"Esta es la mayor manipulación que he visto en mi vida contra un cargo público". Así definía ayer la concejala de Ciudadanos Elena Martínez lo ocurrido con la denuncia del propietario del restaurante CanCook de Zaragoza. "No sé por qué se ha inventado todo esto. Tendrá que demostrarlo", replicaba a la versión de lo sucedido relatada por el hostelero. Se refería a los insultos y amenazas que este aseguró haber recibido por su parte, que ella negaba ayer después de rehusar hacer declaraciones a este diario el día anterior porque, explicó, no le dio "importancia".

Ayer la tenía y mucha. Con su partido llamándola a capítulo, siendo comentario en los pasillos del consistorio, viéndose en las noticias a nivel nacional y bajo una enorme sombra de duda sobre si amenazó con cerrarle el local al hostelero. "Solo protestamos porque nos quisiera cobrar las dos botellas, porque la primera estaba mala. Le dijimos que era un exceso por su parte pero le pagamos y nos fuimos. Todo lo demás no es cierto", relató. Entonces, ¿el vino lo derramó el propietario? "No lo sé, tendrá que demostrarlo él", respondió.

Fue al restaurante con su marido --"para celebrar nuestro aniversario", explicó-- y no admitió nada de lo que se le acusa.