La prima de riesgo de España respecto a Alemania llegó a ser ligeramente negativa en varios periodos entre el 2003 y el 2005. Es decir, los inversores veían menos riesgo de impago de la deuda hispana que de la germana. En aquellos años, Berlín y París incumplieron el objetivo de déficit para impulsar unas economías que entraron en contracción. Al principio de los 90, en cambio, estuvo entre 300 y 500 puntos. La capacidad de emitir pesetas y devaluar la moneda mitigó el impacto.