Aragón llora la muerte del genio de las viñetas

Varios dibujantes aragoneses destacan la influencia de Ibáñez, un "maestro que trascendió el género"

Francisco Ibáñez, en la redacción de El Periódico de Aragón en 2002

Francisco Ibáñez, en la redacción de El Periódico de Aragón en 2002 / El Periódico de Aragón

El Periódico de Aragón

El Periódico de Aragón

Toda España llora la muerte de Francisco Ibáñez. También Aragón, donde sus tebeos, como en el resto del país, se vendieron a espuertas durante décadas y marcaron a varias generaciones. De hecho, en muchos dibujantes de la comunidad se ve diáfana la huella del maestro: Moratha, Bernal, Kalitos... Este último, incluso publicó hace un par de años un tebeo homenaje-parodia titulado Cortapelo y Felipón.

«Como todo el mundo me decía que dibujaba igual que él le quise rendir un pequeño tributo con ese cómic. Para mí ha sido un referente y sin duda el dibujante que más me gustaba de crío», subraya a este diario Carlos Errazu ‘Kalitos’, que subraya con orgullo que es «el heredero oficial de Ibáñez».

En este mismo sentido se manifiesta Daniel Viñuales, editor de GP Ediciones y presidente durante años de la Asociación Aragonesa de Autores de Cómic. «De niños todos queríamos dibujar como él e imitábamos su estilo. Yo recuerdo de crío que me entrenaba a pintando las manos de Mortadelo. Su influencia ha sido absoluta y marcó un antes y un después en el mundo de las historietas», destaca Viñuales.

El sello Ibáñez se ve incluso en el logotipo del Colectivo Malavida, uno de los grupos aragoneses más activos de los últimos años. Para el dibujante Xcar Malavida, lo más destacable del maestro es que logró trascender el género. «Fue un genio absoluto y llevó a otro nivel el mundo del tebeo. Hay gente que no ha leído un cómic en su vida salvo a Mortadelo y Filemón, y eso está al alcance de muy pocos».

La pasión que sus historietas desepertaban en Aragón se pudo comprobar en varias ocasiones. En 2009, por ejemplo, acudió al Salón del Cómic de Zaragoza y miles de seguidores asistieron solo para saludarle. «Yo le pude dar dos besos», apunta con ilusión Kalitos. Unos años después, en 2015, el Centro de Historias de Zaragoza albergó una exposición dedicada al dibujante titulada 'Francisco Ibáñez. El mago del humor' y el éxito de visitas fue arrollador.