El Gobierno de Aragón, siguiendo los pasos de Galicia, se plantea la instauración de un listado de medicamentos genéricos con el fin de reducir el gasto en sanidad. La obligación de recetar fármacos por principio activo y no por su marca comercial ha provocado cierto desconcierto sobre los pacientes, sobre todo los más mayores.

"Es imprescindible que se haga una campaña de información para explicar a la gente qué son los genéricos, que tienen la misma calidad y que se utilizan como una medida de ahorro", entiende el titular Jesús Lahoz. Las farmacias se encuentran con el problema de que nadie ha documentado al enfermo sobre el cambio de un medicamento a otro. "Viene mucha gente, sobre todo personas mayores, que se encuentran con que su pastilla roja de toda la vida ahora tiene otra forma y otro color, entonces se lían", explican desde otra farmacia del paseo Independencia de Zaragoza.

Para evitar este tipo de situaciones los trabajadores piden a las instituciones que no solo se piense en el ahorro, sino también en los pacientes. "Desde luego lo básico es una campaña informativa a través de los medios de comunicación, informando de que los medicamentos son iguales y que es una orden económica que se impone de manera obligada", reclaman.

MEDIDA El Salud ya ha comenzado a instaurar esta medida. En el mes de abril lo hizo bloqueando el uso de las marcas comerciales de dos fármacos muy usados en Atención Primaria y obligando a recetar el anticoagulante clopidogrel y el anticolesterolémico atorvastatina, dos principios activos. En los próximos meses, todavía está por determinar el calendario de implantación, la obligación de recetar el medicamento más barato se extenderá a diversos fármacos, ya que Aragón todavía puede mejorar, dado que se prescriben por principio activo el 20.75% de los fármacos, frente al 27% de la media nacional.

Sin embargo, los farmacéuticos se muestran escépticos en cuanto a la eficacia económica que "sobre el papel" tendrá recetar por principio activo. "Esto implica reducir el gasto, pero también supone que despidan a miles de trabajadores de los laboratorios y la industria relacionada con la farmacia", anuncia Arturo Borau de la Farmacia Castejón. Más reacio se muestra su compañero Jesús Lahoz que rechaza la medida de ahorro como eficaz porque resulta "muy destructiva a nivel de empleo".

Los farmacéuticos estiman que esta medida de ahorro va a dejar en la calle y sin trabajo a "50.000 personas del sector, ya que cuando las marcas dejen de recetarse, 4.000 delegados van a ser despedidos y van a cerrar varios laboratorios en España", demanda Lahoz.