Todos los meses de mayo, cuando las cerezas maduran, un grupo de amigos se reúne en una acogedora casa de campo en Peñaflor, a escasos kilómetros de Zaragoza. El tiempo de las cerezas es la excusa perfecta para reforzar la amistad, rememorar viejas anécdotas políticas y debatir y analizar también, con mucha preocupación y cierto desencanto, la situación actual: la desafección, la crisis, la situación de los partidos, el socialismo...

Este 2013 tienen un motivo añadido de celebración: hace ahora 30 años ellos formaron el primer Gobierno democrático de Aragón. Sin apenas recursos, en una época compleja y con todo por hacer, sentaron las bases de la autonomía. Fue un camino tortuoso, con satisfacciones y algún desencanto. Pero como dice el anfitrión, José Bada, audaz consejero de Cultura de aquel Ejecutivo, hoy es momento para "reunirse para recordar, y mantener el compromiso, para no pasar desapercibidos porque se malogra la experiencia; hacer cosas buenas y reales. Queremos seguir haciendo cosas buenas".

LA UTOPÍA VALIENTE En torno a esa mesa se sienta la gran mayoría del primer consejo de Gobierno, presidido por Santiago Marraco, al que todos llaman Tayo. José Bada, incansable en su utopía y valiente consejero en un Aragón que aún no comprendía muchas cosas, se sienta a su derecha. A la izquierda, Andrés Cuartero, consejero de Presidencia. Unos pocos asientos más allá, Amador Ortiz, que fue responsable de Obras Públicas. No son los únicos. También están Antonio Sierra, Luis Germán, al que reconocen ser uno de "los ideólogos en la sombra" de aquel socialismo aragonés, hoy ausente.

Uno de los últimos supervivientes fue Bernardo Bayona, ahora muy activo e inquieto observador de la realidad y cuya vida pública acabó en el 2000, después de haber pasado por el Senado y el Parlamento Europeo. El profesor universitario Manuel García Guatas, uno de los responsables de modernizar las redes culturales y acercarlas al ciudadano en el Aragón de aquellos 80, también está en el encuentro, junto al expresidente de la DPZ Carlos Alegre y Montse Peña. Juan Carlos Castro, José Antonio Rojo (exsecretario del CONAI) o Pilar de la Vega, entonces directora provincial de Educación y luego delegada del Gobierno, son otros de los asistentes a este encuentro, al que, entre otros, también está María Arrondo, concejala de Bienestar Social con Sáinz de Varanda.

Entre tortillas, empanadas y ensaladas, brindan por los presentes y los que ya no están, con especial mención a los fallecidos recientemente, el consejero de Agricultura Enrique López o la inolvidable Carmen Angás, esposa de José Bada, mujer de compromiso socialista, escritora y apasionada de sus Monegros.

"Nuestra mayor obsesión era llenar de contenido el Estatuto de Autonomía, después de un largo debate que nos había dejado fuera de la vía rápida", indica Marraco. Andrés Cuartero recuerda que el presupuesto de aquel Aragón autonómico "era de ocho millones de pesetas (48.000 euros), inferior al Ayuntamiento de Huesca. Lo ampliamos en aquella legislatura a 3.000 millones de pesetas (18 millones de euros, actualmente Aragón tiene un presupuesto de 5.000 millones de euros".

Marraco prosigue. "Necesitábamos autonomía financiera. Me costó mucho convencer a Ferraz, hasta llegué a plantear mi dimisión si Aragón no obtenía la cesión de tributos, porque sin autonomía financiera no había autonomía. Fue un trabajo agotador. Nadie quería un Aragón con autonomía, y nos costaba hacerles entender que nuestra situación era distinta".

ENTRE BROMAS Marraco y Cuartero bromean con Carlos Alegre, al recordar que ellos ya eran partidarios de eliminar las diputaciones, lo que "creaba algún disgusto a amigos como Carlos", aseguran. Este asiente, aunque recuerda que "hicimos muchos convenios juntos entre instituciones y comprendía vuestra reivindicación". Arrondo confirma esa facilidad para llegar acuerdos: "En Aragón se hizo uno de los primeros planes contra las drogas". Bada recuerda que los estudios por la paz, en el CONAI, embrión del seminario de investigación para la Paz, se incluyeron en los programas educativos, y algunos recuerdan los esfuerzos realizados para conseguir el Conservatorio de Música para Zaragoza.

Pilar de la Vega ejerce de abogado del diablo para reprochar a aquellos que "hicieron la vida imposible" a este grupo de socialistas y les arrebataron "el poder orgánico" y comenzó una larga crisis en el PSOE aragonés. "Lo más triste es que eran del propio partido, y hoy en día muchos siguen teniendo mucho peso", indica. Cuartero y Marraco no quieren ahondar en la herida, aunque admiten que no supieron hacerse con ese poder. "Nosotros no éramos políticos profesionales, y todos teníamos un oficio cualificado. Ese es el problema actual, que los partidos sean un medio de vida ya desde que alguien entra en política, con lo que luego es difícil que conozcan los problemas de los ciudadanos y lo que cuesta ganarse la vida" resalta Bayona, quien recuerda que ellos pretendían construir un socialismo basado en el modelo socialdemócrata europeo de los 60, cuando España estaba en la oscuridad de la dictadura. Reflexionan sobre el futuro del PSOE, y todos conozcan los problemas de los ciudadanos y lo que cuesta ganarse la vida" resalta Bayona, quien recuerda que ellos pretendían construir un socialismo basado en el modelo socialdemócrata europeo de los 60, cuando España estaba en la oscuridad de la dictadura.Reflexionan sobre el futuro del PSOE, y auguran que los partidos lo tienen complicado. "Lo que tiene que hacer ahora, y es complejo --indica Bayona-- es construir los instrumentos adecuados de participación política". Cuartero hace algo de autocrítica al admitir que eran "ingenuos" y no sabían bien cómo "articular nuestra relación con otros socialistas españoles ni desarrollar bien el proyecto de Aragón en España y de España en Europa".

Miran al futuro con ilusión y al pasado sin nostalgias. Brindan por Aragón y despiden la tarde cantando juntos canciones de Labordeta.