El corral anda revuelto por la ribera del Manubles, si hace unas semanas era un jabalí doméstico el que saltaba a los medios, ahora la que salta a la palestra es una gallina de Moros en este caso por las dimensiones de los huevos que pone, nada menos que de 18 x 14 centímetros de diámetro y 140 gramos de peso la unidad.

Este plumífero, cuyos dueños desconocen cuál de sus 28 aves de corral es la gallina en cuestión, ha puesto ya alrededor de medio centenar de huevos de dimensiones desproporcionadas en el último año. Mari Carmen y Fran ya se han acostumbrado a encontrarse con semejantes huevos. Los que no terminan de acostumbrarse son su familia y amigos cuando les dan alguno. "Suelen tener tres yemas y algunos hasta cuatro", explica su marido.

Los vecinos desconocen las razones: "Todas son gallinas corrientes y comen lo mismo, ya le hemos preguntado incluso al que nos trae el pienso, pero él tampoco ha visto nunca huevones así y no le encuentra explicación, dice que igual las cuidamos demasiado bien". Incluso la farmacéutica, que se encargó de tomar su peso, se hallaba confundida por su tamaño: "esta gallina tiene riesgo de descularse en uno de sus partos", explicó. Tampoco Mari Carmen cree que la gallina pueda vivir mucho tiempo, porque "el volumen de sus huevos es muy superior a los que ponen el resto de gallinas". Sea por lo que sea, parece que el ambiente de la ribera del Manubles desmadra a los animales. Entre Petra, la jabalina doméstica y la gallina de los huevos gordos, los animales de corral se van a poner de moda.