Bosal despedirá a los 135 trabajadores de Pedrola tras perder el contrato de Volkswagen

La dirección de la empresa comunicó a la plantilla el ere ya que el contrato con el gigante automovilístico supone el 80% de la producción total de la compañía

Asamblea de la plantilla de Bosal en un conflicto laboral anterior.

Asamblea de la plantilla de Bosal en un conflicto laboral anterior. / CCOO

El Periódico de Aragón

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Nueva crisis en la industria del automóvil de Aragón. La dirección de Bosal, uno de los fabricantes históricos de sector que están asentados en la comunidad, comunicó este lunes por la mañana al comité de empresa su decisión de presentar un expediente de regulación de empleo que afectará a todo el personal, es decir, a 135 trabajadores. Si nada cambia, el despido colectivo supondría el cierre de la factoría zaragozana, que se dedica a la producción en serie de tubos de escape.

La noticia ha caído como un jarro de agua fría sobre la plantilla, que recibió con estupor y sorpresa el anuncio. Todo ello con el agravante de que se produce apenas unos días antes de iniciar las vacaciones de verano, según informó el sindicato CCOO, mayoritario en el comité de esta compañía.

La decisión de Bosal llega tras perder recientemente un gran pedido del grupo Volkswagen, que ha roto de forma anticipada el contrato que le unía con este proveedor. De esta manera, desaparece el 80% de la carga de trabajo de la planta, lo que ha llevado a la empresa a anunciar el ere de extinción de los 135 puestos de trabajo. Ahora se abre un plazo de siete días para indicar quiénes formarán parte de la comisión que negociará el expediente de regulación de empleo, aunque la intención del comité es adelantar este trámite para iniciar cuanto antes el proceso de diálogo.

Conflictos anteriores

El de Pedrola es el único centro productivo que la multinacional, con sede en Holanda, tiene en España tras el cierre en 2015 de su planta de Sagunto. La empresa todavía no ha aclarado qué ocurrirá con el 20% de la actividad restante, una producción que, en su momento, se consideró una apuesta de futuro.

La planta de Bosal en Pedrola ya atravesó serias dificultades en los compases posteriores a la pandemia, cuando la plantilla llegó a convocar huelga en 2021 para defender los 160 empleos que tenía entonces la fábrica. También sufrió un momento de crisis en 2018, cuando corrió un serio peligro al perder el contrato de los tubos de escape del Opel Corsa, que suponía casi el 70% de su actividad.

Desde la Federación de Industria de CCOO en Aragón lamentaron que la dirección de Bosal «juegue con el empleo de los trabajadores» de Pedrola al comunicar ahora, por sorpresa, «una decisión que, seguramente, se cuajó hace meses». El sindicato denuncia que la empresa «cometió errores en el pasado que hoy tienen este resultado», como no alcanzar con Volkswagen un «acuerdo sobre precios», agregó.

La central incide en que hace más de una década que negocia con la empresa alternativas que permitan dar continuidad a la actividad de una empresa que está en el ojo del huracán porque fabrica tubos de escape. Desde CCOO están convencidos de que el Observatorio del Automóvil de la comunidad, de reciente creación, «debe ser sinónimo de transición justa». El sindicato entiende que es «el lugar donde deben tratarse casos como el de Bosal, para garantizar que la situación que atraviesa el sector no deje ningún cadáver laboral». El sindicato recuerda que es necesario abordar en este marco un proceso de reindustrialización, ya que se trata de una actividad con «un futuro incierto».

La crisis de Bosal no es la única que sufre la industria del automóvil en los últimos meses. A finales del año pasado, Airtex anunció el cierre de la fábrica de Plaza por el traslado de la producción a Rumanía, lo que supuso el despido de 91 trabajadores.