Impulso a otro proyecto emblemático

La demolición del cuartel de Mayandía en Zaragoza, a punto: se terminará en verano de 2025 y costará tres millones

El Gobierno está a punto de adjudicar un contrato que abaratará como mínimo en 600.000 euros el coste del derribo y que tendrá un plazo de 12 meses para realizarlo. ACYC Obras y Dragados son las mejor posicionadas para hacerse cargo de unos trabajos que conservarán los bloques que dan a General Mayandía y Madre Sacramento y eliminará los que lindan con Anselmo Clavé y Tomás Crespo Agüero

La Policía Nacional busca ahora ubicación para trasladar los vehículos que estaciona habitualmente en el interior y tratará de compatibilizar los trabajos con el uso administrativo que todavía mantiene. Empezarán por una zona que lleva mucho tiempo en desuso

El viejo cuartel de Mayandía en Zaragoza empezará a demolerse el próximo verano.

El viejo cuartel de Mayandía en Zaragoza empezará a demolerse el próximo verano. / JAIME GALINDO

David López

David López

El triángulo del Portillo en Zaragoza va a despegar al unísono. Si esta semana se lanzaba la licitación para la redacción de la futura urbanización del entorno de la antigua estación para que comiencen las obras, tal y como adelantó EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, a finales de 2025, coincide en el tiempo con la próxima adjudicación del primer contrato de obras que afecta a otro de los edificios emblemáticos del entorno: el viejo cuartel de Mayandía. Este se convertirá en la futura Jefatura Superior de Policía Nacional en Aragón, pero antes hay que demolerlo, al menos parcialmente, y reformar lo que quede en pie, con un contrato que está a punto de adjudicarse.

Sobre la mesa está un concurso público que salió con un presupuesto inicial de 3,8 millones de euros (3,1 sin IVA) y al que se han presentado once ofertas, 5 uniones temporales de empresas y otras 6 de constructoras en solitario. Ya se ha valorado en una mesa de contratación que determinó que la mejor propuesta técnica es la aportada por ACYC Obras y Servicios, seguida de Dragados, y la propuesta más barata es la presentada por la UTE Hercal Diggers y Papsa Infraestructuras, por 2,8 millones, que supondría un ahorro de un millón para la Administración central. Si la adjudicación pasa por ACYC o por Dragados, la primera propone hacer el derribo por 3,24 (2,68 sin IVA) y la segunda, por 2,99 (2,47 sin IVA). Lo que está claro es que el coste final de estos trabajos se va a abaratar como mínimo en 600.000 euros.

Todo está en manos de la Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios y de la Seguridad del Estado (Siepse), que depende del Gobierno central y que es quien asume desde el principio la reconversión del viejo cuartel de Mayandía. La misma que gestionará la licitación de las obras de construcción de la futura Jefatura Superior de Policía, que deberá salir en los próximos meses para que, como muy tarde, puedan comenzar las obras en verano u otoño de 2025. O, como en los suelos del Portillo, antes de finalizar el próximo año.

Se cumplen los plazos y, tal y como adelantó el delegado del Gobierno en Aragón, Fernando Beltrán, en una entrevista en exclusiva con EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, el derribo de Mayandía comenzará el próximo verano. Ahora se conoce la duración de estos trabajos, que será de doce meses, y según ha podido saber este diario, que se hará por fases empezando, en primer lugar, por el bloque reservado para residencia que lleva mucho tiempo en desuso y que da a la calle Tomás Crespo Agüero. Concretamente en la zona que confluye con Madre Sacramento, frente a una de las entradas al colegio Joaquín Costa, para ir avanzando hacia la fachada norte, que da a la calle General Mayandía.

Las fases

El bloque de Tomás Crespo Agüero será demolido integramente, al igual que el que existe justo enfrente, cuya fachada da a la avenida Anselmo Clavé y que se reserva para la última fase del derribo porque actualmente la utilizan para usos administrativos de la Comisaría del Distrito Centro. Solo se van a conservar dos edificaciones del conjunto del viejo cuartel, la que da a la calle General Mayandía, que cambiará de uso en su segunda y tercera planta para dejar de servir como residencia para pasar a tener únicamente una utilidad administrativa, y el bloque que da a la calle Madre Sacramento.

