La terrible crisis que asola al Atlético quitó mucho protagonismo a Gabi, que regresó este verano al Calderón tras cuatro temporadas en donde se hizo un nombre, una referencia indiscutible del Zaragoza y hasta llevó el brazalete de capitán. De hecho, la permanencia del curso pasado no se podría entender sin la aportación del madrileño, autor de 10 goles y, sin duda, el futbolista más regular del equipo aragonés durante toda la campaña. "Tendré que evitar la nostalgia que pueda haber. No es el mejor partido para la nostalgia, porque quiero ganar este encuentro como sea", aseguró Gabi, que añadió: "Es un encuentro vital, que hay que ganar de la manera que sea, para el Atlético y también bonito para mí. Le deseo al Zaragoza lo mejor, pero en el campo cada uno defiende a su equipo y no se mira el pasado", ratificó

Gabi fichó por el Zaragoza en febrero del 2007. Entonces no tenía sitio en el Atlético que dirigía Javier Aguirre y unos meses después empezaba su aventura zaragocista. No la comenzó con suerte, con un descenso en el primer curso, pero se asentó con Marcelino, se hizo indiscutible con Gay y fue el estandarte con Javier Aguirre, además de ganarse un hueco en el corazón de la afición, que le convirtió en uno de sus ídolos, además de ser uno de los jefes del vestuario.

El Atlético lo recuperó en junio pasado a cambio de tres millones de euros y él no dudó un segundo en volver para triunfar en su casa. Hasta ahora no la ha hecho. las rotaciones de Manzano y la irregularidad del equipo, además de un mal inicio de Liga a nivel individual, se lo han impedido. Ha jugado en siete partidos de Liga, pero hoy pugna por un puesto con Mario, aunque el exzaragocista apunta a suplente.

Con todo, a Gabi apenas se le preguntó ayer por el Zaragoza y sí mucho por la crisis rojiblanca: "El vestuario está jodido, pero los únicos que podemos dar la vuelta a esto somos nosotros. O nos enganchamos arriba o caemos al grupo de abajo", dijo el centrocampista, que defendió a Gregorio Manzano: "Al entrenador no se le puede reprochar nada. Nos la jugamos todos, no sólo el entrenador. No queremos la posibilidad de vernos cerca del descenso. La unión entre el vestuario y la afición nos hará ganar".