Entrevista | César Azcárate Arquitecto de la nueva Romareda

César Azcárate: "La nueva Romareda será un estadio de referencia en Europa. Sin ninguna duda"

"Eso se aumentará. Se va a aumentar muchísimo. Primero por la cercanía de las gradas al campo, segundo porque va a haber por un incremento de aforo, y tercero por la nueva cubierta, que es mucho mayor de la que tenemos ahora. Todo esto hace que la sensación acústica de estar dentro sea mayor. Será una olla a presión", dice el responsable del diseño

Antonio Lorén, César Azcárate, Fernando Martínez y Eduardo Aragüés.

Antonio Lorén, César Azcárate, Fernando Martínez y Eduardo Aragüés. / Jaime Galindo

Iván Trigo

Iván Trigo

César Azcárate (1966, Bilbao) es el arquitecto que está al frente del equipo de Idom que ha diseñado el proyecto de la nueva Romareda encargado por el Real Zaragoza. En esta entrevista participan además Fernando Martínez, director de la oficina de Idom en Zaragoza, Eduardo Aragüés y Antonio Lorén, ambos arquitectos de esta misma firma.

Su diseño ha sido bien recibido por los aficionados del club y por la ciudad. ¿Satisfecho?

CÉSAR AZCÁRATE: Estamos muy satisfechos, sí. La acogida ha sido muy buena. Es verdad que tanto Fernando como Eduardo y Toño, como están aquí, lo han vivido todavía más intensamente que yo que he estado estos días fuera. Pero la verdad es que ha sido muy positiva la reacción de la gente.

¿La reacción de la ciudadanía es algo que tiene en cuenta a la hora de diseñar un estadio? Al final los campos de fútbol son símbolos de las ciudades donde se asientan.

C.A.: Muchísimo. Un estadio es una de las piezas de arquitectura más importantes de las ciudades, no solo por su tamaño sino porque son las piezas de arquitectura que acogen a más gente. Y el fútbol además es pasión y casi religión en muchos sitios, aunque esto depende mucho de la geografía. Estamos haciendo estadios en Argentina y allí esto ya se multiplica por mucho. Desde el primer momento en el que te sientas en la mesa de diseño tienes que tener en cuenta esto y por eso no es fácil diseñar estadios. No solo hay que cumplir unas necesidades muy específicas de estos edificios, que son muy diferentes a cualquier otro, sino que además tienes que contar con la experiencia de la gente y los sentimientos de la gente.

Presentaron el diseño el pasado viernes, día límite que dio la Federación para entregarles un proyecto. ¿Han tenido que correr para llegar?

C.A.: Sí, de hecho estamos todavía trabajando porque el Real Zaragoza tiene hasta septiembre para presentar el proyecto al concurso sacado por el ayuntamiento y todavía nos queda trabajo por acabar. Lo que pasa es que efectivamente tuvimos que hacer un esprint importante para cumplir con los plazos de la Federación para presentarlo a la candidatura del Mundial. En las últimas semanas hemos trabajado en modo esprint.

¿Qué ha sido lo más complicado de encajar la nueva Romareda en esta parcela?

ANTONIO LORÉN: La implantación urbana nos ha llevado muchas horas de debate en los modelos que hemos ido manejando por el carácter urbano del estadio y porque este es un espacio muy singular. El volumen del aforo es importante además. Era muy importante para nosotros que el estadio hiciese ciudad, que no fuera un objeto ajeno a ella. Y es una de las cuestiones con las que más satisfechos estamos. No queríamos desacertar con la lógica de la ciudad porque es una pieza que va a estar ahí muchos años.

FERNANDO MARTÍNEZ: Algo importante y que yo que no soy arquitecto he vivido desde fuera es la integración del resto de usos en el estadio. No solo estamos haciendo solo un campo de fútbol, por lo que desde el principio hubo un debate sobre cómo integrar esos usos comerciales en el estadio y hacer algo homogéneo y que encajara bien en el entorno sin ser cosas dispersas. Ahí ha habido una evolución desde las primeras ideas hasta que se ha presentado.

