COSAS QUE PASAN

Yo pisaré las calles nuevamente

Margarita Barbáchano

Margarita Barbáchano

Un niño jugará en una alameda/Y cantará con sus amigos nuevos/Y ese canto será el canto del suelo/A una vida segada en La Moneda

Yo pisaré las calles nuevamente/De lo que fue Santiago ensangrentada/Y en una hermosa plaza liberada/Me detendré a llorar por los ausentes.

Esta preciosa letra y música compuesta por Pablo Milanés fue y sigue siendo un homenaje a Salvador Allende y al pueblo chileno que sufrió la infamia del golpe de Estado un 11 de Septiembre de 1973.

Cuando llega septiembre siempre escucho esta canción con emoción y devoción también. Esté donde esté, la oigo como una cita pendiente. Sé que algún día pasearé por esas alamedas y veré a los niños jugar en la hermosa plaza liberada. Y dejaré cuatro rosas rojas en esa entrada del Palacio de La Moneda. Donde el presidente Allende, con casco y fusil en la mano, daba la cara a los militares fascistas. Para entonces ya habré leído el libro (El último día de Salvador Allende, RBA, 1998) de Óscar Soto Guzmán sobre la vida y obra de Salvador Allende. «Fue su médico personal y estuvo con él el fatídico día del asalto a La Moneda; antes le acompañó en los meses previos a las elecciones democráticas que le convirtieron en presidente de Chile», según un magnífico artículo publicado en este periódico por Fernando Ull Barbat.

Sigo esperanzada la trayectoria del joven presidente chileno, Gabriel Boric (37 años) y su gobierno de izquierdas que ha logrado convocar a cuatro expresidentes chilenos (algunos a regañadientes, pero se presentaron) para firmar un documento por los 50 años del golpe de Estado, por la democracia siempre. Un gesto imprescindible para vivir una vida sin sobresaltos «en un momento eléctrico para el país», como define con ironía y cierto temor el joven y ecuánime Boric.

Mientras llega el momento de pasear por las alamedas de Santiago me complazco en envolverme en la música que acompaña la historia de los grandes acontecimientos de la humanidad de la mano de Víctor Jara, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Quilapayún. Y me considero afortunada por poder recordar, conocer y amar a un país lejano que he tenido la oportunidad de sentir en mis viajes de juventud inquieta y profesional. Siempre me quedará la gira de Quilapayún que seguí en París, Madrid, Barcelona, Pamplona y por supuesto Zaragoza.

Más temprano que tarde sin reposo/Retornarán los libros, las canciones/Que quemaron las manos asesinas/Renacerá mi pueblo de su ruina/Y pagarán su culpa los traidores.

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