Opinión | EL TRIÁNGULO

El buen uso de mis impuestos

El caso del español enfermo trasladado desde Tailandia por el Ministerio de Defensa debería recordarnos que lo que pagamos también sirve para esto

Mientras anoche unos celebraban los resultados electorales y otros repasaban circunscripción por circunscripción para averiguar dónde habían perdido apoyos, un donostiarra de 36 años que no pudo votar dormía por primera vez en el País Vasco desde hace casi dos meses. Mejor dicho, pasaba la noche en un hospital, que es el lugar donde de momento debe estar para recuperarse de una pancreatitis necrotizante. El enfermo se llama Álex García Galas y quizá hayan leído su caso, el de un turista que se fue de viaje a Tailandia con su mujer para disfrutar de sus playas, sus paisajes y su gastronomía y acabó ingresado en estado crítico en una uci de Bangkok.

Los intentos de la familia por repatriarlo a España habían sido en balde hasta que el Ministerio de Defensa aceptó su solicitud. Ni el seguro ni un avión privado pagado por la familia dieron resultado, ha sido el Gobierno español quien lo ha traído de vuelta a casa en un vuelo medicalizado del Ejército de Tierra. El trayecto lo ha hecho acompañado de un grupo de profesionales por si en el aire requería de una atención de urgencia, además de algunos familiares.

La angustia que esta situación ha provocado a la familia y su entorno solo acabará cuando Álex salga por su propio pie del centro hospitalario, pero desde luego tenerlo cerca ayudará, sin duda, a su mejoría. Han pasado por varios intentos fallidos de traslado cuando estaban a punto de subirse al avión, desde el rechazo del piloto a volar al verlo vomitando hasta abortar el viaje por no llevar la cantidad de oxígeno que consideraba suficiente para él. Según el testimonio de la familia, su seguro médico privado también ha tirado de cláusulas ambiguas para evitar el pago del viaje de vuelta.

Ojalá Álex se recupere pronto y olvide pronto estas fatídicas vacaciones. No los demás, que deberíamos recordar su caso, sobre todo cuando escuchemos a esas personas que hacen tabla rasa con el pago de impuestos. Ni son demasiados ni se utilizan mal sistemáticamente como suelen decir. Algunos sirven precisamente para esto, ayudar a españoles que por contingencias o incumplimiento de empresas privadas, como en este caso su seguro, acaban desamparados y requieren de la ayuda de su país. El Gobierno de España es el de todos, el que mira por el bienestar de sus ciudadanos y hace buen uso del dinero público. Es una pena que esta semana no veamos a todos nuestros políticos congratularse del éxito del regreso de Álex y respaldar la decisión de la ministra de Defensa, Margarita Robles. Por aquí pasa también esa altura de miras que algunos reclaman desde el retiro para devolver la dignidad a la política. Sería un buen comienzo.

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