Real Zaragoza

Bazdar, una apuesta de consenso

La decisión de lanzarse a por el delantero serbio fue unánime en el seno del Real Zaragoza, donde se cree firmemente en el talento del futbolista

Se valora, más allá de su juventud y su talento, un físico poderoso y una velocidad impropias de un jugador de su envergadura (mide 1,86 metros), pero también su gran capacidad de asociación y para desenvolverse en dos posiciones de ataque (segundo punta o tirado a banda izquierda

Bazdar celebra un gol con el Partizan.

Bazdar celebra un gol con el Partizan. / SERVICIO ESPECIAL

Jorge Oto

Jorge Oto

Samed Bazdar es una apuesta de consenso en el Real Zaragoza, donde se cree firmemente en un jugador cuyo fichaje siempre contó con el respaldo decidido de Víctor Fernández, Juan Carlos Cordero y la propiedad. Todos ellos fueron de la mano a por un futbolista al que se considera una apuesta segura y un diamante en bruto por el que valía la pena invertir. Por eso, su adquisición para las cinco próximas temporadas se celebró a lo grande en el seno de la entidad, donde no existe una sola voz discordante acerca de la idoneidad de un desembolso (1.5 millones de euros ahora y otros tantos en enero más medio millón más en variables) que, según se sostiene desde la entidad, saldrá rentable.

El fichaje de Badzar, de hecho, advierte de un cambio de tendencia por parte de un club que ya no espera a dar salidas antes de acometer fichajes y que, mucho tiempo después, vuelve a pagar traspasos para hacerse con futbolistas que considera esenciales en su proyecto, tal y como trasladó la propiedad a Víctor en las conversaciones previas a que la continuidad del técnico en el banquillo quedara resuelta. A Víctor no solo le prometieron poder de decisión máximo en la composición de la plantilla, sino jugadores de calidad y dinero para ejecutar un proyecto claramente de ascenso.

Y en este escenario se enmarca el fichaje del serbio, que, a sus 20 años, era una oportunidad irrechazable. Seguido de cerca por grandes clubs europeos, el Zaragoza logró persuadir al delantero con un contrato a largo plazo y la posibilidad de llegar al fútbol profesional español a través de un equipo en el que le prometió un papel relevante. De Bazdar se valora, más allá de su juventud y su talento, un físico poderoso y una velocidad impropias de un futbolista de su envergadura (mide 1,86 metros), pero también su gran capacidad de asociación y para desenvolverse en dos posiciones de ataque (punta o segundo punta o, incluso, tirado a banda izquierda). Un perfil que encaja a la perfección en lo que busca Víctor para modificar por completo la parcela ofensiva del equipo respecto a los cursos anteriores. El Zaragoza va a cambiar por completo su fisonomía y el fichaje de Bazdar, una apuesta firme, decidida y de consenso, forma parte de ese proceso.