SUCESOS EN ARAGÓN

El asesino de Delicias afronta 27 años por matar a su excuñado

El criminal llegó a intentar fugarse a su país, pero le pillaron en Alicante

Bobo Keita cosió a puñaladas a su cuñado en las escaleras del número 29 de la calle Don Pedro de Luna de Zaragoza.

Bobo Keita cosió a puñaladas a su cuñado en las escaleras del número 29 de la calle Don Pedro de Luna de Zaragoza. / EL PERIÓDICO

La vida de Alie, el hombre de 42 años de origen gambiano que fue asesinado por su excuñado el pasado mes de junio en el zaragozano barrio de Delicias, era un infierno desde que su hermana se separara de quien resultó ser su asesino. Le acosaba a llamadas y a amenazas de muerte que al final acabó cumpliendo. Ahora quien le cosió a cuchilladas el año pasado en las escaleras del número 29 de la calle Don Pedro de Luna, Bobo Keita, afronta 27 años de prisión.

Para la Fiscalía y las dos acusaciones particulares, ejercidas por la hermana y otro hermano del fallecido, no cabe duda alguna de que Bobo Keita actuó con alevosía, ya que se desplazó en su coche desde Barcelona a Zaragoza con la clara intención de matar a Alie. De ahí esa petición de prisión en la que el ministerio público pide 24 años de privación de libertad para el asesino.

Eran las 23.20 horas y la víctima se encontraba en casa junto a otros hermanos cuando salió a las escaleras, encontrando allí la muerte. Si sabía que iba a estar o no el asesino ahí lo dilucidará el jurado popular que deberá analizar la investigación realizada por el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que realizó un análisis del teléfono móvil del fallecido y de la víctima permitió averiguar que justo a la hora del crimen Bobo Keita y Alie cruzaron comunicaciones. Tras llevar a cabo su plan, Keita se fue corriendo por la calle Graus hacia Sangenís, accediendo a un bar, donde llegó a esconderse y lavarse en los baños. Antes de introducirse por la parte trasera de este establecimiento hostelero con terraza en el paseo Calanda se desprendió de la chilaba azul de estilo africano que estaba impregnada en sangre de la víctima y del cuchillo de doble filo con el que apuñaló a la víctima una docena de veces, especialmente en el abdomen, lo que hizo que perdiera órganos.

Posteriormente se marchó a Almería, donde trató de ocultarse en un hotel de la ciudad andaluza con una identidad que previamente había robado en Lérida. Fue sorprendido cuando tenía todo preparado para huir a su país de origen, Gambia.