LA CITA ANUAL CON LA HISTORIETA

A fondo | Mucho más que el gran escaparate del cómic aragonés

El Salón del Cómic de Zaragoza supone para el tebeo aragonés el momento culminante del año, un espacio para celebrar la cantidad y calidad del talento local. El propio festival, con su espíritu participativo y popular, contribuye a mantener un ecosistema creativo siempre en efervescencia

Óscar Senar - Periodista. Miembro de la Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España

El cómic aragonés, como diría el añorado dibujante José Luis Acín, ‘Chefo’, está siempre a tope. Si de algo ha sido testigo el Salón del Cómic de Zaragoza en estos 22 años de andadura es de la increíble e inagotable cantera de autores que produce nuestra tierra. En 2019, la barbastrense Sara Soler se alzaba con el galardón a mejor fanzine en los Premios del Cómic Aragonés con 'Us'; en 2021 volvía a subir al escenario para recoger el Premio a Mejor Obra de Autoría Aragonesa también con 'Us', pero en esta ocasión convertido en una novela gráfica publicada por Astiberri. En este 2023, de nuevo ha recogido trofeo, a mejor dibujo, por 'Temporada de Brujas', editado originalmente en el mercado estadounidense. Con estos antecedentes, es lógico preguntarse qué brillante futuro le espera a la zaragozana Marina Montero, cuyo fanzine 'Mecánica Ilustrada' se ha llevado el gato al agua en esta edición.

Montero es una de esas agradables sorpresas que no deja de producir el cómic aragonés. Este año también lo ha sido la jaquesa Izarbe Pajuelo, que debutó en el ámbito profesional en septiembre con 'La Tangente' (Fandogamia Editorial, con guión de Sergio S. Morán), y en diciembre ya ha publicado su primer cómic en solitario, 'El jardín más profundo' (Pintacoda). Otro nuevo nombre que ha saltado a una portada es el de la oscense Nerea Díez, con 'Gatos de cementerio' (GP Ediciones, con guión de Juanarete). A lo grande lo hizo el año pasado la zaragozana Marina Velasco, que ganó el Premio Fnac-Salamandra Graphic con 'Que no se olvide', y este año le ha seguido en la gloria de este prestigioso galardón el turolense David Sancho, con 'Barbecho'.

¿Suerte? No, ecosistema

En fin, algunos ejemplos de que el cómic aragonés está en racha… pero que esto no es cuestión de suerte. Tanto Izarbe Pajuelo como Nerea Díez han sido alumnas del Ciclo de Cómic de la Escuela de Arte de Zaragoza, que desde su puesta en marcha en 2018 se ha convertido en una factoría de talentos, tanto por su labor formativa como, también, por su capacidad de poner en comunicación autores y editoriales.

En este otro capítulo, el de las editoriales, contar en Aragón con dos sellos consolidados, como Editorial Cornoque (Asociación Malavida) y GP Ediciones, a los que se han ido sumando nuevas iniciativas, como Pintacoda, hace que para estas jóvenes promesas lo de dedicarse al tebeo no suene a quimera. Ayuda también contar con buenos ejemplos de autores que han sabido labrarse una carrera nacional e internacional, como David López, Jesús Sáiz, Fernando Blanco, Álvaro Ortiz… Y antes que ellos, Ángeles Felices o los ya desaparecidos Calpurnio y Carlos Ezquerra.

Eso sí, no hay que perder de vista que la profesionalización, si bien es importante, no lo es todo: muchísimos autores y autoras apuestan por sacar sus fanzines adelante no porque piensen en el éxito, sino porque sienten el cómic como un medio de expresión único, una forma personal, y también en muchos casos colectiva, de narrar lo que les divierte, emociona o preocupa. Que este año hayan aparecido nuevos títulos como 'Chikita Main' o 'Género Fanzine', es una excelente noticia; que exista una red de institutos que, por iniciativa de sus profesoras, trabajan con el cómic como herramienta educativa, una auténtica maravilla.

A lo largo del año la maquinaria del cómic aragonés no descansa. Dibujantes como Xcar Malavida o el dúo formado por Josema Carrasco y Marta Martínez (por citar un par de los más activos), se recorren barrios y pueblos dando talleres para público infantil y adulto. Citas como la jornada Huescómic, el Festival de Fanzines, el Salón Hispano Francés de Jaca, el Congreso Internacional de Estudios Interdisciplinares sobre Cómic de Zaragoza o el recién llegado Ultimate Manga mantienen caliente «el puchero» del tebeo. Iniciativas como el Concurso de Cómic contra la Violencia de Género de la Delegación del Gobierno en Aragón o el Concurso Impulso Manga promueven la creación joven. Por supuesto, las indispensables: las bibliotecas públicas y las librerías especializadas, que siempre tienen un hueco en sus corazones (y estanterías) para los de casa.

¿Acaso el cómic aragonés es un mundo de fantasía? Aunque lo recorren 'Unicornios Estampados' (título de un fanzine que es la monda), lo cierto es que los cielos del tebeo aragonés no son una autopista trufada de arcoiris. Como ocurre en el mercado nacional, sigue siendo muy complicado dedicarse en exclusiva a las viñetas, incluso para quienes tienen obra publicada en grandes editoriales. Muchos lo compaginan con otros trabajos de ilustración o diseño, y hay un preocupante fenómeno de autores que debutan con una obra excelente para luego, por los avatares de la vida, abandonar el cómic. El esfuerzo que supone realizar un cómic en relación a la retribución que reciben los autores es un gran melón que, por mor del espacio de esta página, no vamos a abrir.

El faro del tebeo

En todo este ecosistema, el Salón del Cómic de Zaragoza no es un actor más. Es el gran motor que mantiene agitadas las aguas del caldo de cultivo. Porque cuando un grupo de chavalas monta un fanzine en Huesca, a buen seguro que en su pensamiento está poder venderlo en diciembre en un puesto (gratuito, ojo) en el Salón. Porque cuando un editor publica un tebeo, seguramente tenga en mente que muy mal ha de darse para que, con las ventas del Salón, no cuadre el balance. Porque para los autores, que trabajan en la soledad de sus estudios, este es el gran momento para encontrarse con sus lectores y con la gran cantidad de dibujantes y guionistas que se dan cita en la sala Multiusos.

Todas las piezas encajan gracias a la filosofía única del Salón del Cómic de Zaragoza: un evento público, diseñado y ejecutado por el Servicio de Centros Cívicos del Ayuntamiento de Zaragoza, abierto a la participación de los colectivos del tebeo y pensado para ser popular, al alcance de todo el mundo. Solo así se explica la implicación, que va mucho más allá de lo profesional, de creadores, editoriales, librerías, divulgadores y muchos otros colaboradores (por citar uno: Latro, que impulsa las visitas del Salón al Hospital Infantil) para que la nave, año a año, llegue a buen puerto. Lo de Zaragoza no es un Salón: es un tesoro.