Estudiantes, trabajadores desplazados y sanitarios son algunos ejemplos de personas que se mudan a una ciudad por tiempo limitado y necesitan un alquiler temporal. Con cada inquilino se puede subir de precio sin restricciones y por eso algunos propietarios utilizan estos contratos. Pero ahora el Gobierno pretende regularlos y evitar la picaresca. Solo se podrá hacer un contrato de alquiler temporal si el inquilino realmente cumple las condiciones. Habrá que adjuntar contratos de trabajo, matrículas de la universidad o cualquier documento que acredite la necesidad real de este alquiler. Se pretenden evitar situaciones como estas. En temporada alta, en zonas de costa, por ejemplo, inquilinos habituales durante los meses de invierno se tienen que ir a la calle. Pero hay más medidas. Las comunidades de vecinos podrán decidir si vetan o no un alquiler turístico en su edificio y se va a crear un registro único de viviendas tanto temporales como turísticas a nivel estatal para controlarlas y evitar abusos.