SEGURIDAD CIUDADANA

Interior adelanta la incorporación de 260 guardias civiles en Aragón por el "déficit" de agentes

La provincia de Zaragoza recibe 87 agentes: Huesca, 119 y, Teruel, 54

Marlaska cree que no faltan guardias civiles en Aragón

Incorporación de 119 nuevos agentes en los puestos de la Guardia Civil en la provincia de Huesca.

Incorporación de 119 nuevos agentes en los puestos de la Guardia Civil en la provincia de Huesca. / DELEGACIÓN DEL GOBIERNO

El Ministerio del Interior ha destinado 260 guardias civiles de la Guardia Civil a Aragón después de haber finalizado su periodo de formación en los centros docentes con los que cuenta el Instituto Armado en la localidad jienense de Baeza y en la madrileña de Valdemoro. Todos ellos pertenecen a la Escala de Cabos y Guardias y prestarán servicio en las provincias de Zaragoza (87), Huesca (119) y Teruel (54), si bien la Guardia Civil no ha facilitado los puestos de primer destino a los que han sido destinados por "motivos de seguridad". Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) han explicado a EL PERIÓDICO DE ARAGÓN que todos ellos deberían haberse incorporado a mediados de septiembre a las filas del Instituto Armado, pero el "defícit" de agentes que sufre la comunidad ha adelantado el proceso varias semanas. "Es la primera vez que se ha hecho", han explicado.

La incorporación de los 260 agentes llega varios meses después de que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, respondiera a una carta del Gobierno de Aragón considerando que la comunidad no sufre una merma de guardias civiles pese a los ratios que maneja en provincias vastas como Huesca, con seis agentes por cada 100km2y Teruel, donde el índice desciende hasta los cuatros agentes para la misma superficie. Decía Marlaska en la misiva que Aragón «se sitúa en la media nacional» en relación al número de efectivos policiales –incluidas todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado– en un momento en el que se llegaban a contabilizar más de 600 plazas sin cubrir (656) de la Guardia Civil en la comunidad.

El titular de la cartera de Interior se desentendía del medio rural en su carta porque solo aludía a los datos globales de la comunidad al situar en 3,8 el ratio de efectivos policiales –también del Cuerpo Nacional de Policía, que no opera en los pueblos– por cada 100.000 habitantes. En ningún momento hizo referencia al índice vinculado a la superficie, máxime cuando el territorio aragonés sufre la dispersión de la población en más de 700 núcleos repartidos entre las provincias de Zaragoza, Huesca y Teruel. Es esta última provincia la que peor parada sale de la situación al presentar un ratio de 4 guardias civiles por cada 100 km2, agravado por las 189 vacantes pendientes de cubrir. O lo que es lo mismo: casi un cuarto de la plantilla ausente cuando en otras provincias como Málaga, Granada o Córdoba hay más efectivos disponibles que activos.

A principios de junio, la Guardia Civil detuvo a un joven de 28 años que asaltó 24 establecimientos hosteleros en las provincias de Burgos, Segovia y Soria y, en la comunidad aragonesa, en las localidades zaragozanas de Caspe, Maella, Mequinenza y Jarque del Moncayo. Segúnexplicó el jefe de la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) del Instituto Armado, el capitán Emilio Lafaja, detrás de este tipo de golpes se encuentran bandas organizadas con, «al menos», tres integrantes que emplean poco tiempo en la comisión del robo de máquinas tragaperras, registradoras y expendedoras, las cuales abandonan en caminos rurales cercanos al lugar de los hechos. Uno de los recursos más habituales para eludir a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es el duplicado de las matrículas de los vehículos que previamente han sustraído.

También está la delincuencia organizada y profesional, «mayoritariamente», detrás de los robos en viviendas para proveerse los ladrones de dinero, joyas, herramientas e incluso vehículos. En un 70% de las ocasiones acceden a los domicilios a través de las ventanas e incluso lo han llegado hacer «con los moradores dentro» sin que estos últimos fueran conscientes de los golpes.