esencial. «La metapoesía siempre me había interesado mucho cómo en un poema se puede hacer una reflexión de la poesía», comenta. Inspirado por poetas como José Ángel Valente y Alfredo Saldaña, Bona se pregunta: ¿para qué reflexionar sobre la palabra poética? «Escribir poesía es una forma de crear un mundo aparte del real, un refugio cuando es necesario», detalla. 

Uno de los poemas más representativos del libro es 'La senda', que Bona destaca como su favorito. Este poema actúa como un eje central que resume la primera parte del libro y anticipa la segunda, abordando reflexiones sobre el metalenguaje. Bona describe: «El poema acaba: ‘más allá de los nombres que tiene la morfología, hay un deber signo que nos llama y que me llama a tu puerta a decirte que he recapitulado, que vuelvo a ti como quien vuelve a la vida’. Estos versos reflejan cómo la poesía, al tomar las riendas de su concepto, me permite abrirme al amor hacia mis amigos, a mi familia y a mí mismo». 

Formación como filólogo

La formación académica de Bona en Filología Hispánica ha sido fundamental en su desarrollo como poeta. Le permitió descubrir a muchos autores y poetas que de otro modo no habría conocido. «La carrera me sirvió para conocer muchas cosas acerca de la morfología del poema y descubrimiento de autores», manifiesta. Entre sus influencias más notables, Bona menciona a Ángel Guinda, Alfredo Saldaña y José Ángel Valente. 

Para Bona, el mundo de la poesía está «subterráneo, parece que no hay nadie, pero si te asomas un poco, se ve bastante gente y, además, muy buena», declara. En Zaragoza, poetas como Aitana Monzón, Celia Carrasco Gil o Sandra Lario están marcando la pauta con «propuestas estéticas innovadoras que combinan elementos tradicionales con técnicas más contemporáneas y corporales. Hay un panorama bastante fuerte», afirma. 

Bona observa que los temas más importantes en la poesía contemporánea incluyen el empoderamiento femenino, la soledad, el desarraigo y las injusticias sociales. «Hay una poesía de límites políticos y sociales», dice, mencionando a poetas que combinan mitología clásica con temas actuales. 

Un sueño cumplido

Ganar el II Premio Internacional de Poesía Joven Ángel Guinda ha sido un sueño cumplido para Bona. «Primero porque la editorial Olifante es una de las que más admiro, y luego, ganar el premio Ángel Guinda, que es el poeta que más me gusta, es un empaque aún mayor», comenta. Este reconocimiento no solo le da mayor proyección, sino que también le permite difundir su obra a nivel nacional. 

Actualmente, el joven zaragozano trabaja en un nuevo poemario, centrándose en reflexiones sobre la palabra poética y la creación de un nuevo lenguaje. «La poesía es una compañera de viaje», dice Bona, destacando cómo la poesía le ayuda a no sentirse solo y a encontrar consuelo en momentos de desarraigo. Para él, la poesía es esencial en su vida, tanto como la amistad o la conversación.