EDUARDO ARAGÜÉS: Un estadio de fútbol es un edificio de los más grandes que se construyen en una ciudad entonces, aquí en la Romareda, implantar un estadio que va a ser más grande que el actual, la preocupación era conseguir que fuera un edificio amable con el entorno. Ahí hemos trabajado mucho en la altura, para intentar que el estadio no fuera un artefacto que se comiera al Auditorio, y también con las alineaciones. Por eso ese gesto que tiene el estadio de ir retirándose hacia dentro en la planta baja para dejar grandes plazas y espacios alrededor.

Esos usos comerciales se integran en el anillo del estadio, ¿no? No están en un aparte.

C.A.: Sí, en las dos tribunas grandes, la de preferencia (que da a la plaza Eduardo Ibarra) y la tribuna este. Ahí se concentran las zonas comerciales, dejando así los dos goles más para el fútbol y los espectadores.

Usted ha proyectado muchos estadios, entre otros San Mamés. ¿Qué ha sido diferente en el proceso diseño de ambos campos, San Mamés y La Romareda?

C.A.: Tienen cosas en común, por ejemplo que ambos son estadios urbanos. No es lo mismo diseñar un estadio extraurbano, en las afueras, que tiene ese carácter más de objeto, que diseñar un estadio en el centro de la ciudad conectado y relacionado con la escala de la ciudad. Esa es una cosa en común, pero luego son muy diferentes. Primero por los clubes, porque cada club tiene su historia, tiene su filosofía y su manera de entender el fútbol y también cada club tiene su afición. Eso siempre tratamos de entenderlo muy bien y hasta que no entendemos cómo son los clubes, su trayectoria, su historia y su tradición, no podemos dibujar ninguna línea. Y ya hay diferencias más superficiales, pero las importantes es que hay que entender la historia de cada club.

Ahora hemos visto un anteproyecto, pero para que la gente se haga a la idea no sé si hay algún estadio ya construido con el que se pueda comparar esa nueva Romareda.

C.A.: (Piensa) Es difícil compararlo con otros, porque no solo es el estadio, sino que en el diseño hemos metido la capa propia de la ciudad, la capa propia del club, no te podría decir ninguno al que se parezca. Sí que te podría decir que es un estadio europeo. Están los estadios americanos, que tienen otra filosofía y son más abiertos, los latinoamericanos, los modernos que se hacen ahora en Asia y los países árabes… La Romareda será un estadio puramente europeo que no se parece a ninguno, o yo por lo menos así lo entiendo. Por lo menos no nos hemos fijado en ninguno en especial. Y en el interior es verdad que la mayoría de los estadios se parecen, sobre todo en Europa, porque son compactos y son cerrados.

César Azcárate, con el diseño de la nueva Romareda en las oficinas de Idom.

César Azcárate, con el diseño de la nueva Romareda en las oficinas de Idom. / Jaime Galindo.

Una de las cuestiones que se planteó durante el proceso de debate para decidir dónde ubicar el espacio es si la orientación del campo es la correcta para cumplir con las recomendaciones de la FIFA. ¿Lo es?

F. M: Sí que se ha tenido en cuenta, lo que pasa es que no hay normas cerradas. Pero claro, hay que tener en cuenta no solo el sol, y así lo dice la FIFA, sino también otros condicionantes. Y en la documentación que se ha presentado a la Federación esto se justifica. Cumple con los requisitos.

C. A.: Los requisitos de la FIFA hacen referencia sobre todo al soleamiento. La mayoría de los estadios que existen hoy en día, sin pensar en los nuevos, únicamente tenían cubierta en la tribuna preferente y por eso esa tribuna se orientaba al oeste, para que el sol de la tarde que era cuando se jugaban los partidos no diera en esa tribuna. Eso ya lo tiene la Romareda actual. Y en este caso concreto, La Romareda tiene la orientación correcta para protegerse del cierzo.

