Industria

Un grupo francés compra la concursada Argyor y salva 62 empleos en Zaragoza

La multinacional gala Marcel Robbez Masson (MRM) integra la joyera fundada en 1954, que adeudaba 12 millones de euros, y se queda con la plantilla, la fábrica y las marcas al adquirir la práctica totalidad de la unidad productiva

La joyería Argyor entra en concurso y mantiene en erte a 62 empleados

La compañía aragonesa se dedica a la fabricación y comercialización de joyas.

La compañía aragonesa se dedica a la fabricación y comercialización de joyas. / Argyor

La multinacional francesa Marcel Robbez Masson (MRM) ha absorbido la empresa joyera aragonesa Argyor, que atravesaba serias dificultades económicas al gestionar un concurso de acreedores desde el pasado año. El grupo galo integrará en su marca la histórica firma familiar, fundada hace 70 años en Zaragoza, bajo el nombre Argyor MRM, tras adquirir la práctica totalidad de la unidad productiva, por lo que conservará la plantilla de 62 empleados.

La venta se cerró a finales del pasado mes de abril, cuando el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Zaragoza autorizó la operación, según confirman distintas fuentes conocedoras del proceso. El importe de la operación no ha trascendido, si bien la empresa zaragozana adeudaba cerca de 12 millones de euros entre pasivos corrientes y no corrientes. Con la absorción, la firma aragonesa pasa a denominarse Argyor MRM.

El grupo comprador es una compañía familiar francesa creada en 1962 y es una de las principales fabricantes de joyas en Europa, con plantas de fabricación propia en varios países de Europa. Con la operación, el grupo francés suma su sexta fábrica dentro de una expansión global en varios continentes. De hecho, la multinacional se hizo en 2020 con la mayoría del accionariado de Oro Vivo, otra empresa con solera en el sector joyero-relojero español.

La septuagenaria empresa zaragozana, fundada en 1954 por Eloy Gracia, está especializada en el diseño, fabricación y distribución de joyas religiosas y alianzas de boda solicitó la entrada voluntaria en concurso de acreedores el pasado mes de septiembre. La cartera de pedidos se mantuvo vigente pese a la delicada situación financiera, por lo que la dirección de la fábrica aplicó un expediente de regulación temporal de empleo (erte) para sus 62 trabajadores. Dicho expediente finaba el 30 de junio. 

El caso de Argyor, una empresa familiar que aglutinaba tanto la producción como la comercialización de su producto, era toda una rara avis en el mundo joyero, cada vez más monopolizado por multinacionales. La compañía se había caracterizado por ser un referente en el mercado de las exportaciones aragonesas, pues trabaja con 3.000 joyerías en todo el mundo y un 40% de su cifra de negocio está fuera de España. Sus alianzas de boda y joyas religiosas llegan a México, donde abrieron su primera filial fuera del país en un mercado donde triunfó la medalla religiosa. Sin embargo, el covid fue un duro golpe para una empresa que aravesaba dificultades hacía tiempo. Las colecciones de Argyor, uno de sus principales activos, se integrarán en el amplio catálogo de MRM.

La firma zaragozana entró en concurso en septiembre del año pasado, cuando aplicó un erte a la plantilla

Argyor tiene su sede junto a una cerca de vía Ibérica, a la que se mudaron en 1969, y es una vieja conocida del mundo empresarial. Fuentes del sector indican a este diario que la nueva propiedad podría estar estudiando un cambio de ubicación en Zaragoza. La firma pertenece a la Federación de Empresarios del Metal de Zaragoza (FEMZ) y ostenta el sello de Responsabilidad Social Corporativa que otorga el Gobierno de Aragón

La empresa zaragozana fue fundada el 24 de febrero de 1954. El nombre de la compañía hace referencia a las palabras argento (plata) y oro, los metales preciosos que dieron forma a sus joyas. Durante los años posteriores, la empresa se afianzó como una de las más punteras del sector en todo el país y en 1970 se trasladó a su sede actual en unas instalaciones de 4.500 metros cuadrados. Argyor alcanzó su cénit en los primeros compases del nuevo milenio, cuando iniciaron la expansión internacional y llegaron a contar con 120 trabajadores y un capital social de tres millones de euros. 

Este diario se puso en contacto con la dirección de la compañía, que declinó ofrecer declaraciones sobre el proceso.

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