Más de 400 personas han disfrutado en el Valle de Hecho de Mi barrio cirquea, mi barrio crea

La Escuela de Circo Social de Zaragoza recaló la semana pasada en diversos puntos del Valle de Hecho con su iniciativa Mi barrio cirquea, mi barrio crea, una residencia artística en la que han participado 11 jóvenes. Selva de Oza, Hecho y Siresa se convirtieron en los escenarios en los que estos artistas interpretaron un espectáculo colectivo que ellos mismos crearon y con el que mediante la fusión de diferentes técnicas de circo, como telas, trapecio, aro, aéreos, portes acrobáticos, danza y teatro, transmitirán al público un mensaje de fortaleza, lucha, cooperación y valores. Un público que, en total, superó las 400 personas.

Asimismo, como parte de esta residencia artística, los participantes realizaron el miércoles pasdao un taller de circo en que participaron alrededor de 50 jóvenes del entorno para crear sinergias entre el trabajo comunitario y social y el trabajo artístico y profesional.   

“Ha sido una semana espectacular en el valle, hemos tenido un entorno privilegiado, de ensayos, actuaciones y talleres y hemos sido recibidos con mucho cariño por parte del público y de las instituciones. Un lugar ideal para que nuestros jóvenes artistas den sus primeros pasos en el escenario”, valoran desde la Escuela de Circo Social.

El proyecto

La iniciativa Mi barrio cirquea, mi barrio crea nació para crear comunidad brindando nuevas oportunidades a jóvenes con interés en el ámbito artístico y que un futuro pueda ayudarles a su desarrollo personal. El proyecto buscar conseguir la transformación personal de quienes se acercan a probar, investigar, descubrir y abrazar el circo, mediante la metodología de circo social, clave en el Escuela de Circo Social de Zaragoza. Además, cabe resaltar que esta iniciativa está financiada por la Fundación la Caixa gracias a la convocatoria de ayudas Art for Change dónde fue seleccionado el año pasado entre uno de los 20 proyectos.

“A través del trabajo artístico de estos jóvenes damos a conocer el circo social y sus valores como herramienta artística, educativa y colectiva”, señalan desde la Escuela de Circo Social de Zaragoza. “Buscamos poner en valor el plan de sostenibilidad trasversal a todas nuestras líneas de trabajo. Buscamos el equilibrio entre el bienestar colectivo en todos sus aspectos, el medio ambiente, el territorio y la actividad económica. Esto implica el cuidado de la comunidad, el respeto a los diferentes ritmos, la sostenibilidad ambiental y afectiva y la promoción de actividades económicas dirigidas dignas y respetuosas”, añaden.