Pagar o no pagar impuestos, esa no es la cuestión

Ximena Medina Mejía

Que los impuestos son necesarios para sostener el Estado de bienestar y garantizar la sostenibilidad de los servicios públicos, como la sanidad o la educación, no está en cuestión. O no debería, en tanto es un deber ciudadano, establecido en el artículo 31 de la Constitución española, el que todas las personas contribuyamos, según nuestra capacidad económica.

Lastimosamente, escuchamos con demasiada frecuencia, mucho más ahora en un año electoral, un discurso y una narrativa antiimpuestos que pretende convencer a la ciudadanía de que el dinero, donde mejor está, es en su bolsillo. Y que, por lo tanto, la mejor manera de resolver todos los problemas económicos y sociales es bajando los impuestos. Pero no es así de simple.

Es necesario desmontar esa narrativa tan dañina y demagógica que genera sospecha y ahonda en los miedos, recordando a la ciudadanía la importancia del sistema tributario, con argumentos y medios que nos ayuden a hacer pedagogía fiscal. 

Con este objetivo, Oxfam Intermón realizó un experimento social mediante la creación de una plataforma ficticia: la Iniciativa de Votantes Valientes Anti-Impuestos - I.V.V.A, en la que participaron personas que, de forma espontánea, reaccionaron sorprendidas e incluso molestas ante la petición de adhesión a dicha iniciativa. El resultado fueron tres vídeos cortos en los que, con un tono positivo, fresco y con un toque de humor, se lanzan mensajes contundentes, como que los impuestos son imprescindibles para que nuestra sociedad funcione, que acceder a servicios públicos de calidad es un derecho que el Estado debe garantizar, tengamos necesidad o no de utilizarlos, o que pague más quien más tiene.

Cada vez son más las personas conscientes del valor social de los impuestos y de la importancia vital de defender lo público, porque nos puede ir la vida en ello. Las encuestas sobre opinión pública y política fiscal nos aportan datos esperanzadores, como que el 60% de la población no ponga en duda que los impuestos son importantes para que todas las personas vivamos mejor, o que el 79,9% señale que los impuestos no se cobran con justicia y que no pagan quienes más tienen, todo un alegato a favor de la progresividad.

Un sistema fiscal justo, progresivo y con capacidad de redistribuir la riqueza es una herramienta clave para combatir la desigualdad y avanzar en la erradicación de la pobreza. De ahí la importancia de que en la próxima legislatura se acometa una reforma tributaria de calado, que provea ingresos suficientes a las arcas públicas y evite y persiga el fraude fiscal, garantizando la sostenibilidad financiera del Estado de bienestar y unos servicios públicos universales y de calidad.