A. L: El estadio original ya se proyecto teniendo muy en cuenta el tema del cierzo y además hay una coincidencia con lo que hoy pide FIFA. Si hoy hiciéramos el estadio desde cero en un entorno que no fuera este probablemente podría girar unos grados, pero muy poco.

C.A.: En resumidas cuentas, el estadio cumple recomendaciones FIFA, y está perfectamente ubicado.

Este verano la FIFA concretará definitivamente las características que deberán tener los estadios del Mundial de 2030. ¿El diseño presentado podría modificarse para adaptarse a esos requisitos?

C.A.: Por supuesto. Ahora estamos en la fase de anteproyecto y nos quedan todavía otras dos fases, la de proyecto básico y la del proyecto de detalle o de ejecución para realizar la obra. El anteproyecto es muy completo, hemos tenido en cuenta todos los requisitos de la FIFA y de la Federación, pero si surgiera alguna modificación o alguna petición nueva estamos a tiempo de introducir lo que sea necesario. Pero realmente pienso que va a haber muy pocas introducciones nuevas porque el estadio ya cumple con lo que se precisa.

¿Incluso si la FIFA pide aumentar los aforos sería posible?

C.A.: Sería posible aumentar un poco el aforo si fuera necesario, pero no creo que lo pidan.

El Real Zaragoza ha enseñado el proyecto diseñado por ustedes antes de que acabe el plazo del concurso lanzado por el ayuntamiento. No sé si temen que su diseño pueda dar ideas a otros posibles interesados en el proceso de licitación para hacerse con la gestión del estadio.  

C.A.: Sí, ya lo dijo Raúl Sanllehí (el director general del Real Zaragoza). El riesgo es que venga alguien y coja este proyecto, pero si todo es razonable no tendría que haber ningún problema.

E. A.: Tampoco había elección, porque si la Federación nos había marcado como fecha límite el 12 de mayo, o se presentaba el anteproyecto y el Zaragoza enseñaba lo que tenía entre manos o no podríamos optar ni siquiera a la candidatura del Mundial.

Este no es el primer intento de construir un nuevo campo de fútbol en la ciudad. Otros arquitectos importantes han proyectado antes ya una nueva Romareda, como Bofill, Lamela y Sicilia. ¿Teme que su diseño acabe guardado en un cajón?

C.A.: Me dolería, claro. Normalmente diseñamos para que las obras se hagan realidad, esa es la máxima aspiración de nuestro trabajo. Pero hay ocasiones en las que eso pasa y nos ha pasado otras veces y nos puede pasar. Ahora: yo veo que Zaragoza, como club y como ciudad, tiene la oportunidad perfecta para poder llevar a cabo este proyecto. No debería torcerse.

Azcárate, Martínez, Aragüés y Lorén.

Azcárate, Martínez, Aragüés y Lorén. / JAIME GALINDO

En Zaragoza en los últimos veranos se alcanzan fácilmente los 40 grados. ¿Se ha tenido eso en cuenta a la hora de diseñar el nuevo estadio y asegurar el confort de los aficionados?

C.A.: El estadio va a tener muchos aspectos que lo harán sostenible, como se hace ya en todos los edificios. San Mamés ya conseguimos que fuera el primer estadio europeo certificado con el sello LEED (Líder en Eficiencia Energética y Diseño) de sostenibilidad. Por lo tanto el camino lo tenemos abierto, La Romareda tendrá esa parte sostenible y dentro de la sostenibilidad cabe también el confort de los espectadores. La cubierta, que cubre el 100% de las gradas, asegurará el confort de los espectadores, protegerá de la lluvia, pero también se han tenido en cuenta los costes y garantizará el soleamiento del césped.

F. M.: Sí, y los partidos que se juegan en agosto suelen ser a las 10 de la noche. Hará calor, porque habrá calor, pero la refrigeración por ejemplo de un estadio así es insostenible desde el punto de vista económico y la economía ha primado a la hora de diseñar el estadio.

