No hay rincón en el que la crisis derivada del coronavirus no se esté dejando notar. Más allá de la afección sanitaria, las consecuencias económicas llegan a todos los sectores y hay quien no puede seguir adelante con su negocio porque las cuentas no salen. Algo así ha pasado en la gestión de al menos cinco cafeterías de diversas facultades y edificios de la Universidad de Zaragoza, donde las empresas con opción a prorrogar sus contratos han optado por no seguir con su vinculación tras la pandemia, y «próximamente» saldrán a licitación.

En concreto, los espacios donde actualmente no hay servicio de cafetería y restauración tal y como se preveía son el edificio de Matemáticas y la Facultad de Derecho, ambos en el campus San Francisco; el edificio Betancourt, en el campus Río Ebro; el de la Facultad de Veterinaria; y el Paraninfo. En este último caso, su cafetería fue totalmente reformada hace unos años y es además un espacio de libre acceso para el ciudadano.

La Universidad de Zaragoza dispone, en todos su campus, de un total de 21 cafeterías, de las que actualmente hay abiertas siete tras formalizar los contratos de gestión: Medicina, Ciencias de la Salud y Economía y Empresa en Zaragoza; Empresa y Gestión Pública en Huesca; y la del colegio mayor universitario Pablo Serrano, en Teruel. Además, según apuntaron fuentes de la institución académica a este diario, en los próximos días está previsto que abran dos más (Ciencias Sociales en Zaragoza y la Escuela Politécnica Superior en Huesca).

Este tipo de gestión se externaliza desde el campus mediante un proceso que se publica en el Perfil del Contratante y al que optan las empresas interesadas. La adjudicación recae en la mejor oferta y, dada la crisis del coronavirus, desde la Universidad de Zaragoza han tratado de facilitar el proceso y por eso se han licitado todas la cafeterías del campus con una reducción del canon de explotación (presupuesto base de licitación) al 50%. «Se han dado todo tipo de facilidades que permite la ley para que puedan concurrir y se ha intentado que prorroguen sus contratos siendo todo lo flexibles que se podía ser. Unas lo han hecho y otras no, pero se ha hecho lo posible los términos que se han considerado razonables dadas la situación actual», explicaron desde la Universidad de Zaragoza.

Procesos desiertos / Más allá de las empresas con contrato que han decidido no prorrogar su gestión, el campus también se ha encontrado, pese a la reducción del canon, con procesos que salían de nuevo a licitación y han quedado desiertos. Por ejemplo, la cafetería del edificio Ada Byron, en el campus Río Ebro, el curso pasado se pagó 9.225,90 euros de septiembre a agosto --se ofertó este canon cuando el mínimo la última vez fue de 5.000 por curso--. Este año se ha licitado por el 50% de los 5.000 euros, es decir 2.500 euros, y no se ha presentado nadie.

Lo mismo ha pasado en la cafetería y el comedor de la Facultad de Ciencias, la más grande del campus San Francisco de Zaragoza. En esta se pagó en la última licitación 19.000 euros por curso en la licitación y ahora, con la reducción, se ha sacado por 9.500 euros el curso. Tampoco ha acudido nadie. Situación similar ha ocurrido en Ciencias Humanas y de la Educación de Huesca. Su cafetería es de las más pequeñas, y se ha licitado, también sin éxito, por 100 euros el curso.