Las elecciones a la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso) que se celebran el domingo tienen dos favoritos insuperables: la alianza progubernamental Rusia Unida --que tiene el apoyo del presidente, Vladimir Putin-- y el Partido Comunista de Rusia (KPRF).

A diferencia de los comicios de 1999, cuando seis fuerzas políticas lograron entrar en la Duma, sólo estos dos movimientos tienen garantizado hoy su éxito electoral. Según los últimos sondeos, el bloque pro-Kremlin obtendrá entre el 25% y el 30% de los votos y los comunistas quedarán en el segundo puesto, entre el 15% y el 23%.

Los demás partidos, presentes en la Duma actual, podrían no superar el domingo la barrera del 5% de votos necesarios para entrar en la Duma. Según las cifras de la Fundación de la Opinión Pública (FOM), el Partido Liberal Democrático (LDPR), del nacionalista Vladimir Zhirinovski, recogerá el 7,3%, y los dos partidos de la derecha liberal, la Unión de Fuerzas de Derecha (SPS) y Yabloko, el 3,4% y el 2,7%, respectivamente.

El fin de la democracia

Según declararon esta semana varios líderes de la oposición al Kremlin, la Administración presidencial "pretende manipular" en el curso del escrutinio las cifras provisionales para aumentar el número de votos a favor de la Rusia Unida. El diario moscovita liberal Novaya Gazeta ha publicado "resultados" de los comicios filtrados por la Administración presidencial que dan el 43% al bloque pro-Kremlin y sólo el 15% a los comunistas.

"Está claro que las próximas elecciones no serán limpias ni libres. Somos testigos de una manipulación sin precedentes de la opinión pública y de unos preparativos para falsificar los resultados de los comicios", declaró el líder de KPRF, Guennadi Ziuganov, en una carta abierta a Vladimir Putin. Los líderes de la Unión de Fuerzas de Derecha afirmaron que si los resultados del plebiscito coinciden con los pronósticos, "la democracia en Rusia llegará a su fin".

Según la ley electoral, la mitad de los 450 escaños de la Duma se reparten a través del sistema proporcional y la otra parte por el sistema mayoritario. Los dos partidos ganadores podrían obtener juntos más del 50% de los votos en las listas de partidos. Si ninguna fuerza más consigue entrar en la Duma, los escaños "vacantes" se distribuirán entre los partidarios del Kremlin y los comunistas.

La clave del éxito político de Rusia Unida es el hecho de que cuenta con el apoyo del presidente ruso. Según los sondeos, más del 80% de los rusos darían su voto a favor de Putin si las presidenciales se celebrasen el próximo domingo. El comunista Ziuganov, el segundo candidato más popular a la presidencia, tendría sólo el 12%.

Rusia Unida está liderada por Boris Grizlov (ministro de Interior), Serguei Shoigu (ministro de Emergencias) y Yuri Luzhkov (alcalde de Moscú). Esta fuerza política apela a quienes sueñan con la recuperación de Rusia como potencia mundial, el establecimiento de un fuerte control del Estado sobre la economía del país y el aumento del gasto militar.

KPRF es uno de los partidos con más dinero. Los herederos de Lenin cuentan con financiación de varios importantes empresarios rusos que son hostiles a Putin.