E. A.: Y también desde el punto de vista de la sostenibilidad sería inviable. La cantidad de energía que nos exigiría climatizar el estadio sería insostenible.

Ahora están de moda también los estadios cubiertos o con cubiertas retráctiles. ¿Se llegó a plantear?

C.A.: Eso son estadios tipo arena que tienen un coste muchísimo mayor y eso los hace insostenibles, no solo por el coste sino también por el mantenimiento. En Europa hay muy pocos estadios así y no es una necesidad para el Real Zaragoza.

El terreno de juego sí que se va a desplazar.

C.A.: Sí. Para hacer estos ajustes urbanos y que el estadio encajase en la ciudad, y por las dimensiones del estadio, que es mayor que el existente, tenemos que mover cuatro metros en horizontal la línea del terreno de juego y 50 centímetros hacia abajo para configurar bien esa nueva forma de la grada que va a ser como una olla a presión.

Y todo eso mientras el estadio sigue abierto y acogiendo partidos.

Sí, pero eso se hará en periodos de inactividad y fuera de temporada. La obra está planteada en cuatro fases gordas y el periodo de verano se aprovechará siempre para que haya mucha más actividad. En ese periodo estival está previsto que el césped se mueva. Eso se hará en un verano.

¿Hay alguna parte de la estructura del estadio actual que se pueda aprovechar?

No, no hemos visto ningún elemento que sea susceptible de conservarse.

Y con respecto a esas fases, ¿cuál es el cronograma?

E.A.: Empezaremos por el graderío sur, por uno de los pequeños. La idea es empezar las obras por un graderío pequeño para quitar el mínimo número de plazas, de manera que se mantenga el máximo número de asistentes y abonados. El primer año se hará una grada nueva con más capacidad, de manera que ya tenemos un colchón de asientos para poder ir demoliendo el resto de las gradas y poder ir reubicando allí los espectadores.

A. L.: Así es. Empezamos por el gol sur, luego es la tribuna del Servet, luego la tribuna preferente y cerramos con la oeste.

E.A.: El orden puede cambiar, pero lo importante es que empecemos por un graderío pequeño para perder el mínimo número de asientos.

¿Cuál será el aforo mínimo que tendrá La Romareda durante las obras?

C.A.: No lo tenemos detallado aún porque eso forma parte de las siguientes partes del proyecto que tenemos que hacer. Si el club nos da algún dato que ahora desconozcamos incluso podríamos cambiar el orden de las fases.

En todo caso, los partidos siempre podrán disputarse en La Romareda durante las obras.

C.A.: Sí, por eso hacemos la obra en fases. Sería mucho más rápido tirar el estadio entero a la vez y hacerlo nuevo.

Una de las cuestiones que la afición del Zaragoza siempre destaca es la acústica de La Romareda, la atmósfera que se genera. ¿Eso se mantendrá?

C.A.: Eso se aumentará. Se va a aumentar muchísimo. Primero por la cercanía de las gradas al campo, segundo porque va a haber por un incremento de aforo, y tercero por la nueva cubierta, que es mucho mayor de la que tenemos ahora. Todo esto hace que la sensación acústica de estar dentro sea mayor. Será una olla a presión.

E.A.: Yo he estado en San Mamés, y la sensación de estar dentro de La Catedral es abrumadora. Pensar que podemos tener esa sensación en La Romareda es muy emocionante.

Zaragoza y el zaragocismo tienen muchas ganas de tener un estadio nuevo. ¿Será la nueva Romareda un estadio de referencia en Europa?

C.A.: Sin duda alguna. Será un estadio moderno, con todos los servicios integrados, con toda la tecnología que se requiere para mejorar la experiencia del espectador… Va a ser un estadio de referencia al igual que lo fue San Mamés en su momento. La Romareda va a ser un modelo de de estadio a seguir en todo el mundo.