El último 'delirio' de Quim Torra: asegura que la frontera entre Aragón y Cataluña debería estar en el Cinca

El expresidente de la Generalitat de Cataluña insiste en que localidades como Fraga y Mequinenza deberían ser catalanas y aprovecha para calificar de "episodio abominable de expolio" el retorno a las parroquias aragonesas de los bienes de La Franja, logrado por la DGA tras años de litigios y sentencias a su favor.

Achaca la situación actual a un "aragonesismo a menudo folclórico y siempre anticatalanista" en unas tierras que han acabado "abrazando el españolismo más primario y excluyente".

El Periódico de Aragón

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Las reflexiones del expresidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, suenan desde hace tiempo, sobre todo después de que fuera inhabilitado por la Justicia, como una constante cruzada contra el Gobierno central y todo lo que se aleje del independentismo está en su punto de mira. Pero uno de sus últimos mensajes, publicado el pasado 26 de octubre en su blog y cuando a nivel nacional se está debatiendo sobre la amnistía a los líderes condenados por el 1-O, ahondan en la enésima reinterpretación de la historia que para muchos en Aragón sonará a delirio (o a insulto). En este llega a asegurar que la frontera de Cataluña y Aragón en realidad se debería fijar en el cauce del río Cinca, lo que dejaría fuera del territorio aragonés buena parte de la provincia de Huesca y parte de la de Zaragoza, o que localidades como Fraga y Mequinenza deberían pertenecer a Cataluña.   

El 24 de octubre de 1149 fue el día que Lérida, Fraga y Mequinenza se incorporaron a los dominios del conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, y hemos pedido a Francesc Ricart si somos lo suficientemente conscientes de la historia de la Franja de Poniente”. Así introducía en la red social X, antes Twitter, el artículo recogido en su blog que, como ha publicado ‘El Confidencial’, recoge una reinterpretación de la historia que concluye con que “ni en Fraga ni en ninguno de los pueblos de las comarcas de la Franja hay mucha conciencia de su historia”.

El "aragonesismo folclórico y anticatalanista"

Así comienza un relato sobre la particular visión de la historia que afecta a numerosos municipios aragoneses. Aunque en todo momento, como asegura más adelante, parte de la tesis de que “la 'historia' ha sido un componente que se ha utilizado desde Aragón para vaciar de catalanidad nuestras comarcas a base de engordarlas de un aragonesismo a menudo folclórico y siempre anticatalanista”.

“Sin entrar a fondo en materia histórica y continuando con Fraga como referente, a favor de la catalanidad existe la constancia documental del límite de Cataluña situado en el río Cinca y en el hecho permanente y relevante de la lengua catalana”. Así justifica Ricart todo el argumentario histórico que, como siempre, nada tiene que ver con la realidad vista desde Aragón, aunque él mismo lo justifica diciendo que “los aragoneses se acogen al peso histórico de la adopción de los fueros de Aragón por parte de Fraga a principios del siglo XIV” y que “la indeterminación de los límites de Cataluña y Aragón es uno de los grandes errores de la historia de Cataluña".

Lo que él denomina como “evidencia de la catalanidad que representa la lengua y la realidad de las relaciones socioeconómicas y religiosas con el Principado a lo largo del tiempo”, Lérida en el caso del Bajo Cinca y La Litera, y Tortosa para el Matarraña, es lo que, a su juicio, “debería haber decantado nuestras comarcas hacia el lado natural de Cataluña”. “En cambio, contra tanta evidencia nos encontramos con la realidad tozuda -y de lo más irracional- de unas tierras que viven de espaldas a Cataluña y abrazan el aragonesismo y el españolismo más primarios y excluyentes”, llega a afirmar en este escrito publicado en el blog de Torra.

De nuevo el discurso de su particular interpretación de la historia para argumentar que es España y Aragón la que arrebata un territorio que le pertenece a Cataluña y, de paso, aprovecha para volver a arremeter contra el retorno a Aragón de los bienes arrebatados a las parroquias aragonesas por parte de Cataluña, una victoria judicial y política que tardó demasiado tiempo en conseguirse y que ahora Torra califica, curiosamente, de “episodio abominable del expolio de las obras de arte procedente de las parroquias de la Franja en el monasterio de Sijena, dos meses después del referéndum del 1-O de 2017”. Como si el litigio hubiera empezado al día siguiente y no décadas atrás con múltiples sentencias desfavorables para la Generalitat.  

Y tampoco obvia la idea de que ese 1-O desembocó en un “período, los años que vivimos desde el ‘procés’, que también ha sido testigo de movimientos económicos en forma de desplazamientos de empresas catalanas hacia la Franja, como ahora el caso de las empresas instaladas en el polígono industrial de Fraga”, que este escrito atribuye a otro “frente socavado por la presión aragonesoespañola alienadora de la catalanidad”.

Todo ello es lo que representa, según añade esa reflexión histórica tan particular, “una historia muy adversa que hoy comporta laminación política, segregación parroquial secular y deslocalización económica”. “He aquí el cuadro que muestra la historia de la Franja: desolador”, apostilla, para concluir que “solo nos queda la lengua, en la Franja de Poniente, el gran elemento que nos identifica desde Fraga hasta Mahón. ¿Por mucho tiempo?”, se pregunta.