Opinión | ALÉGRAME EL DÍA

El miniaturista

Esta semana hemos celebrado San Jorge y en el paseo Independencia de Zaragoza se ha disfrutado de una jornada de récord, un exitazo de lectores, autores, libreros, editores y ventas. Y eso que nunca se había pasado tanto frío un 23 de abril y el cierzo casi se nos lleva volando. Aunque cada uno cuenta la película según le toca el tendido sol o sombra. Así es, parece increíble pero según el momento y el lado del paseo en el que te encuentres puedes tener solazo y tiempo primaveral o un frío helador con una sensación térmica digna de enero. El clima de Zaragoza es así de loco. Pese a todo, hemos firmado una barbaridad los más de cuatrocientos autores que andábamos por allí, buscando el calor de los lectores. Y los lectores son maravillosos, nunca fallan. Te traen su cariño, sus palabras de aliento, su expectación ante las novedades, y a veces hasta te regalan obras de arte. Mi miniaturista favorito, José Manuel Antelo, de Mi Cachito Creaciones, me trajo unas pequeñas cápsulas de cristal con un libro mío junto a una rosa diminuta en su interior. Y me entregó unas miniaturas de mis libros que con sus imanes decoran ahora mi nevera. Detalles así te desarman. Conocí a José Manuel en la pasada Feria del Libro de Zaragoza. Allí me compró un libro y mientras se lo firmaba me preguntó si podría realizar de él una miniatura. Yo accedí encantado, faltaría más, «sería un gran honor», comenté sorprendido y emocionado. Días después me llegaron unas fotografías con mi librito convertido en una deliciosa miniatura. Visité su mágico taller, atiborrado de casas de belenes, barcos, dioramas, trenes, casas de muñecas y todo tipo de accesorios. Siempre he pensado que gracias a la literatura uno conoce un montón de personas extraordinarias. En mi personal «carromato de hombres fenómenos», como dirían Faemino y Cansado, el miniaturista José Manuel Antelo ocupa ya un lugar destacado.

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