Zaragozeando

Muchos números pero ni un árbol ni medio

La alcaldesa ha anunciado la reforma de la avenida San José, una obra quizá más que necesaria pero que será complicada por el poco espacio del que dispone esta importante –y larga – arteria de la ciudad.

La avenida San José, cuyas aceras apenas permiten que se instalen terrazas.

La avenida San José, cuyas aceras apenas permiten que se instalen terrazas. / El Periódico de Aragón

Iván Trigo

Iván Trigo

En la confluencia con la recientemente reformada calle de Reina Fabiola, en Zaragoza, una señal en el suelo informa: Atención bus automatizado. La avenida San José, una de las más largas de la capital aragonesa, sirvió como zona de pruebas del autobús que se conducía solo, un salto a un futuro tecnológico en una vía que no es ni mucho menos adalid del urbanismo innovador. Pero la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, ha anunciado esta semana que quiere cambiar eso y reformar integralmente esta arteria de la ciudad.

La propuesta pasa por renovar integralmente la avenida San José en su tramo comprendido entre la calle Miguel Servet y Cesáreo Alierta, lo que no llega a ser la mitad de esta larga vía, que tiene más de 200 números y mide más de 1,5 kilómetros. La parte que se reformará en los próximos años es muy transitada y sirve de nexo entre el centro de Zaragoza y los barrios de Torrero y San José. A pesar de su trascendencia en la malla urbana de la ciudad, las aceras no son precisamente anchas. En muchos tramos no tienen ni dos metros. Esto hace que, a pesar de la gran cantidad de buses que pasan por la avenida (líneas 23, 24, 39 y 40), no hay ni una sola marquesina.

Las papeleras que sí que hay casi estorban. Y tampoco hay bancos mi árboles, por lo que pasear por esta calle no es que sea ni mucho menos agradable. La ausencia de sombra y el tráfico hace además que en verano el camino se haga todavía más cuesta arriba. El único punto que aporta algo de alivio a esta autopista de asfalto y hormigón es la plaza Reina Sofía, que también ha sido reformada y que aporta todo el verde que hay en la zona.

Con la reforma, se ha de presuponer que esta calle ganará en comodidad. «Se humanizará», que gusta decir ahora. Y eso pasa irremediablemente por incluir algo de verde, pero la solución no es sencilla porque el espacio es reducido si no se eliminan carriles de circulación, que son cuatro en esta calle, dos de los cuales están reservados al bus, por lo que tampoco será fácil plantear quitarlos.

La reforma de la avenida de San José llegará tras la renovación de otras importantes arterias de Zaragoza como la avenida Cataluña, Navarra y Valencia, que todavía no ha comenzado. Y ante la llegada de las máquinas, un momento que aún tardará, hay quienes ya se han puesto en modo alerta: los comerciantes. «Las obras nunca son buenas. Hace poco que reformaron Reina Fabiola y la calle estuvo cortada un año. Y desde entonces hubo señoras que se acostumbraron a ir a otros sitios y ya no vienen a comprar», lamentan dos carniceros del Mercado Montemolín, en el inicio de la avenida.

Hoy, toda esta zona de la ciudad es un erial para el comercio. Los locales vacíos se suceden. Hay más carteles de Se alquila que compradores cotilleando escaparates. Con la reforma, en la que se invertirán 4,5 millones de euros, se busca también revitalizar esta zona de la ciudad. Pero no será una cuestión fácil. Y lo primero será encontrar espacio para convertir esta calurosa y gris vía en una calle del siglo XXI.