Jonathas, el objetivo del Real Zaragoza para reforzar de forma inmediata su delantera, se encuentra todavía inmerso en una dura etapa personal marcada por la pérdida de forma consecutiva de su madre y de un padre con el que ansiaba estrechar la relación. Todo eso ocurrió a lo largo de los últimos meses, al igual que el grave accidente sufrido por su hermana, que fue atropellada por un autobús. La tragedia se instaló en el entorno del futbolista sudamericano, al que el drama familiar le hace ahora priorizar la opción de no salir de Brasil. De ahí sus reticencias a recalar en Zaragoza, aunque el club aragonés le sigue esperando.

«Nadie sabía lo que me había pasado. Ya había perdido a mi madre, luego al padre que estaba tratando de conocer y luego llegó el accidente de mi hermana. Quiero olvidar todas las cosas malas que sucedieron, superarlo y comenzar el 2019 con el pie derecho», dijo el jugador a la publicación brasileña R7 a finales del año pasado antes de regresar a su país para jugar a préstamo en el Corinthians, a mitad de la temporada pasada.

Cedido por el Hannover, el drama familiar sumió a Jonathas en un delicado estado anímico que tuvo repercusión en su cuerpo. Porque la sucesión de desgracias habrían afectado a su condición física, con continuas lesiones musculares en el muslo que ya había padecido en Alemania y que no cesaron en el Corinthians. «Estas lesiones me molestaron un poco. Además, había estado un tiempo parado en Alemania así que fue algo que se puso en mi camino», expuso el jugador en la misma publicación, en la que rechazaba que todos los problemas sufridos a lo largo del año pasado fueran una «excusa» para justificar su pobre rendimiento en su regreso a Brasil.

«Estoy seguro de que sucederán muchas cosas buenas todavía», subrayó Jonathas, que, sin embargo, ya no volvería a marcar con el Corinthians. Su primer y único tanto había llegado en su segundo partido, ante el Sao Paulo después de no haber podido hacerlo en su debut, en julio, frente a Botafogo. Jonathas siguió en el equipo, aunque frecuentemente con dolores musculares que el delantero no siempre comunicó al cuerpo técnico, con la intención de no escudarse en molestias.

Pero Jonathas ya no volvería a celebrar un gol. El delantero, de 30 años, disputó un total de siete encuentros con el Corinthians y volvió al Hannover aunque no pudo evitar su descenso a la segunda categoría germana. Hasta final de temporada jugó diez partidos en los que marcó tres goles pero las lesiones continuaron siendo un problema.

El descenso se consumó y Jonathas llegó a disputar un partido con el Hannover a comienzos de temporada, pero, finalmente, rescindió contrato con el club alemán y a primeros de septiembre ya estaba en su país, donde sigue esperando un destino. Atrás queda un tormento familiar que le separa aún más de embararcarse en otra aventura en el extranjero. También eso juega en contra de un Zaragoza que todavía sueña con convencerlo. Para ello, el delantero deberá dejar atrás su tierra y un drama que le ha cambiado la vida.

Sin prisa por decidir

Pero no tiene Jonathas aún ninguna decisión tomada en cuanto a su futuro y el delantero brasileño tampoco duda en asegurar que no se pone ningún plazo para contestar al Zaragoza sobre una propuesta para esta temporada en la que el ariete sigue negociando con el club aragonés, tal y como admitió el pasado sábado, donde añadió que seguía hablando de «cosas que yo quiero», señal de que no hay un acuerdo entre la oferta zaragocista y los deseos del futbolista.

Jonathas, que rescindió a finales de agosto su contrato con el Hannover 96, volvió a su país y allí trabaja desde entonces con un preparador físico. El futbolista deseaba continuar su carrera en su país, pero ahora la oferta que tiene en la mesa es del Zaragoza e implica volver a Europa. En todo caso, el club aragonés tiene en el brasileño a su principal objetivo, pero trabaja también en otras alternativas.

En el mercado de jugadores en paro, al que se puede recurrir en cualquier momento siempre que un club tenga fichas y dinero disponibles, es la de Jonathas una de las opciones más apetecibles, aunque quizás de las más elevadas. Si al final desecha esa vía el Zaragoza, la otra alternativa ahora pasa por la baja definitiva de Dwamena, que tiene que ser presentada ante LaLiga y la RFEF y, a partir de entonces, el club tiene 20 días hábiles para reforzarse con un futbolista que esté en el paro o jugando ahora mismo en España.

En esa ventana, el Zaragoza se podría gastar el 80% del dinero que le restaba por cobrar a Dwamena y el ghanés es el salario más alto, ya que se asumen los 800.000 euros de su ficha en el Levante. Así, por esa vía el Zaragoza podría disponer de unos 500.000 euros, que ya no podría utilizar en otro plazo más allá del marcado por la LFP para suplir a Dwamena. Además, el club tiene un margen de otro medio millón que quedó en verano. Víctor, entre ahora y enero, quiere dos puntas y un centrocampista.