ANIVERSARIO DE UNA CATÁSTROFE

El incendio de Ateca cumple dos años a la espera de noticias judiciales

El procedimiento avanza «lento» en fase de instrucción, al igual que la «regeneración» de los montes y la vega del valle del Manubles

Un año del incendio de Ateca: "Ahora estoy volviendo a soñar y a masticar humo"

"En Moros estuvimos a punto de desaparecer"

Vista panorámica de la localidad zaragozana de Moros y su término completamente calcinado en julio de 2022.

Vista panorámica de la localidad zaragozana de Moros y su término completamente calcinado en julio de 2022. / JAIME GALINDO

Las fases del duelo contemplan varias etapas emocionales al incluir la negación, la ira, la negociación y la depresión como los cuatro pasos previos hasta alcanzar la aceptación. Pero no solo está vinculada la escala a la pérdida de un ser querido, sino también a la vivencia de catástrofes naturales como el incendio de Ateca que, en julio de 2022, calcinó 13.844 hectáreas en once municipios –Alhama de Aragón, Ateca, Bubierca, Castejón de las Armas, Cetina, Contamina, Embid de Ariza, Moros, Terrer, Villalengua y Villarroya de la Sierra– pertenecientes a la comarca Comunidad de Calatayud. Del inicio de las llamas se cumplen hoy dos años que han servido para «calmar los ánimos» entre los vecinos de estas localidades –«la vida continúa», admiten– después de un primer aniversario en el que fue inevitable volver «a soñar y a masticar humo». Ahora lo hacen a la espera de que el terreno se vaya «regenerando» por sí mismo y de tener noticias judiciales, ya que existe un procedimiento abierto ante el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Calatayud por la responsabilidad en el origen del fuego por parte de la empresa Land Life a la hora de realizar labores de ahoyado en Bubierca.

En el caso de Ateca, Bubierca, Moros y Villalengua se han puesto en manos del abogado José Manuel Marraco, quien explica a EL PERIÓDICO DE ARAGÓN que se trata de «un proceso muy complejo» debido a la «multitud de afectados», lo que demora el proceso de evaluación de «daños». Según los datos que maneja el Departamento de Medioambiente del Gobierno de Aragón, son los cuatro municipios que sufrieron los peores efectos del fuego al ver calcinadas 5.769 hectáreas en el caso de Ateca, 4.016 en Moros, 1.781 en Bubierca y 833 en Villalengua. El proceso judicial todavía se encuentra en fase de instrucción y fuentes consultadas por este diario señalan que algunos consistorios han presentados informes de estudio medioambiental ante el juzgado. Algunos afectados, además, ya se han ratificado como perjudicados a la hora de reclamar una indemnización por los daños sufridos en sus explotaciones.

Todos son conscientes de que trata de un proceso «largo» que avanza «muy lento». Así lo explica la alcaldesa de Villalengua, Ana Isabel Villar, al lamentar incluso que se puede demorar «entre ocho y diez años», por lo que desde el consistorio han llevado a cabo «una provisión de fondos» para continuar personados en la causa.

Con la regidora de Villalengua coincide José Manuel Casado, ganadero y concejal de Moros. «Hay que entender que es una instrucción compleja. Los vecinos están resignados porque saben que va para largo. Y va a ser duro porque nos estamos enfrentando a un mastodonte (por Land Life), no a un particular», asevera el ganadero, el mismo que grabó un vídeo a la desesperada y que se viralizó mientras ponía a sus ovejas a salvo con las llamas de fondo.

Los tiempos de la naturaleza

Más allá de los tiempos de la Justicia, Casado valora la paciencia con la que también se debe afrontar otro procedimiento paralelo, aquel que sigue la naturaleza para recuperar la imagen con la que hasta hace dos años lucía el valle del Manubles. «La naturaleza tiene que ser la que regenere poco a poco», dice el ganadero, sabedor de que también «falta mucho» al tratarse de una extensión «tremenda». Los principales problemas, ahora, los traen las lluvias «más torrenciales» al tratarse de un terreno «totalmente deforestado». «Estamos en un territorio pelado y las lluvias nos destrozan las laderas, las acequias y se cortan las carreteras», lamenta.

Un problema, el de la erosión, que constata la Sección de Gestión de Montes I al resaltar la importancia de implementar «medidas urgentes» para evitar la erosión «a corto plazo» como consecuencia de «la ausencia de especies rebrotradoras». «Los daños forestales son cuantiosos y tienen gran trascendencia por afecta a una zona del ibérico zaragozano donde los bosques juegan un importante papel de control de erosión», defienden los técnicos.

Para ello, el Departamento de Medioambiente ha llevado a cabo una serie de actuaciones entre 2022 y 2023 por medio de las cuadrillas del operativo Infoar como, por ejemplo, recepes en Ateca (55 hectáreas) y en Villalengua (66), barreras contra la erosión en Ateca (50) o tratamiento de la vegetación en Ateca (75). Con financiación del Gobierno de Aragón se han ejecutado acolchados de paja (10) y mejorado diez kilómetros de pistas en Ateca y Moros y, por medio de la colaboración del consistorio atecano con la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), se han abierto cuatro kilómetros de pistas en Ateca. «No estamos invirtiendo en repoblaciones masivas a la espera de que repueble por sí mismo», comenta el alcalde de Ateca, Ramón Cristóbal.

También se ha encargado un estudio general para «la corrección urgente» de la torrencialidad del barranco de Las Torcas, en Ateca y Moros, y a partir de septiembre se trabajará en más de 350 hectáreas al ejecutar fajinas, acolchado de astillas y tratamiento de vegetación quemada.

Precedente del incendio de la Sierra de Alcubierre

El proceso judicial del incendio de la Sierra de Alcubierre es un espejo en el que pueden mirarse los vecinos del valle del Manubles. El pasado viernes, la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) ratificó la condena de dos años de cárcel que pesa contra el piloto de un buggy –Gaiza López de Munian Gasteasoro (España, 1981)– como autor de un delito de incendio forestal en grado de imprudencia grave. Las llamas, que se iniciaron en el biplaza, calcinaron alrededor de 1.000 hectáreas en julio de 2019. Los municipios afectados fueron Leciñena y Perdiguera.

Transcurrieron cuatro años desde que abrieron diligencias ante el Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza hasta que se celebró la primera sesión de las tres de las que constó el juicio. La vista quedó señalada a finales del pasado mes de marzo y la sentencia que firmó la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza se dio a conocer el 3 de mayo. Pero el procedimiento todavía no ha finalizado porque cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo. 

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