El altercado protagonizado por Elena Martínez, concejala de Ciudadanos (C's) en el Ayuntamiento de Zaragoza y diputada provincial, podría tener consecuencias "cuando se le notifique la denuncia" del dueño del céntrico restaurante CanCook, ubicado en la calle Moneva de la capital aragonesa. El partido naranja no adoptó ayer ninguna medida disciplinaria después de llamarla a capítulo para que diera explicaciones a representantes de la dirección.

La formación mostró su desacuerdo con este comportamiento. "Desde Ciudadanos condenamos este tipo de actitudes", afirmaron desde el partido, aunque optó por no exigirle que asuma responsabilidades porque "no ha llegado ninguna denuncia". Estas se quedan "en stand by" a la espera de que se constate este episodio y solo entonces "se valorará qué hacer" al respecto.

Así se manifestaron tanto las fuentes oficiales de la formación en Aragón como su portavoz, Susana Gaspar, después de conocer los hechos ocurridos el pasado jueves, publicados ayer por EL PERIÓDICO, y de escuchar la versión de Elena Martínez. Ella confirmó la discusión por el cobro de las dos botellas de vino pero no las palabras que el dueño del local, Diego Millán, aseguró que le había dirigido. Insultos y amenazas graves que él sí hizo constar en esa denuncia, que ratificó ayer ante la Policía Nacional y a la que tuvo acceso este diario.

DENTRO O FUERA

"Te metes la botella por el puto culo", "te voy a arruinar la vida hijo de puta", "tú no sabes quién soy yo, te voy a hundir, te voy a hacer mala publicidad para que no venga nadie". Son algunas de las frases que el propietario del restaurante asegura en su denuncia que le dirigió la concejala de Zaragoza, diputada provincial y, en mayo del 2015, candidata de C's a la Alcaldía de la capital aragonesa.

Insultos que, según le explicó al partido, no reconoce. "Este es un tema personal en un momento en que no está representando al partido. Ella asegura que no estaba presente, que estaba fuera del local, y como no hay más evidencia que su versión y la que da el propietario en la noticia, no podemos valorar adoptar medidas", expuso Susana Gaspar. Aunque, a la pregunta de si cree en la versión de la edila, su respuesta genera más dudas: "Personalmente voy a atenerme a lo que ella ha dicho", respondió.

Nadie en el partido naranja era capaz de poner ayer la mano en el fuego por su concejala, no al menos de forma pública. Todas las respuestas iban en en sentido de "esperar a que todo esto se confirme". Porque, básicamente, aunque intuían que la denuncia existía, no había certezas en C's. "Si la hubiera se volverá a reunir la dirección y se valorará qué decisión tomar", apuntó la portavoz de la formación naranja. Mostraba cautela ante la previsible confirmación de ese escrito ante la Policía Nacional que sí se produjo y que algunos, dentro y fuera del partido, ayer ponían en duda.

Sin embargo, el relato de lo sucedido por parte del propietario del CanCook es demoledor si se entiende como cierta la explicación dada al partido por parte de la concejala. En ella detalla que todo se originó cuando les sirvió "un vino Rioja de la marca Remelluri" y se la dio a probar primero a ella y luego a su marido, Eduardo Sánchez, asegurando ambos que estaba en mal estado.

La denuncia recoge cómo, "ante la actitud incrédula e impertinente" de la concejala ,les explicó que "disponía de titulación como sumiller que acreditaba sus conocimientos". O que la bronca llegó cuando les entregó el tíquet. Los 26 euros que costaba la botella que acabó derramada "por el suelo y por la pared".

LANZAMIENTO

Además, Diego Millán explicó a la Policía que el marido de Elena Martínez acabó "lanzándole la botella desde una cierta distancia sin llegar a alcanzarle". O que tras advertirles que iba a llamar a la Policía, ambos se marcharon "entre risas" del establecimiento diciéndole al propietario "hasta luego, hijo de puta".

Cuando los agentes (de la Policía Local) se personaron en el local, los datos de la tarjeta de crédito permitieron al dueño del restaurante conocer la identidad del hombre. Y fue luego cuando se enteró de que ella era concejala de Ciudadanos en Zaragoza. Y según las explicaciones dadas por ella al partido, su presencia en el incidente está confirmada.

Aunque no había más clientes --ni cámaras-- en el local en el momento de la violenta discusión, el dueño cuenta con los testimonios de dos empleados y su socio. Aunque no está en su mano dirimir qué versión es correcta, ni que Ciudadanos la crea.