Gráfico explicativo sobre las obras en el cuartel de Mayandía.

Gráfico explicativo sobre las obras en el cuartel de Mayandía. / EL PERIÓDICO

Al margen de los trabajos de demolición y reforma, lo más urgente para la Jefatura Superior de Policía ahora mismo es saber dónde van a trasladar decenas de vehículos del cuerpo que duermen a diario en el patio interior de este céntrico inmueble cuando empiecen las tareas de derribo. Deben salir por una cuestión de seguridad y también de logística, ya que ese espacio será utilizado por la contratista para ubicar allí todos los materiales y maquinaria que requieren para estos trabajos, y porque las demoliciones se ejecutarán desde allí y no desde la vía pública. 

Forma parte de una fase inicial de una obra que se ha planteado por fases y que en pocos meses afectarán a espacios, administrativos o de residencia, que sí están habitados. La idea es que puedan convivir con las obras, aunque se vayan desplazando por el inmueble pero, o se acompasa la nueva construcción con el derribo, o llegará un momento en que será imposible. 

Dentro del contrato que está a punto de adjudicarse está el derribo de los bloques que lindan con Anselmo Clavé y Tomás Crespo Agüero, así como la reforma de los que lindan con las calles General Mayandía y Madre Sacramento. Todo el recinto ocupa 8.719 metros cuadrados de suelo pero tiene 21.928 de superficie edificada, de los que serán demolidos 12.884 (11.246,05 sobre rasante y 1.638,20 en el subsuelo). Hay otros 615,20 que se reformarán y acondicionarán en uno de los bloques de este inmueble, concretamente el que da a la fachada norte, a la calle General Mayandía, donde se ubica la Comisaría del Distrito Centro, pero solo en su planta segunda y tercera.

Un derribo al estilo Romareda

La reconversión del viejo cuartel de Mayandía, en el centro de Zaragoza, en la futura Jefatura Superior de Policía de Aragón empieza su andadura de la mejor manera posible: con once ofertas presentadas a su primer contrato público, el de la demolición parcial y reforma de los bloques que seguirán en pie, y una importante mejora en el precio, que abaratará el coste en más de un 15%. Pero sobre todo define con claridad un plan de obras, diseñado por el equipo de arquitectos de Joaquín Sicilia y Pilar Cenis en el proyecto básico y ejecutivo del proyecto, que se asemeja, en parte, a lo que se pretendía con la nueva Romareda, sobre todo en la idea de demoler la edificación actual mientras se mantiene la actividad que actualmente se desarrolla en ella. En su caso, hay importantes diferencias que han permitido una planificación por fases que les dejará ir moviendo al personal que ahora trabaja en sus instalaciones mientras avanzan los trabajos en otra zona del complejo. 

En este caso, la primera fase comenzará, obviamente, por el enorme bloque de la fachada este que se dedica a viviendas y que ahora está en desuso. Ocupa todo el eje longitudinal de la calle Tomás Crespo Agüero (la que separa el cuartel del colegio Joaquín Costa) y que conecta la calle Sacramento con la de General Mayandía. Este tiene 8.509 metros cuadrados edificados, con planta baja y cuatro alturas (1.591 por planta) y un semisótano de 554. 

Pero en paralelo comenzarán las obras de reforma de la segunda y tercera planta del bloque ubicado en la fachada norte, la que da a la calle General Mayandía. Estas se dedican a viviendas y se transformarán en espacios diáfanos para darles un uso de oficinas. ¿Por qué esta intervención si se va a construir una nueva Jefatura luego? La razón es permitir trasladar allí a los trabajadores que ahora están en el bloque de oficinas existente en el ala oeste, la que linda con la avenida Anselmo Clavé y que, según ese plan de obras, será demolida en la última fase. Este bloque tiene 1.171 metros cuadrados en planta baja y 1.165 en cada una de las dos alturas en alzada, en total 4.670 que desaparecerán cuando finalice la demolición en el verano de 2025. Mientras, no se actuará sobre el bloque sur, que linda con Madre Sacramento y que tiene 2.666 metros cuadrados de oficinas y almacenes (519 en planta baja y cuatro alturas, y 71 en semisótano) que se salvarán de la piqueta. 

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