Opinión | EL ARTÍCULO DEL DÍA

La inmigración no es el problema

Presentía que, antes o después, las astracanadas de los consejeros de Vox en el Gobierno de Aragón obligarían al presidente Azcón a cesarlos. Pero no, ha sido al revés, y el PP de Aragón ha perdido la oportunidad para dejar de ser el costalero de la extrema derecha. Otra ocasión perdida.

«La historia nos enseña que cuando los partidos tradicionales persiguen la senda oportunista de la semilealtad, tolerando o consintiendo a extremistas antidemocráticos, estos últimos suelen salir reforzados y lo que presumía ser un sistema firme puede llegar a implosionar». Lo dicen Levitsky y D. Ziblatt en La dictadura de la minoría.

Y así ha sido, Vox, tensionado por el crecimiento de los partidarios de Alvise y blanqueado por las cinco coaliciones de gobierno en las comunidades autónomas y los 140 municipios, se siente fuerte y rompe con el partido que le ha dado de comer. De libro.

Y eso después de que el PP, con Feijóo a la cabeza, haya asumido su discurso sobre la inmigración afirmando que está vinculada al aumento de la delincuencia y la inseguridad, y refrendando el alucinante relato de los emigrantes subidos a aviones para dejarlos en las calles de las ciudades sin ningún control. Incluso ha llegado a pedir que la Armada custodie las costas de los países de donde salen los cayucos, y dejando con «el culo al aire» a sus socios de gobierno canario al no asumir más que 347 menores no acompañados de los 3.000 que necesitan distribuir , y por supuesto sin apoyar la reforma de la ley de extranjería que obligaría a distribuir solidariamente estos menores cuando superen el 150% de sus capacidades de recepción, con los recursos necesarios para ello.

El PP se ha ido mimetizando con Vox para neutralizarlo, apropiándose de los elementos básicos del repertorio extremista, y la extrema derecha le ha echado un pulso que nadie sabe hasta dónde puede llegar.

La corresponsabilidad con Canarias no es ni de izquierdas ni de derechas. Es una cuestión de Estado y de derechos humanos. Quien se ponga al margen haciendo gala de su insolidaridad debería ser permanentemente denunciado ante la sociedad. Porque ¿cómo se explica que 347 niños africanos sean un problema para el país que ha asumido de forma ejemplar la llegada de 62.000 jóvenes ucranianos en dos años? ¿Por racismo?

Reconozco que por mucho que se aporten datos objetivos sobre este tema, las posibilidades de mover opiniones son muy pocas, porque el posicionamiento sobre esta cuestión no es racional , sino emocional, de racismo puro y duro. Pero no me resisto a intentarlo. Por eso hay algunos números y opiniones muy interesantes.

En España hay 6,5 millones de inmigrantes, el 13,5% de la población, de los cuales 4,2 millones son comunitarios y 2,1 millones no comunitarios. En Aragón 164.700, el 12,73% de la población, de los cuales 110.000 son comunitarios, y 55.000 no comunitarios, se calcula en 15.000 los irregulares, el 1,1% del total, de los cuales el 80% proceden de América Central y del Sur, y el 10% del continente africano. En cuanto a la relación de inmigración con delitos contra la libertad y la indemnidad sexual, el 67,5% son de nacionalidad española frente al 32,9% de extranjeros en una edad entre 41 y 64 años.

Desde el punto de vista económico, la población extranjera realiza una contribución fiscal neta del 10% de la recaudación de la Seguridad Social, causando solo el 1% de gasto. Cuatro de cada diez empleos creados en 2023, fueron ocupados por inmigrantes. Hay sectores de empleo que solo tienen cobertura gracias a ellos. Personas cuidadoras de mayores, limpiadoras, recogedores de frutas y trabajos agrícolas, repartidores de paquetería, obras de la construcción, mataderos, transportes... etc., etc.

Según Eurostat, la UE necesita aumentar en 50 millones hasta el año 2050 el número de inmigrantes, a fin de mantener la actividad económica actual y los servicios y prestaciones derivados del estado del bienestar. En España se precisarían para estos menesteres aumentarlos en 6,5 millones. Según el Instituto de Investigación del Mercado Laboral y Ocupación Alemán, ese país necesita 400.000 trabajadores cualificados extranjeros cada año, como bien dice la dirección general de la marca Mercedes, «sin extranjeros no saldría ni un solo coche de sus fábricas este año».

La extrema derecha y la derecha extrema quieren convertir la inmigración en un problema fundamental de la convivencia en nuestro país, y para ello hacen innumerables acusaciones sin respaldo documental fiable. Con su estrategia erosionan la confianza en el sistema democrático y en las mismas estructuras , tanto nacionales como de la UE, con el único fin de apelar a un repertorio alternativo de falsas soluciones a problemas reales y complicados.

La hipocresía de la xenofobia (o de innumerables xenófobos) solo hay que verla en el uso y abuso que hacen de extranjeros para cuidar de sus mayores o de sus hijos al tiempo que despotrican contra los inmigrantes. Claro que si tan propensos son a la delincuencia y la inseguridad, ¿cómo dejan en sus manos la atención a sus mayores, la limpieza de sus casas y el cuidado de sus hijos?

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